•Dulce verano adolescente•

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Langa se acerca a Shadow, el hombre que se encargaba de los jardines reales en el reino de las tierras cálidas

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Langa se acerca a Shadow, el hombre que se encargaba de los jardines reales en el reino de las tierras cálidas.

El chico era un gran tipo que sabía muchísimas cosas de botánica, y se presumía, también era el compinche de Reki. Shadow era partícipe de las travesuras del omega y juntos patinaban por los jardines haciendo competencias y un completo desastre.

—Hola Shadow.

El alfa deja de regar las plantas para ver al joven con una sonrisa amable—Príncipe Langa, que sorpresa. ¿Necesita algo?

—Hmmm...sí, necesito hacerte una pregunta.

—Seguro.

Langa se aclaró la garganta y desvió la mirada—Eh...¿hay alguna flor que le guste a Reki?

—Ah...ya veo—el alfa mayor sonríe con complicidad—Creo que cualquier flor está bien mientras no le des estas amarillas porque es alérgico.

—Por eso rechazó la flor ese día—reflexiona en voz alta—¿Qué me recomiendas? 

—Lirios, seguro que le gustarán mucho.

—¿Puedes hacerme un ramo, por favor?

—Con gusto—Shadow le guiña un ojo y empieza a cortar la flores.

[•••]

Langa iba a entregarle las flores a Reki y a pedirle un cita pero la vista que encontró no fue nada grata.

Desde el beso que compartieron el año pasado su relación había cambiado drásticamente. Ya no peleaban, al menos no tanto, se trataban con más delicadeza y Langa hacía de todo para mantener contacto físico con Reki.

No habían hablado nada al respecto así que Langa estaba dispuesto a aclarar todo ese verano en la tierras cálidas.

Sin embargo el tiempo que pasaba con Reki era casi nulo y eso era porque en el castillo estaba de visita el pequeño príncipe del reino del norte, Miya Chinen, un omega que no se despegaba ni de chiste del pelirrojo.

Reki, como siempre, se hizo su amigo casi al instante, ahora patinaban juntos (Miya también lo hacía excelente, para variar) y básicamente parecían mugre y uña.

No es que Langa odiara a Miya, porque ese niño no era malo después de todo, pero odiaba que tocara a Reki con tanta confianza y que es este le siguiera el juego.

¿Por qué demonios Reki coqueteaba con todo lo que movía?

Y ahí estaban esos dos, sentados bajo un árbol. Miya entre las piernas de Reki leyendo un libro sobre patinetas.

—Ah...ya llegó tu novio—comenta Miya cuando ve a Langa acercarse.

—¡No es mi novio!—réplica Reki poniéndose rojo.

Once Upon a Time//Sk8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora