Final.

1.7K 164 55
                                    

Naruto se encontraba mirando por la ventana. De rodillas sobre el mullido sofá beige que formaba parte de los nuevos artilugios del apartamento. Le agradaba bastante el que estuviera ubicado en el último piso del edificio, lejano al bullicio exterior.

Desde allí arriba podía contemplar las múltiples lucecillas que iluminaban dicho sector de la ciudad. Decir que se sentía seguro allí, no era del todo cierto, pues recientemente se habían instalado. Aun no pasaban más de dos semanas desde que aquel inmueble había sido acondicionado en su totalidad, poniendo en renta una serie de piezas que aun se encontraban en mal estado, y Naruto lo sabía bien, él había estado el día que Menma cerró el trato con aquel hombre de desgarbada cabellera platinada.

Esa sección del edificio estaba ligeramente más humedecida que el resto. Tenía un par de goteras en el techo y el muro contiguo. Pero esos problemas no existían más. Su hermano se había encargado de reemplazar hasta el último artefacto inservible. O al menos así se había referido él. Una pocilga, le había dicho Menma al echar un vistazo al que, a partir de ese momento, sería el hogar de ambos.

Pero estaba bien. A Naruto le gustaba. Cada noche era significativa para él. Las estrellas brillaban majestuosamente desde la ubicación de ese nuevo apartamento y además, nadie los juzgaría. Porque nadie más sabía sobre su estadía en la zona central de la ciudad.

Retiró el pestillo de la ventana y curioso, alzó una vez más la vista hacia el firmamento, hacia la extensa bóveda celeste que se cernía sobre él.

Hermoso. Había pensado Naruto la primera noche que se dedicó a observar las estrellas, las diminutas motas tintineantes, como un millar de lágrimas que nunca se extinguirían. Estaba consciente de que en la planta baja el alboroto era casi insoportable, ya que, el rumor de los vehículos que circulaban por la zona era más audible desde allí, aunado al hecho de que el resto de inquilinos frecuentaban esa planta a diario. Tenían que pasar por ahí si pretendían llegar a sus cuartos correspondientes. Naruto aun recordaba el tercer día que habían acudido Menma y él para llevar el resto de sus artículos personales, solo habían llevado lo más importante con ellos, todas sus mudas de ropa, útiles escolares y artículos para el aseo. Por lo demás, Menma le había dicho que aún conservaba parte de sus ahorros de sus anteriores empleos. Naruto había querido preguntarle qué clase de empleos eran, ya que solo recordaba haberlo visto laborar como doble de riesgo, pero al final decidió callar.

Ese mismo día, el ascensor se había quedado varado en el piso central. La luz comenzando a parpadear. Los botones no respondían. En ese momento Naruto se había aferrado con fuerza a la cintura de Menma, deseando interiormente porque no fuera a haber un apagón. Había escuchado decir a algunos huéspedes que no era novedad, pero por alguna razón, le temía a la oscuridad. Le recordaba a Sasuke, a su rostro magullado, las comisuras de sus labios impregnadas de sangre, la misma sangre que corría por los nudillos de su hermano. Y esa mirada de odio, sus ojos negros siempre lucían apagados pero en aquella ocasión, cuando lo vio sucumbir hasta el borde de la inconsciencia, Sasuke lo había mirado con más desprecio que nunca.

-¿Estás bien?- le preguntó Menma junto a él, sintiendo el cuerpo del menor tensarse irremediablemente ante el cuestionamiento. No, no lo estaba.

-Si- respondió Naruto tras unos segundos de silencio. Algo más reconfortado de saberse a solas con Menma. Solo ellos dos habían abordado el ascensor ya que, por alguna "extraña" razón, los huéspedes del edificio –Sin excepción alguna- le temían, y no solo a Menma. En más de una ocasión los habían confundido. Cuando Naruto había chocado de frente con un adulto, al salir corriendo para inscribirse al que sería su nuevo colegio, lo había visto, la mirada de temor de ese hombre, quien, había terminado disculpándose infinidad de veces por su torpeza, aun cuando fue Naruto quien tropezó, provocando que ambos cayeran.

Piromanía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora