Capítulo V-Parte I: ¿Recuperado?

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— Disculpa, ¿es verdad que Bell Cranel se encuentra sin Familia? — La pregunta venía de un aventurero.

— Sí, el aventurero Bell Cranel no dispone de una Familia — Una semi-elfo había respondido.

— ¿Hay alguna forma de poder informarle de que mí Familia está interesada en que se una?

— Sí, deja una carta y el gremio se la hacemos llegar.

— Ok, gracias.

— De nada — Eina suspiró, ya era como la undécima vez que venía un aventurero x de una Familia para intentar unir a Bell a la suya, y no entendía quién había puesto ese cartel, pero lamentablemente no lo podía sacar, estaba por encima de su cargo.

[...]

— Bell, voy a pasar — Eina tocaba la puerta en la habitación que se encontraba Bell, mientras pronunciaba esas palabras.

— ¡Espérame un segundo, me estoy vistiendo! — Bell gritaba mientras se apuraba a vestirse.

— ¡O-ok!

Pasaron un par de minutos, mientras Eina esperaba mirando enfrentada a la puerta, la cara de la semi-elfo estaba con un gran sonrojo, sino hubiese tocado se encontraría con un Bell desnudo o semidesnudo.

— Pasa, Eina.

— P-permiso.

— Buenos días, Eina.

— Buenos días, Bell... ¿Qué haces con tu equipo puesto? O lo que queda de él — La semi-elfo estaba confundida, sólo había pasado una semana desde que Bell pudo caminar y hablar sin tartamudear, era imposible que vaya al calabozo así.

— Iré a la tienda a comprar una armadura nueva, y intentaré conseguir una Familia, una pregunta Eina.

— Ok, entiendo, ¿cuál era la pregunta?

— ¿La espada no resalta mucho?

Eina se quedó con cara de poker, ¿enserio esa era la pregunta? Pero respondiéndola, sí resaltaba mucho, muy brillante para poseer el azabache, un rojo carmesí muy fuerte, y un plateado que deslumbraba casi como el blanco de su pelo.

— Ciertamente, si destaca mucho, opaca el cuchillo oscuro que tienes en la funda.

— Es verdad, bueno, volveré en la tarde-noche, para registrarme de vuelta.

— ... Bell, espera.

Bell se dió vuelta, y se cruzó con los brazos de Eina, la castaña lo abrazaba, mientras le pronunciaba un susurro al oído, "Cuídate , ¿sí?".
Bell correspondió el abrazo.

— Eina, voy a volver, ¿ok? Ya estoy mucho mejor.

[...]

Final del acto.

Melancolía - DanmachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora