1. Relación

466 49 19
                                    




Relación // Sech, Rosalía, etc.




♠️

A Mario TikTok le gusta como a cualquier adolescente, es decir, mucho. Pero debe reconocer que el motivo para entrar no es otro que J.

J, que ha descubierto que en realidad se llama Javi, es un compañero de su instituto que se mueve de un modo que a Mario le hace sudar frío. No es solo que esté buenísimo, es que tiene algo, el qué no lo sabe, porque solo le ve desde lejos cuando baila o a través de su móvil en la app.

J no sabe que Mario existe, y solo es uno más de sus miles de seguidores. Pero está ahí al lado, casi tan cerca que si se vuelve le vería, salvo que J nunca se vuelve y nunca le ve.

Es normal, Mario no es alguien al que te quedas mirando. Mario es igual que todos los demás.

A J le gusta hacer su bailes en el parque, y Mario le sigue después de clase, su casa está en otra dirección, pero no es lo mismo verlo haciéndolo en directo, verlo repetirlo, verlo frustrarse, reírse, verlo como nadie más puede verlo.

Es estúpido, Mario lo sabe, pero le hace sentir más cercano a él.

Luego J se va, y Mario vuelve a su casa.

Mario tiene amigos, de hecho, tiene buenos amigos, las clases le van bien, sus padres han aceptado muy bien que sea gay, aunque aún no ha tenido novio, sabe que podría llevarlo a su casa sin problemas.

Todo está bien, pero se siente solo cuando se vuelve a casa después de ver bailar a J. y piensa en él, y está deseando que suba los videos que él ha visto en directo. Quiere verle de cerca, verle la cara que es lo único que no puede verle a la distancia desde la que le mira.

Quiere sonreír cuando él lo haga, y decirle un "Lo has hecho genial, sigue así, vales mucho" desde una cuenta que se ha hecho solo para verle a él y dejarle esos mensajes.

Mario sabe que algún día tendrá que dejar de seguirle o atreverse a hablarle, las dos opciones le espantan casi igual.

Lo raro es que nunca ha visto a J cuando sale con sus amigos, todos van a los mismo sitios, y nunca ha visto a J. Así sería más fácil, quizás, quizás podría acercarse y decirle la frase manida, de "me suenas de algo y no sé de qué", o "te he visto en tiktok, bailas genial". Pero la verdad, es que Mario sabe que no se atrevería, que se quedaría con su vaso de plástico escuchando lo que dicen sus amigos, mirándolo de lejos, e imaginando cosas que nunca pasarán.

El fin de semana no va al parque tampoco, así que Mario tampoco va, sus rutinas de acosador de Netflix son de lunes a viernes y le echa de menos, pero al menos puede ver sus vídeos todo lo que quiera.

Da pena, lo sabe.

Ningún adolescente de su edad está deseando que se acabe el fin de semana, pero es lunes y Mario va a ver a J.

Sigue su rutina, a distancia le acompaña hasta el parque, le ve ensayar, le ve moverse, le ve una y otra vez. Él se ha sentado en un pequeño muro que hay detrás, a veces mira su móvil para hacer como el que de verdad no está espiando a otro.

Lo está mirando, porque Borja le ha escrito que dónde se ha metido. Por eso no le ve cuando se acerca, por eso casi se cae del murete cuando le habla.

En el instituto a veces se acerca, pero no mucho, allí van todos en manada, y ninguna cebra se sale de la suya.

—¿Te puedo pedir un favor?—Mario está entre morirse o salir corriendo, lo que hace es que se cae del muro pero por suerte no se cae de culo, y hace una caída digna de pie.

—¿Qué?

—Que si me ayudas a grabar, es que en este necesito movimiento.

Mario debe tener cara de pescado, porque J mueve los brazos con los característicos movimientos de TikTok.

Mario asiente, porque J le habla, porque le está pidiendo ayuda, y porque le ha visto.

J sonríe, y le ve el hoyuelo que tiene en su mejilla derecha, Mario sabe que el amor es más que una cara, pero le tiemblan las piernas.

J le pasa el teléfono, y le dice lo que tiene que hacer, y él es un cámara entregado, una y otra vez lo repiten hasta que J acaba contento.

Por Mario lo haría mil horas más.

—Gracias—le dice, y Mario sonríe—¿Te llamas Mario verdad?

—¿Cómo sabes mi nombre?—Es el día de las cosas raras.

—Vamos al mismo instituto, no es tan raro.—Y ve una cosa de J que no había visto nunca antes, y es cómo se sonroja.

—¿Quieres ir a tomar algo?—Le sale solo, y eso que Mario no es alguien que tenga esos arrebatos.

Ve la duda en los gestos de J, la ha cagado, piensa Mario.

—Bueno, si no quieres no pasa...

—Vale.

¿Ha dicho vale? ¡Ha dicho vale! Alucina Mario, ¿y ahora qué?

—Podemos tomarlo aquí si quieres—le propone J. Mario sabe que hay una tienda cerca porque a veces ha ido a comprar algún refresco cuando mira a J.

Mario ha fantaseado mucho con ese momento, con acercarse y hablarle, con cómo sería en verdad, con muchas cosas y todas se estaban dando por fin.

—Te he visto—dice J después de un rato hablando del instituto y de algunas personas que ambos conocías—, en el parque, muchas veces.

Mario nota como el color se le va del rostro, lo peor de ser un acosador es que te pillen, y a él le han pillado.

—Yo, bueno.

—De hecho sales en algunos de mis vídeos y me han preguntando por ti, que si eras mi novio.

—¿Dónde?

—En TikTok.

—No me jodas.—El colmo del acosador pillado. Pero se queda mirándole, Mario no lee los comentarios porque estúpidamente se siente celoso.

—Y también sé que eres Mar3ado.

—Dios, me quiero morir.

Están sentados en el césped, y la opción de que este le tragara es demasiado tentadora para Mario.

—Tienes la misma foto de perfil de tu perro en Instagram.

Mario está avergonzado pero sabe que J no le sigue en Instagram, ¿le está espiando?

Levanta la vista y le ve sonreír tímidamente, nunca en la vida imaginó que J fuera una persona tímida, y menos que siguiera sus redes sociales.

¿Cómo era eso del cazador cazado?

J mira la hora en el teléfono y se levanta.

—Me tengo que ir.

Mario le imita y se levanta, no tiene ni idea de qué decir, se siente avergonzado, asombrado y le gusta  J aún más.

—Adiós—dijo J sonriendo.

Mario no dice nada, pero le ve marcharse.

—¿Nos vemos mañana?—le grita Mario.

J se da la vuelta, a la distancia que Mario siempre le ha estado mirando.

—Vale—le grita de vuelta.

No, no era el modo en el que lo había imaginado en su cabeza, pero le gustaba todavía más, y esa noche J le etiquetó en su vídeo.





♠️


Es la primera vez que narro en este tiempo verbal, raro, muy raro.

TikTok, ojo cuidao, que como entres no sales.

Creo que todas van a ser cortitas.

Besos

Sara

20 recuerdos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora