20 recuerdos de ti

6. Dance with a stranger

Dance with a stanger // Sam Smith

(Stony)

♠️

Mecido en los brazos de un extraño no siento tu ausencia, porque ese extraño podrías ser tú, deberías ser tú, pero sin duda no eres tú.

Me dejaste, me apartaste y no digo que no tuvieras motivos, pero yo también tenía los míos, y todos eran sobre ti y sobre mí.

Noto las manos de un tipo cualquiera sobre mí, y está bien, solo necesito que la música siga sonando.

He pasado cada noche bailando entre los brazos de otro, porque en los tuyos no puedo estar. Me echaste.

Cierro con fuerza los ojos, no quiero verle. Y solo giro dándole la espalda. Así es mejor.

Aunque la realidad es que no es mucho mejor, y ya no puedo hacer nada. Porque contigo nunca han servido mis tretas, mis palabras llenas de sarcasmo. Contigo solo sirve la verdad, pero la que yo te expuse, tú la rechazaste y ahora bailo con cualquier extraño que pueda borrarme tu recuerdo.

Los dos sabemos que es una tarea imposible.

¿Tan malo sería quererme?

Esa había sido siempre la pregunta, y no solo contigo, sino durante toda mi vida.

Un sentimiento que me aplasta y al que trato de pisar con los zapatos italianos más caros del mercado.

Creía tenerlo controlado, y entonces llegaste tú. Ojalá siguieras congelado y no te hubiera conocido.

Aunque es una tontería que me digo cuando estoy con otro.

El tipo a mi espalda se pega completamente a mí, sé como acabaremos, en mi lujosa vivienda que tú miraste con reprobación.

Yo también pago mis impuestos y son realmente altos, mantengo a miles de trabajadores, becas para cualquiera.

Y sin embargo a ti te pareció un derroche estúpido.

Noto los labios cálidos contra mi cuello, me da igual lo que haga, solo que no pare de moverse.

Y no lo hace.

Imagino que eres tú, porque dejar de pensar en ti no es posible, soy así de patético.

Eres todos y eres ninguno.

Y son tus besos, y son tus manos. Y es como me arrastras para salir de este lugar.

Mi coche está aparcado en la puerta, llamativo, ostentoso, sé cuanto lo odiabas.

¿También me odias?

Pero no le miro, conduciré, y haremos lo que tenemos que hacer para que no me sienta tan solo.

Salvo que me apartas de mi vehículo para que vayamos en otra dirección.

¿Sexo en un parking?

¿Por qué no?

Salvo que el corazón me pesa a cada paso, quizás debería dejar de hacer estas cosas. No es la solución.

Pero cada noche salgo para bailar contigo.

No veo la moto hasta que mi acompañante se para ante ella. Al principio no lo noto, pero poco a poco mi cerebro da la voz de alarma.

Es tu moto, y me giro completamente. Soy un maestro en muchas cosas, pero en la última en la que me he especializado es en ignorar completamente con quien me voy cada noche.

Salvo que esta vez eres tú, ¿de verdad eres tú?

—¿Vamos?—preguntas, y yo aún estoy tratando de interpretar si me he vuelto loco del todo o eres real.

—¿Vamos, Tony?—repites más cerca de mí. Recuerdo tus manos por mi cuerpo mientras bailábamos, tus labios por mi cuello.

Solo eras un cuerpo más  contra el mío.

Te miro serio, mucho más serio de lo que lo he hecho nunca, mucho más de lo que has creído que pudiera serlo.

—¿A dónde?—Y creo que esa no era la respuesta que estabas esperando.

Pasas una de tus piernas sobre el asiento, y te acomodas en la moto.

—A donde tú quieras.—Y me ofreces una mano, una mano que me has ofrecido en otros contextos. En unos que siempre me supieron a poco.

No sé a donde quiero ir, pero sí que es contigo. Y agarro tu mano subiendo detrás de ti.

Llevas mis manos a tu cintura.

—No te sueltes.—Te giras para mirarme, cerca muy cerca.

Mi verborrea famosa se ha ido por el caño, pero mis manos sí hablan y te agarran fuerte.

—Vamos.

♠️

El Stony me encanta, la verdad.

Hasta el próximo.

Besitos

Sara