Bell fue salvado por Aiz.
Pero, ¿Podrá vivir con eso, y cumplir su sueño de ser héroe?
Una travesía le espera, las complicaciones van de la mano, ¿pero podrá recorrer ese sendero?
Aclaraciones:
- Dungeon ni Deai o Motomeru no wa Machigatteiru Darō...
— Fue una buena pelea, pero volveré a salvarte — Aiz se había puesto en frente de Bell, y enfrentado al minotauro.
—¿Salvarme? ¿De nuevo? ¿Cuántas veces dejaré que venga Aiz para arreglar mis problemas? ¿Siempre tendrá que salvarme?— Se preguntó Bell en su cabeza
Bell hizo una mueca, y cerró su puño, estaba disgustado, no con Aiz, sino con la situación, con él mismo.
—No, no otra vez, sí no me levanto, sí no me supero, ¿Cuándo la alcanzaré?— Bell logró pararse, aunque sus piernas estaban temblando, su cuerpo pedía descansar, pero su alma quería pelear.
Bell estaba fatigado. Pero él quería terminar con ésto aquí y ahora.
No tenía ni la resistencia, ni fuerza, ni magia, ni destreza suficiente para derrotarlo, apenas era más veloz que el minotauro.
Y siendo sinceros, no estaba en condiciones de seguir esquivando, muy cansado para esquivarlo, así que se reducía a rezar para ganar...
—¿Q-qué?... No puede ser. No, no, no. ¿Cómo que otro puto minotauro más? Apenas puedo mantenerme parado con éste, ¿y de la nada aparece otro más?—
El minotauro miró detenidamente al otro minotauro, cortes, heridas, pero no tan cansado cómo su oponente. Era el momento perfecto para acabar con ésto. Observó una esquina del piso, vio a varias personas, pero al parecer no estaban interfiriendo.
— ¡VOOOOOOH! — Se escuchó un estruendo en todo el piso, seguido del otro minotauro corriendo hacia Bell.
...
Los pasos del minotauro cesaron, fue invadido por un sonido mucho más fuerte, alguien, el minotauro, chocando contra una de las paredes del piso.
— ¡No te metas, es su pelea, vaca con cuernos! — Bete gritó lo suficiente como para que se escuche en todo el piso.
El minotauro no entendió muy bien, de hecho, se puso en pose defensiva, cuando vio a Bete que estaba en una pose de desinteresado, entendió a lo que se refería. El minotauro se sentó sobre una roca cercana y clavó una espada en el suelo, manteniendo su mano en el mango.
Por otro lado, Bell ya había recibido todos los mejores golpes del minotauro de lleno, apenas pudiéndose mantenerse en pie. Gotas de sangre escurrían de su frente, manchando de rojo algunos de sus mechones. El minotauro lo observaba agitado, lo describiría cómo... Interminable. El minotauro tenía un pensamiento propio de él, Bell era el doblegado ante su presencia sola, y ante una pelea solo era una árbol contra una sierra, puedes ser tan ancho cómo quieras, pero en algún momento caerás.
El problema era, que ya cayó, pero a diferencia de alguien simple, no aceptó su destino, se levantó varias veces, peleó, y se destruyó a sí mismo, sino por las heridas, es fácil, pero Bell lo complicó más de la cuenta.
Esta vez fue Bell quien inició, corriendo en dirección contraria al minotauro, se estaba alejando demasiado, pero ¿por qué? Bell no huiría de esta pelea, ya está en ella, ahora no puede escapar.
─ ¡Toma ésto! ─ El grito del peliblanco fue escuchado entre todos los presentes, hasta Bete escuchó y observó lo que hizo mientras mantenía vigilado al segundo minotauro.
Un rayo carmesí mezclado de una luz blanca, muy poderosa y cegadora invadía al minotauro, llevándose el Firebolt con Argonaut de lleno.
El minotauro a pesar de haberse llevado mucho daño, seguía parado, esperando a que se corte la cortina de humo que lo rodeaba.
Ahora si empieza la verdadera pelea.
El minotauro corrió hacia Bell, mientras él seguía parado, recuperándose del gran gasto que le produció su propio ataque. Ni se dio cuenta cuando el minotauro estaba al lado suyo, levantando su espada, casi le hace un corte limpio en el dorso, por suerte, el golpe fue más lento y con menos fuerza que sus otros golpes.
El otro minotauro parecía reírse, mientras observaba la pelea, ¿acaso se reía de Bell, del otro minotauro o simplemente le pareció gracioso que siempre se salve de todo Bell? Supongo que era un poco de todo.
─ ¿Cuánto vas a durar? ¡No puedo aguantar más! ─ El chico gritó a pulmón.
Sorprendentemente hubo una respuesta, la respuesta fue ponerse en posición de batalla, al parecer, durará mucho más.
Siguió el combate, Bell abrió el combate con un corte en el brazo izquierdo del minotauro, el minotauro respondió con un golpe de puño cerrado en la cara, dejando a Bell desconcertado, el minotauro clavó la espada en el suelo y agarró a Bell de parte de la ropa que le quedaba, tirándolo de vuelta en el piso y siguiéndole de golpes en la cara. Ya no era pelea, era una masacre, de doblegarlo pasó a estar roto.
Bell no pudo hacer nada, más que recibir golpes de cara.
─ Ésto ─ Lo había dejado sin poder hablar uno de los golpes tantos del minotauro ─ acaba aquí...
Bell cargo varios Firebolts en su cuerpo, dejando al minotauro por el suelo, probablemente muerto...
[...]
─ Ahora sí puedes pelear con él ─ Bete le abría paso al segundo minotauro.
El segundo minotauro era notoriamente más alto que el otro, con unos cuernos más afilados y gruesos, un pelaje mucho más oscuro y un cuerpo más robusto. Llevaba una hombrera en su brazo izquierdo, y una protección de brazo entera en el derecho, y una espada en un funda del lado derecho, medianamente más chica que la que dejó clavada.
El minotauro miraba a Bell, en el suelo, sollozando prácticamente, no había forma de que salga vivo...
La verdadera masacre comenzaba.
El minotauro se acercó dominante, puso un pié en su cabeza, impulsando su rostro contra el suelo, repetidas veces, salpicaba sangre del peliblanco por todos los lados, su cabellera se tiñó de rojo... Bell se encontraba inconsciente, pero el minotauro no lo iba terminar ahí.
Más golpes por todo su cuerpo. Aiz miraba perturbada, pero no podía hacer nada, Bete le bloqueaba el paso, ella lo odiaba, a Bete, al minotauro... A toda la mazmorra, todos los monstruos.
Bell quedó rodeado en un charco de sangre, el minotauro se retiraba exitoso, se sacó la funda de la espada mostrando una espada con un mango plateado, la empuñadura estaba rodeada con una venda negra, y el resto de la espada era un bello rojo carmesí que se iba apagando hasta el final de la espada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La guardó de vuelta en la funda, y se la tiró a Bell. Raramente, Bell la sostenía con su vida o lo que le quedaba, mientras guarda el Hestia Knife, el minotauro parecía reírse.
Mientras se iba miraba a Cranel en el suelo, y en su mente dijo...
