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La celebración para la nueva vecina había comenzado. Todo estaba perfectamente adornando. Sorn se encontraba viendo los detalles para ver qué faltaba.

—Ya están las mesas, todo está perfecto —sonrió algo aliviada, comenzando en seguida a contar a sus vecinas, notando que alguien faltaba. Cambió su semblante a uno de pánico y siguió buscándola—¿Dónde está Lalisa? —preguntaba angustiada Sorn, corriendo por todos lados para buscarla.

Pero por otro lado, Lisa se encontraba en casa estresada de aún no acabar de hacer un tonto pastel de carne.

Veía el horno enojada y con una pierna moviéndose desesperadamente. Ni siquiera se había arreglado, seguramente la vecina ya estába aquí y ella ni en cuenta.

—Tonto horno —murmuro para sí misma. No se podía levantar, porque en cualquier momento estaba listo.

—¡¿Manoban?! —entró a su casa, al verla en la cocina toda desarreglada y llena de harina ayudó para entender qué pasaba.

Camino hasta ella y le quitó el mandil.

—Ve a ducharte, yo cuidaré del horno —Sorn ni terminó de hablar, cuando Lisa ya había corrido hasta su habitación.

Mientras tomaba un baño, pensó lo que había hablado con Jennie la noche anterior.

—¿... Una fiesta? —Jennie se encontraba encerrada en el baño de la habitación que sus suegros le habían dado, hablando por teléfono a escondidas con Lisa. Hizo una mueca cuando Lisa le hablaba sobre la nueva vecina que llegaría.

En cambio, Lisa se encontraba cómodamente acostada en su cama, hojeando una revista mientras hablaba con la mayor.

—¡Sí! Dicen que es de la alta alcurnia, las cosas que bajaban de ese camión eran muy costosas. Aún no entiendo porqué eligió este vecindario —dejó la revista a un lado y se acomodó sobre su almohada—. Sorn y yo fuimos las encargadad de organizar todo, aunque la idea fue de Momo. Yo llevaré un pastel de carne —sonrió, imaginando todo lo que podría pasar el día siguiente.

—Ya veo... Me tengo que ir, Jisoo me está buscando —cuando colgó, soltó un suspiro de enojo y talló su frente.

A ella no le agradaba que Lisa anduviera ahí con la nueva vecina, regalándole pasteles y una bienvenida. Aunque Lisa no lo sabía, Jennie ardía de rabia desde casa de sus suegros.

[...]

—¿Por qué tardará mucho? —se quejó la tailandesa menor.

—Tranquila, ya llegará.

Y como si Lisa la hubiera invocado, un fino auto entraba a la calle. Aún no se veía quién venía en él, pero quien fuera, era una persona realmente sofisticada. Cuando al fin el auto se detuvo frente aquella casa, se vió a la mujer que venía.


Una delgada rubia salía con una sonrisa de lado a lado demostrando su agradecimiento a dicha bienvenida.

Lisa había quedado sorprendida por su presencia y la mujer con una sutil voz comenzó a hablar, sacandola de su trance.


—Muchas gracias a todas, espero seamos buenas vecinas —se acercó a las ocho mujeres frente a ella y les dió la mano.

Cuando llegó con Lisa, siendo la última, se quedó quieta y la observó de pies a cabeza disimuladamente

—... Park Chaeyoung, un gusto.

the other woman | chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora