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Cuarenta días.

No lo aguanté más, probablemente debían ser las cuatro de la mañana pero no lo podía soportar durante más tiempo. Llegué a la puerta de tu casa y la golpeé con tanta fuerza que creo que un golpe más la hubiera roto, pero afortunadamente abriste a tiempo.

Estabas en pijama y con el ceño fruncido, me dijiste que era un imbécil, que tenía suerte de que tu madre no estuviera en casa. Te pedí un minuto para hablar, agachaste la mirada y me dijiste que ya no teníamos nada de qué hablar, quise insistir, pero Mingi apareció detrás de ti.

Solo tenía puestos unos shorts y por lo visto también lo desperté. Creo que por fin logre sentir lo que tu sentías cada vez que me veías con ella. El imbécil tomo tu mano y te alejo de la puerta, me dijo que no quería volver a verme cerca ti, cerró la puerta de un golpe y yo me quede ahí durante varios minutos sintiendo como mi mundo se derrumbaba.

Te perdí, San, te perdí por culpa de mi maldita cobardía, nunca más podría tomar tu mano ni verte concentrado mientras hacías tus tareas, nunca me dirías que soy tu pequeño. Nunca más seríamos uno.

Look At Me || WoosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora