"Zayn, mi amor, despierta" Zayn sintió como unos labios se pegaron a su frente y apretó los ojos. No quería despertar. "Bebé, es tu cumpleaños." Esa definitivamente no era la voz de su mamá. Y además, su cumpleaños había sido hace un par de días. Quizo abrir los ojos pero algo lo detuvo. "Tus pestañas se ven tan largas cuando duermes..." Zayn sonrió con los labios hacia Niall y suspiró cuando volvió a sentir sus labios ahora sobre los suyos. "Dios, estoy tan enamorado de ti-" y fue entonces que Zayn abrió los ojos. Solamente para encontrarse completamente solo en su habitación.
No era la primera vez que soñaba con Niall, tampoco era la primera vez que se sentía tan real y tan presente. Zayn se toco los labios con la punta de sus dedos, aun sintiendo el fantasma del beso de Niall y apretó los ojos para tallarselos. Esto tenía que acabar.
Se levantó tambaleándose sobre sus pies descalzos y tropezó con una de las muchas cajas que había regadas en su habitación.
"Mierda" dijo por lo bajo y decidió que un baño no le vendría nada mal, así que eso hizo.
Zayn llevaba apenas un par de días en su nuevo departamento. Regalo de cumpleaños de sus padres. Venía ya amueblado, con cosas que también sus padres le habían regalado y era bastante grande, de hecho, era el mismo departamento que a Zayn le había gustado pero que no había querido pagar. Y quería que le gustara la idea de vivir solo finalmente, pero era demasiada soledad. No tenía a Harry, no tenía a sus hermanas y tampoco tenía a Niall.
Dejó que el agua lo empapara por unos buenos quince minutos antes de finalmente decidir que poner shampoo no seria nada malo.
Apenas podía creer que ya tenía 20 años, y creía aun menos que a tan corta edad había encontrado al amor verdadero y lo había dejado ir.
Cuando salió de la regadera, se fijó en su reflejo un tanto borroso por el vapor del agua y se tallo la cara con la palma de las manos, intentando borrar las ojeras y lo mucho que se le marcaban los pómulos, incluso más de lo normal. En sus brazos estaban desapareciendo los músculos que antes tenía marcados y su estómago era plano y sin chiste. Había dejado de hacer ejercicio, y no comía bien, porque, siendo honestos, no le importaba ya...
Después de cambiarse y secar su cabello con la misma toalla que uso para el cuerpo, recibió una llamada al celular y ni siquiera se molesto en contestar, porque ya sabía que era su jefe diciéndole que llevaba probablemente veinte minutos de retraso y que al próximo retraso se quedaría sin trabajo. Lo cual le había dicho mas de cinco veces ya, entonces Zayn lo ignoraba.
Los departamentos no tenían elevador, algo que Zayn odiaba, pero vivía solamente en el segundo piso, entonces no importaba realmente.
Tomó su motocicleta y después de ponerse el casco, salió del estacionamiento, dirigiéndose a su trabajo y al llegar al edificio, saludó con el mismo tono ensayado y monótono de siempre."Buen día."
"Buenos días Zayn, llegas tarde otra vez..." Le contesto el saludo la secretaria, la cual Zayn por mas que lo intentara, no podía grabarse su nombre. Zayn asintió una vez más hacia ella y entró a su pequeño despacho sin puertas.
Trabajar en la revista era bueno, hacia lo que le gustaba y se distraía lo suficiente como para no pensar en todas esas cosas que lo abrumaban, justo ahora, estaba ilustrando a una niña con el rostro fruncido y ambas manos jalándose el cabello. El título de ese artículo era "La escuela, los amigos y mis relaciones. ¿cómo mantener todo en su lugar?" Zayn se burló ligeramente, pensando en los problemas que tenían los adolescentes y pensó que sería muchísimo mejor tener esos problemas y nada más.
Siguió dibujando a la niña, agregándole detalles a la cara y al cuerpo cuando una voz de hombre, demasiado femenina para el gusto de Zayn, le habló.