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— Te dije que esos helados están muy buenos. — Valeria sonrió mirando a Mason divertida.

— La vainilla nunca ha sido mi sabor favorito, pero debo aceptar que está delicioso. — Mason le dedicó una sonrisa a la española.

Las horas han pasado y parece que eso a ambos no les importan, además que cualquier extraño pensaría que son una pareja, pero la realidad es que no lo son.

— La verdad, la he pasado muy bien Mase. — Admite Val sentándose en una de las butacas del parque. — Tenía tiempo que no pasaba un momento así con alguien. — Mase la mira y se sienta a su lado. — Lo único que visitaba estas últimas semanas era mi casa y la universidad, muy rara la vez salía a caminar por las calles y si lo hacía era por mis amigas.

— Bueno, Val, si algún día quieres volver a pasear por Londres aquí estoy yo. — Valeria sorprendida mira al jugador inglés. — La verdad es divertido estar contigo, eres una chica divertida y graciosa.

— Gracias Mase.

El inglés la mira fijamente y sin darse cuenta su rostro se va acercando al de ella, sabe perfectamente lo que está por pasar, pero el llamado de un niño pequeño interrumpe lo que estaba por pasar.

El niño portaba una camiseta del Chelsea, Mase sonrió y se tomó una foto con el niño y su padre, ambos seguidores del Chelsea, o eso es lo que le dijeron a Mason. El niño y su padre se alejan felices, dejando a ambos jóvenes solos.

— Veo que te conocen muy bien aquí... — Mase ríe. 

— Ser jugador del verdadero orgullo de Londres a veces tiene sus desventajas. — Val sonríe.

— ¿El Chelsea, cierto? — Mase asiente. — Nunca he ido a un partido del Chelsea ni verlos jugar, lo siento, no soy tan fanática del fútbol.

— ¿Puedo enseñarte si quieres? Si aceptas te puedo dar unas entradas para el próximo partido, me haría mucha ilusión verte allí.

Valeria piensa por un momento su respuesta, el único estadio que ha visitado desde que llegó a Londres es el del equipo de su novio. Sin duda alguna sería una nueva experiencia visitar otro estadio, pero la pregunta aquí es ¿Qué le diría a su novio?

La española siempre ha apoyado a Sergio en todo, desde que están en Londres, ve todos sus partidos y si puede asiste a unos cuantos. Pero algo dentro de ella le dice que acepte aquella invitación de Mason, tal vez podría decir que iría con sus mejores amigas, Fernanda o Danny, así Sergio no se molestaría.

— Sí.— Finalmente la española le da una respuesta a Mason y aquella respuesta le gustó.— Sí, sería genial ir a un partido del Chelsea.

— ¿Hablas en serio? — Val asiente — Bueno con Danny, te mando tu entrada, es para este sábado.

Sergio juega el domingo, así que no habría problema.

— Ahí estaré Mase, lo prometo — Val sonríe y aquella sonrisa le termina encantado a Mason.

Lamentablemente, el teléfono de Mase termina por interrumpir el momento, el inglés contestó y al colgar mira apenado a la española que entiende lo que aquello significa.

— No te preocupes Mase, lo primero es la familia.

— Gracias Val por entender, aun así te prometo que el sábado compensaré esto.

— No tienes por qué hacerlo, hoy fue un gran día, la pasé muy bien contigo. 

Ambos caminan por el parque hasta el auto del inglés, se suben a este y Mason se ofreció en dejar a Valeria en su casa.

— Estamos en contacto. — Dice Mason sin quitar la vista de enfrente.

— Claro, cualquier cosa me mandas mensaje.

Val mira la hora, son casi las cinco y media de la tarde y lo que le sorprende es que su novio no le haya marcado ni enviado un mensaje preguntándole si está bien o está por llegar a casa. Sergio ha dejado de hacer muchas cosas con su novia desde que están en Londres.

— Te veo el sábado. — Dice Mason.

— Hasta el sábado. — Val sonríe — Ah, y puedes decirme Vale. — Mason se sorprende.

— Está bien, Vale. — La española se sonroja al escuchar como la llama Mason.

Algo estaba pasando y esto marcaría el rumbo de las próximas semanas. Valeria baja del auto y mira una última vez al jugador del Chelsea. Ella entra a su casa y escucha risas provenientes de la sala, camina hasta esta y mira a su novio junto a sus compañeros de equipo jugando videojuegos.

Valeria suelta un suspiro pesado y se da la vuelta, va a la cocina por algo de tomar.

— Vale, amor estás aquí — Sergio entra a la cocina. — No sabía que ya habías llegado.

— Llegué hace unos minutos, pero como estabas jugando no te diste cuenta — Dice Valeria sin interés alguno.

— ¿Y por qué no me llamaste?

— ¿Para qué?, Si nunca te enteras de lo que me pasa o muestras interés alguno.

Valeria termina su vaso de jugo y abandona la cocina dejando a su novio solo y sorprendido.

La situación que está viviendo con su pareja se está volviendo algo cotidiano para ella.

𝐌𝐄 𝐒𝐎𝐋𝐓𝐀𝐒𝐓𝐄 || SERGIO REGUILÓN & MASON MOUNT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora