Capítulo VI: Yoroi

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— ¿Quedó claro, Ottar? — Freya se le dirigía con una mirada pasiva, pero filosa, no se podía equivocar.

— Sí, mí Diosa, una armadura a medida para Bell Cranel, ¿el logo de la Familia en la armadura mí Diosa?.

— Sí, déjalo a gusto de Goibniu.

— Entendido, con su permiso, me retiro — Ottar dejaba la habitación al escuchar un "ve" por parte de Freya.

[...]

— Hogni, fue un gusto compartir esta noche contigo, ya es muy tarde, Freya-sama debe de estar esperándome, me tengo que ir — Bell había tenido una gratificante cena con Hogni, aparte de ya tener un compañero para la dungeon.

— Entiendo, yo también me tengo que ir, adiós Bell, nos volveremos a encontrar en el calabozo — Hogni se despedía, y así ambos Ejecutivos se iban de la Anfitriona de la Fertilidad, por caminos opuestos, pero se volverían a cruzar.

[...]

— Así que Freya tiene un nuevo niño... ¿y ella quiere darle una armadura para él? ¿Enserio que sea hecha por una mano de obra de tanta clase? — Un Dios de apariencia anciana le hablaba a una figura que estaba en la puerta, siendo tapado por la sombra de ésta.

— Freya-sama así lo desea; se te pagará más que bien, así que no veo el porqué de las preguntas.
Freya-sama quiere algo que sea representativo de la Familia;las medidas se encuentran en la hoja.
— Ottar le entregaba la hoja al hijo del Dios herrero.

— Entiendo... Freya tiene un nuevo favorito; la armadura se encontrará dentro de 2 días, ¿algo más?

— Nada más, me retiro con su permiso — Ottar mostraba una mini reverencia, demostrando su educación y modismo por los Dioses, hasta cierto punto se parecía a Bell.

[...]

Torre de Babel, el lugar de la dungeon, pisos arriba lugar del mercado de aventureros, y aún más arriba, la habitación de Freya, la sede de la Diosa, que vivía apartada de su Familia, excepto Bell Cranel.
Dicho chico vivía allí, con Freya... Sí, misma habitación, compartiendo la misma cama, y baño.
Un sueño para muchos.

Una cabellera larga color plata se deslizaba sobre una mucho más corta y blanca, pero desordenada. Era contrastante hasta cierto punto, la elegancia, lo fino, algo de seda, tocando, rozando y mezclándose con el desorden, lo imperfecto, mucho más bruto.

Cierta Diosa se reposaba dormida sobre un chico de cabellos blancos que también se encontraba en el mismo estado que ella.

— Mi conejito, sólo mío.... — Estas palabras eran pronunciadas por una Freya dormida.
El abrazo se intensificó, presionando al peliblanco mucho más, aunque para nada incómodo.

El chico movía sus párpados, señal de que se iba a despertar dentro de poco, y la Diosa se pegaba más a su cuerpo, ésto no era de mucha ayuda.

La pose en la que se encontraba era algo... Mal pensable a simple vista, parecía otra cosa, considerando que se encontraban tapados, y con poca ropa, en alguna parte hay ausencia de ella.
Pero era bastante cómodo dormir de esa forma para ellos.

Freya es la primera en despertarse, y aunque no era muy común que madrugue tan temprano, hoy era un día especial, su pequeño, su favorito, bajaba a la Dungeon, después de mucho, mucho tiempo. Quizás se encuentre oxidado, pero el talento es innegable e innecesario de mencionar.

Ella se percató de lo cerca que sus caras se encontraban, lo observó un segundo al chico; le tocó la mejilla en repetidas ocasiones, para despertarlo.

Bell se encontraba sumamente dormido, y aquí se usa el dicho de "A quién madruga, Dios lo ayuda", algo raro considerando que ella es una Diosa. Pero usando su oportunidad, se acercó más a su cara, mientras ella se deslizaba mas en el cuerpo de él, jugaba con su pelo. En ese momento Bell se despertó, aunque ya era demasiado tarde...

Ella ya lo había besado, de hecho, se encontraban sus labios unidos, un profundo beso, muy romántico, digno de la Diosa del Amor.
Por alguna razón, Bell, no rechazó el beso, es más, lo correspondió. Sus cabezas se movían, mientras el joven abrazaba a su Diosa más fuerte.

Después de unos segundos se desprendieron...

— Ara-ara, qué buen comienzo del día, ¿no crees? — Freya lo decía con una mirada y sonrisa particular, una de felicidad.

— F-Freya-sama l-lo siento, me dejé llevar... — Bell se disculpaba con su Diosa, el chico era ignorante en su inocencia.

— A veces dejarte llevar está bien, creo que es el caso. Siempre puedes dejarte llevar con "estos" sentimientos conmigo, Bell-kun.

— Freya-sama... — Bell pensaba lo dicho por su Diosa, ¿acaso le estaba proponiendo una relación?

Los pensamientos de Bell fueron interrumpidos por una Freya que se le acercaba seductoramente, otra vez, pero esta vez para un simple beso, era emocionante, o al menos así lo describiría su corazón.

[...]

— ¿Ya la terminaron? — Ottar entraba a la habitación con prisa, era muy temprano, sin embargo, Freya le había dado instrucciones de que le lleve a un lugar a dicha hora.

— ¡Goibniu-sama! Es Ottar-sama, pide la armadura — El hijo del Dios herrero gritaba a lo que parecía ser como un taller dentro de la casa.

— ¡Ya voy, ven a ayudarme con la armadura, Marco! —Se escuchaba los gritos de pedido de ayuda de Goibniu, se notaba que estaba complicado, Ottar pensó en ir más tarde, pero Freya la quería justo ahora.
...
...
— Mhhh...
...
...
— Aquí está, ten cuidado, es una caja muy pesada, tiene demasiado accesorios y está hecha con buen material, por mí parte, le agregué un escudo pequeño, de brazo, tiene 3 escamas de Lizardman irregular.

— ¿Cuánto es?

— Contando todo... Serían unos 85.000.000  de valis.
Les dije que una pieza de tan alta clase no sería barata...

Ottar sacó una gran bolsa llena de valis de su pantalón y se la dió a el hijo del Herrero.
Marchándose del lugar con la caja de la armadura en mano.

[...]

— Bell, antes de que te vayas al calabozo, ¿te puedes quedar un rato más? Quizás media hora, o una... — Freya le preguntaba a Bell a manera de suplica, se había estado divirtiendo  con él.

Las insinuaciones de Freya de volvían cada vez mucho más obvias, primero con un abrazo, dormir, beso, pero, estuvo cambiando a una mucho más "coqueta". Una que lo ponía rojo al chico cuando la veía así, y no era la ropa, sino sus movimientos.
Dormir juntos lo había normalizado, pero no es común que tu Diosa duerma encima tuyo,con su cadera chocando con la tuya, y sus bocas pegadas. Se parece más a una relación, una que él busca con Aiz, o acaso, ¿buscaba?.

— S-sí Freya-sama, me quedaré un rato más...

[...]

Final del capítulo.

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⏰ Última actualización: May 27 ⏰

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Melancolía - DanmachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora