WHO will we be TOMORROW? [ HIATUS ]

Abismo ;; "深淵"

. . .

Ash Lynx.

Una vez más, esta escena se repite. Me encuentro en el balcón, observando las estrellas. Son tantas, parecen estar juntas pero sé perfectamente que tienen años luz de distancia.

— Qué engaño. — susurro, cerrando mis ojos a la vez que me siento en el suelo, apoyando mi cabeza contra la blanca pared.

Tan solitario, sentado en un suelo cualquiera, de una habitación cualquiera, de un hotel cualquiera, en una ciudad cualquiera.

Por un momento vuelvo a Cape Cod.
Esos largos veranos no se comparan a los interminables inviernos de New York. Una sensación de nostalgia me envuelve, así como sus brazos lo hacían.

— Hermano… — después de tanto tiempo pronuncio esa palabra. Una débil sonrisa se escapa de mis labios, abro mis ojos y como si las estrellas gritaran mi nombre.

"Ash".

Me levanto exaltado, agarro con fuerza la barandilla, evitando caer. Busco de manera desesperada su llamado. Lo busco por todos lados. Era él, era su voz, él me ha llamado.

— Hermano, ¿dónde estás? — le pregunto a la noche, como un idiota.

No vuelvo a escuchar nada más que los interminables pitidos de los coches atascados en el frecuente tráfico de la ciudad. Que lugar tan ruidoso, me desespera.

— ¿No has dormido bien? — su voz interrumpe mis pensamientos. Niego.

— ¡Te lo dije! Ahora mírate, mira esas ojeras. Serán imposibles de tapar con maquillaje, ¿verdad, señorita? — el de cabello largo toca el hombro de la joven maquilladora, la mencionada, algo sorprendida, sonríe.

— No se preocupe, joven Lee. Dejaré a nuestro actor principal muy apuesto. — luego de esas palabras, la chica se escabulle bastante apurada. La comprendo, la presencia de Yut-Lung es muy agobiante.

Noto como él se apoya en mis hombros, mirando hacia el espejo que está frente a mí. — ¿Tienes insomnio o te quedaste bebiendo hasta tarde junto Shorter? — venenoso. Aprieta el agarre de mis hombros, me levanto.

— Shorter ha estado ocupado estos días, simplemente no pude dormir bien, los alrededores del hotel son muy ruidosos. — digo escapándome de sus garras, corriendo hacia un lugar apartado de todas las cámaras y profesionales del cine.

Después de buscar durante unos minutos, elijo salir del set de grabación. Me quedo en la gran puerta, viendo como diferentes personas entran y salen.

Faltan nada más y nada menos que diez minutos para que el rodaje comience. Él aún no ha llegado.

— ¿No vendrás? ¿Tendré que preocuparme? — suspiro, metiendo mis manos en los bolsillos, dispuesto a entrar de nuevo.