Vainilla ;;"バニラ"

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Sólo escucho su voz a la lejanía, ¿cómo he llegado hasta aquí? Ayer me encontraba gastando la última célula de atleta que me quedaba para coger el metro y ahora estoy en el maldito aeropuerto de New York

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Sólo escucho su voz a la lejanía, ¿cómo he llegado hasta aquí? Ayer me encontraba gastando la última célula de atleta que me quedaba para coger el metro y ahora estoy en el maldito aeropuerto de New York. Parece una broma.

— ¡Hey, Eiji! ¿Me estás escuchando? — la voz se hizo más fuerte aún. — ¡Eiji! — pero no pude escuchar con claridad.

Miro hacia arriba, visualizando el vasto lugar. Es enorme, imponía. Mis piernas tiemblan, mi boca se seca, siento que me falla la respiración. Un sentimiento de emoción pasa a través de mi cuerpo, ¡estoy en New York! Coloco el dorso de mi mano sobre uno de mis ojos, evitando que el fuerte sol de la mañana me ataque de manera agresiva.

— ¡Eiji Okumura! — vuelvo en mí. — ¿Tan impresionado estás con New York que no me prestas atención? Eres malo. — él rodea con su brazo izquierdo mis hombros, acercándome. Apoya su nariz contra mi cabeza, oliendo mi cabello. — ¿Vainilla?

— No he salido de Izumo desde que tengo memoria, Sing. Y esto es... — aprieto con fuerza la barra horizontal de mi maleta. — impresionante.

— No es para tanto. — me aparta, comenzando a caminar. — Todos los aeropuertos son iguales. — va en dirección a la salida, lo acompaño.

A veces me molesta esa actitud pero me callo para no comenzar a discutir, hacerlo con él es una pérdida de tiempo.

— Eres fotógrafo, has viajado por muchos países, ¿no? — le pregunto, busco con rostro. — Seguro has pasado por tantos aeropuertos que ya no te impresionan.

— Por eso mismo digo que son todos iguales, he visto muchos. — se gira y siento como uno de sus dedos toca la punta de mi nariz. Me trata como si él fuera el mayor.

Sing y yo tenemos una extraña relación. Llevábamos siendo mejores amigos desde hace más de tres años pero ambos comenzamos a tener sentimientos por el otro. Sabemos de ellos, los demostramos, los aceptamos  pero no nos atrevemos a dar el paso. Lo somos todo pero a la vez nada.

¿Por qué lo he atraído conmigo a New York? Por dos razones de peso; él sabe mucho más inglés que yo y segundo, es el mejor compañero de viaje.

Mi teléfono comienza a vibrar, buscando por mis bolsillos, nervioso. En la pantalla sale un nombre que me hace sonreír de inmediato. Le hago una seña a Sing para que fuera buscando un taxi mientras respondía. Me aparté un poco, contestando la llamada.

— ¿Max? — pregunto, esperando su contestación.

— ¡Eiji! ¿Qué tal estás? Llamaba para saber si ya estabais en la ubicación que os había mandado por mensaje. — noto como habla lento, supongo que sabe perfectamente mi poca habilidad con el inglés.

WHO will we be TOMORROW? [ HIATUS ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora