Siete

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-¿Menma?- preguntó Naruto al entrar en el departamento. Una vez más, la quinta de esa semana, su hermano no estaba. Se había quedado a dormir fuera, lastimándolo nuevamente con su ausencia, privándolo de su compañía.

Naruto simplemente no lo entendía. Habían bastado unas cuantas palabras para que Menma adoptara esa postura con él. Hace cinco días ni siquiera lo dejó terminar de hablar, no le dio tiempo a explicarle todo lo que había ocurrido y la razón que tuvo para haber ido con Sasuke. Aquel día pretendía confesarle finalmente sus sentimientos, se sentía un poco más seguro al respecto. Creía que aunque fueran pocas las posibilidades de que Menma lo aceptara más que como a su hermano, al menos podría sacarse esa espina del pecho. Decirle lo que realmente sentía no le parecía tan complicado como hasta ese momento.

Recordó con melancolía como Menma lo había desafiado con la mirada. Sus ojos de impar color lo miraron con odio antes de que Menma azotara la puerta y se marchara, haciéndolo sentir mucho peor de lo que ya se sentía. Dando por sentado que, efectivamente, ellos no podían estar juntos de la manera en la que él pensaba.

Fueron varias las ocasiones en las que trató infructuosamente acercarse a su hermano. Múltiples veces en el desayuno había intentado explicarse, sin embargo Menma rehuía el mas ínfimo acercamiento entre ambos. No le daba la oportunidad de acercarse demasiado a él. Se alejaba en cuanto terminaba su desayuno y fingía no escucharlo, o se limitaba a ponerse los audífonos para ignorarlo deliberadamente.

Era demasiado. Lo lastimaba con su actitud de indiferencia, ya ni siquiera existían las insinuaciones a besos, las caricias se habían esfumado y Naruto sabía que era su culpa por haber prolongado tanto el habérselo dicho.

Ahora Menma había retomado sus salidas nocturnas. Debía estarse quedando en algún hotel próximo pero Naruto no deseaba averiguarlo por temor a salir herido nuevamente, de peor forma quizá. Podría encontrar a su hermano con alguien más y de ser así no lo soportaría. Necesitaba tiempo para pensar las cosas pero sentía que ya le había dado demasiado. ¿O acaso él mismo había provocado su indiferencia?, su...enojo.

Lo único que Naruto recordaba de aquella noche era el íntimo encuentro entre ellos, después lo acontecido con Sasuke y... ese fue el detonante de todo. Había tocado terreno peligroso al mencionar a su bastardo compañero de clases. ¿Por qué?

Ni siquiera tenía una respuesta para ello. Sabía vagamente que Menma había reñido con Sasuke pero aún no comprendía las razones. Incluso Sasuke había llegado a agradarle un poco cuando tuvo la oportunidad de conversar con él. Pero actualmente el muchacho también mantenía su distancia. Naruto apenas si solía verlo durante clases, pero tampoco deseaba acercarse a él hasta aclarar las cosas con Menma.

Dejó su mochila en el piso y se encaminó hacia la recámara de su hermano. Al entrar pudo corroborar la falta de varias prendas. Naruto cayó de rodillas y apretó los puños con fuerza al pensar en la enorme posibilidad de que Menma lo hubiera abandonado definitivamente.

Lentamente se puso de pie, tratando de acomodar las ideas en su cabeza. Fue a su recámara por su chamarra y decidió que tendría que buscarlo, aunque probablemente no le gustara en lo absoluto enterarse de algunas cosas.

**

El encendedor osciló entre sus manos antes de que se decidiera finalmente a encender la mecha de la botella. Treinta segundos, medio minuto exacto. Lanzó el objeto con todas sus fuerzas contra el muro que se encontraba metros más adelante.

La botella impactó contra el pavimento, trozándose en miles de cristales. Solo la mecha quedó intacta, y al caer sobre la hierba, la diminuta flama se esparció en un recorrido irregular, zigzagueante, hasta llegar al montículo con residuos petroleros.

Piromanía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora