METAS

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Bajo una sábana de color azul cobalto, Jennie daba la espalda al gran ventanal que iluminaba el departamento. Se había quedado dormida en algún momento de la noche. El frío se coló por un espacio libre de la manta y tembló ligeramente.

Abrió los ojos, todo estaba claro. Lisa no se encontraba en la cama, buscó mirando a todas direcciones pero nada. Un sonido la sacó de su burbuja: era el tono de llamada que personalizó para Kai. Se levantó súbitamente enrollándose en la sábana para llegar frente a la gran estantería que la propietaria usaba como mueble para nada en específico,tenía varios módulos donde se encontraban dispuestos desde vinilos, fotos, hasta una canasta con ropa sucia y una vieja guitarra. Había dejado su teléfono ahí antes de tener la última sesión con la chica anoche.

— ¿Hola? — contestó aún somnolienta.

—Buen día, Jennie — saludó su prometido con entusiasmo. — ¿Estabas durmiendo?

— ¿Yo? No, no. — Replicó sentándose cuidadosamente en la esquina de la cama. — Estoy despierta. — Cantó al tiempo que miraba la primera capa de nieve que adornaba el paisaje citadino.  — Solo estaba haciendo ejercicio unos minutos. — Mintió con maestría.

— Bien. ¿Llamaste al planificador, para que reservara el lugar? — La pregunta le estampó en la cara a manera de sorpresa. Lo había olvidado.

— Es verdad, no he tenido tiempo. — Fingió.

— Está bien nena, yo me encargo. Te llamaré antes de la reunión de esta noche. Esta mañana está nevando un poco...

La conversación fue interceptada a través del chirrido de la manija de la puerta. Era esa atractiva pelinegra; Kim se giró para mirarla poniendo en segundo plano la conversación con Kai.

Traía dos vasos con lo que parecía ser café y unas rosquillas de Tim Hortons. La recién llegada se percató del teléfono en su oreja y siguió su camino hasta la encimera para dejar el desayuno. Acto seguido se dispuso a retirar su abrigo y un gorro que traía puesto. Los dejó en una silla de su pequeño comedor y se dispuso a buscar en la alacena algo en que servir el café.

—¿Hola? — él llamó su atención por el teléfono.

— Lo siento.

—¿Estás bien cariño?

—Aam si, es sólo que Bridget — su asistente — y yo revisaremos unas cosas de la sesión de ayer. Justo acaba de llegar. — Inventó haciendo diversas muecas que denotaban su nerviosismo, para justificar aquella dispersión que se le había presentado al ver llegar a su ¿amante?

— Ya entiendo, estás ocupada. Dile "hola" de mi parte. — Le pidió su prometido. — Trata de tener tiempo este fin de semana, es Nochebuena amor. Disfruta el día aunque sea invierno. ¿Saldrás con Jisoo?

Volteó una vez más hacia la paciente chica. Buscaba algo entre las cajas de su reciente mudanza. Sintió un poco de pena al estar mintiendo pero también por ella, en su cara pudo denotar cierta incomodidad y decepción. Pero aún seguía confundida internamente. La conocía de dos días y aquella conexión se sentía como de toda una vida.

— Gracias, también tú...No, creo que ella tiene planes. Veré que puedo hacer no te preocupes.— Logró decir. — Creo que debo colgar.

— Yo también Jen, llamo en la noche. Te amo.

Jennie no pudo aguantar más la situación. Colgó el teléfono sin responder aquella frase de amor. Bloqueó la pantalla, lo lanzó ligeramente a las almohadas y resopló.

𝐵𝐸𝐿𝒪𝒲 𝐻𝐸𝑅 𝑀𝒪𝒰𝒯𝐻 || JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora