Seis

1.5K 157 36
                                    

Era una sensación extraña la que lo acompañaba, aunado al dolor que le había provocado oír de la boca de su propio hermano lo que tanto temía escuchar, lo que quería saber y ya había sido aclarado. Menma tenía a alguien más y eso era todo lo que Naruto necesitaba saber, ya fuese chica o chico, no importaba, él no figuraba ahí y le dolía aun mas saber que no solamente se había equivocado, sino que sus pensamientos prohibidos seguían presentes. El interés por Menma no había disminuido ni un poco, lo único que había conseguido al enterarse de la verdad fue entristecerse y ver como sus probabilidades por estar con Menma, como él tenía pensado, se desvanecían rápidamente.

Todo fue un error desde el comienzo, cuando descubrió que Menma le gustaba y que no solamente lo consideraba atractivo, sino que se sentía súbita e irremediablemente atraído por él y por todo el misterio que lo rodeaba.

-Bebe un poco, debes tener frío- y en el mullido recibidor, el muchacho de nívea piel y oscuros ojos le tendió lo que parecía ser café. Naruto dudó en tomarlo, pero sabía que quedaría como un idiota si se rehusaba a la escasa amabilidad que el bastardo tenía con él, esas atenciones que no se debían a otra cosa sino a la repentina irrupción que él mismo había hecho en su casa. Y se avergonzó más al no saber por dónde comenzar, qué decir. Había ido ahí casi por inercia cuando lo vio caminando por la acera frente al colegio, inusualmente solo y con una tranquilidad en su semblante que rayaba en lo desesperante. Fue entonces que Naruto pensó que sería buena idea acoplarse a la caminata junto a él mientras se hacía más tarde, una manera efectiva para no tener que toparse con su hermano al llegar a casa y no tener que dar explicaciones sobre su repentina huida.

-Gracias- murmuró desanimado, moviendo el líquido negruzco con la cuchara. Sabía que al llegar a casa Menma no estaría, tal vez se encontraría durmiendo o quizás tendría que salir como siempre hacía en su ausencia.

-Ibas a decirme qué hacías merodeando por el colegio a estas horas- comentó Sasuke, sentándose junto a Naruto, este apretó los labios en una mueca de nerviosismo, la taza se meneó ligeramente.

-Tenía ganas de caminar- que excusa tan mas patética. -¿Y tú que hacías?- quiso saber, bebiendo esta vez un poco del amargo café.

-Suelo salir por las noches, se volvió rutina hace unas cuantas semanas.

-Mmh...- Naruto le dio la razón, aunque no se atrevió a cuestionar el motivo para esa inusual actividad nocturna. No tenía derecho a indagar demasiado y además, no entendía porque la conversación era tan tranquila y fluida entre ellos. Jamás se imaginó que sería tan agradable charlar con ese bastardo. Generalmente, cuando lo veía en clases, procuraba mantenerse lo más alejado posible, no le gustaba el exceso de atención que destilaba el muchacho y casualmente Sasuke nunca se encontraba solo, a diferencia de él.

-Lamento lo de mi hermano- musitó quedamente, aferrando más la taza.

-Te dije que lo olvidaras- masculló Sasuke, colocando una mano sobre su rodilla. Naruto lo miró de soslayo, sintiéndose extraño tanto por la cercanía como el intencional roce. –Estaré despierto hasta tarde y tengo una habitación disponible, por si quieres quedarte.

-¿Por qué eres amable conmigo?- Naruto bebió otro sorbo, sin saber cómo sentirse al respecto, por momentos recordaba el beso accidental entre ambos y experimentaba un repentino cosquilleo interno.

-¿Por qué no?, sería bueno que nos conociéramos mejor, asistimos al mismo colegio después de todo, no hay necesidad de ser hostiles. Además, ya te lo dije, lo que me sucedió no ha sido culpa tuya...veo que tienes sueño- añadió lo ultimo con una sutil sonrisa. Naruto negó en ademan a pesar de que los párpados se le cerraban de vez en cuando.

Piromanía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora