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📍 Londres, Inglaterra


Valeria espera con ansias la llegada de su novio, le había prometido llevarla a su restaurante favorito y pasar un momento a solas los dos, como la pareja que son.

La española se emocionó al escuchar la propuesta de su novio un par de días atrás; contó las horas y minutos para este día y finalmente había llegado el momento. Ambos tenían tiempo que no salían y por ende este día sería la primera vez en mucho tiempo, por lo menos desde su llegada a la capital inglesa.

Conforme pasan los minutos, Valeria mira la hora, su novio no debía tarda o eso al menos era lo que pensaba. Pero lamentablemente el resultado de esto no resuelto tal como ella lo esperaba, una vez más, y aunque resulte difícil de creer, Sergio le había fallado.

"Lo siento Vale, pero hoy no puedo, surgió algo con mis amigos y llegaré tarde a casa"

Valeria ya estaba cansada de sus pretextos, lo que no sabía es que hasta cuándo sería su límite.

Ella dejó todo en España por él, dejó todo para seguirlo y apoyarlo en su sueño ¿Y él como le pagaba?

Valeria limpio las lágrimas de sus mejillas rápidamente y sin reflexionarlo dos veces marcó el número de su amiga, Fernanda, ya es algo tarde, pero no le importaba, necesitaba hablar con alguien al respecto.

— Vale. — Se escucha la voz de Fernanda al otro lado de la línea y un sollozo se escapa de su boca.

— Hola Fer...

— ¿Qué hizo Sergio ahora?

— Lo de siempre. — Murmuró con la voz entrecortada. — Me dejo plantada como siempre.

— ¿Hasta cuándo vas a soportar eso? — Valeria miró al suelo pensando en alguna respuesta a aquella pregunta.

— No lo sé...

— Si no eres feliz, Val termina con eso, seguir así no es nada sano para ti y Sergio debe entender que está haciendo mal, te está perdiendo...

— Parece que no se da cuenta de eso Fer, no le importó, es como si fuera una simple carga para él... esto se está yendo al carajo poco a poco...

— Deberías decírselo, hablar con Sergio de frente y confesarle lo que sientes, si después de eso sigue con las mismas actitudes, déjalo.

— Gracias por escucharme Fer. — La inglesa sonríe

— Para eso estamos las amigas, ¿no? Ahora debo colgar, ya es tarde y tengo que ir a dormir, mañana tengo un examen temprano.

— Suerte Fer, salúdame a Neco, te quiero cuídate amiga. — Con esa frase, Valeria cuelga y suelta un suspiro pesado.

Son las 22:30, lo único que le queda es subir y cambiarse para dormir. Pero un mensaje cambió sus planes, el autor de este mensaje no es nada más y nada menos que Mason Mount.

"¿Estás ocupada? Podemos salir, hace días no hablamos y estoy preocupado por ti"

Una sonrisa se dibuja en el rostro de la española, se dispone a escribir una respuesta ante el mensaje:

"Claro que sí, nada me haría más feliz que verte Mounty"

Mounty es el apodo que Valeria le puso de cariño al jugador inglés, Mason por su parte le gustaba además que se le hacía original.

Valeria esperó el tiempo que Mason dijo, pasaron los veinte minutos y el timbre de su casa suena. Ella se dispone a abrir y sonríe al ver a Mason frente a ella.

— Wow... — Dijo Mason mirando a Valeria. — Estás... hermosa — ella se sonrojó por sus palabras.

— Gracias Mase. — Los dos jóvenes comenzaron a caminar por las calles de la urbanización, el frío se puede sentir, además que la visibilidad es muy poca.

Mason y Valeria se ponen al corriente de lo que ha pasado en sus vidas esos días que no se vieron, para el inglés escuchar sobre la relación, de la chica que está enamorado, es doloroso, incluso llegó a pensar que la estaba perdiendo, pero eso cambió al escuchar que Sergio Reguilón la dejó plantada otra vez, definitivamente el inglés se puso feliz aunque no debería.

— Ya no sé que hacer Mason... ya nada es igual, todo se está yendo al carajo.

— Vale... — Mason se detuvo y se paró frente a ella — ¿Tú lo sigues amando? —Valeria hace una mueca ante esa pregunta. — ¿Aún amas a Sergio? — Su mirada baja al suelo y pasa cerca de dos minutos sin responder.

— Creo que... — Mira al inglés y suelta un suspiro — Ya no... el amor se está perdiendo Mason.  Un brillo se notó por los ojos del inglés ante eso.

— Perdóname por lo que haré Vale, pero de verdad lo necesito. — Valeria lo miró sin entender.

— ¿A qué te refieres Mounty? — Mason se acercó a ella y juntó sus labios sobre los suyos, bajo rápidamente sus manos hasta su cadera y la atrajo hacia él.

Él pensó que ella se negaría ante el beso, pero no, Valeria terminó por aceptar el beso.

El primer beso de ambos y el beso que marcaría el rumbo de su historia.

𝐌𝐄 𝐒𝐎𝐋𝐓𝐀𝐒𝐓𝐄 || SERGIO REGUILÓN & MASON MOUNT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora