Capítulo cinco

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Una sensación fría y dura en sus muñecas lo despertó, Zhan abrió poco a poco los ojos y se dio cuenta de que ya era de día pero al parecer recién amaneciendo, pues la luz era de un tono naranja. Agudizó su visión y lo primero que hizo fue mirarse, ya estaba limpio, aunque su trasero dolía de una forma horrible. Trató de  asegurarse de que estaba bien pero no pudo mover sus manos muy lejos, pues estaba esposado otra vez. Recordó lo que le había pasado y todo lo que Yibo le había hecho, sintió rabia e ira. Quiso pararse pero no pudo, el dolor de piernas era inmenso, solo pudo quedarse sentado en la cama, apoyado en la cabecera. Pasaron los minutos, escuchó que la puerta del cuarto se abría y cerraba. Pasos se acercaban a él y segundos después vio el cuerpo de Yibo, completamente desnudo sosteniendo un recipiente mediano que tenía fresas con crema.

—Debes tener hambre después de la acción de anoche, toma —Yibo dejó el recipiente en las piernas de Zhan, otra vez sensaciones frías.

—No quiero, no me gustan.

—No te estoy preguntando, querido, y no te creo que no te gusten las fresas. Cuando éramos niños morías por ellas... O es que acaso... ¿Prefieres las fresas con otra cosa que no sea crema?

—Se muy bien lo que estás pensando, Yibo. Aleja esa cosa de mi, quién sabe lo que le pusiste.

—Tal vez no lo sabes —se acercó a Zhan poniendo el recipiente en la mesita de noche y abrió sus piernas bruscamente y se posicionó entre ellas—, pero no tengo intenciones de de hacerte daño, no sirves así.

Zhan pensó que iba a introducirse otra vez en él, pero solamente tomó su mentón y le dio un pequeño beso, después se levantó y caminó hacia el pequeño pasadizo que daba a la puerta del cuarto.

—¿Me vas a dejar aquí?

—No. Soy sádico, no un secuestrador.

—En cuanto salga de aquí iré a la policía y haré una demanda.

—No lo harás.

—¿Y por qué no? ¿Ah? Eres un maldito imbé... —Zhan no pudo terminar ya que Yibo se había lanzado encima suyo y aprisionó fuertemente sus muñencas esposadas arriba de su cabeza.

—¿Quieres que se sepa que el único hijo del decano de la universidad le gusta que le den por atrás?

Zhan abrió sus ojos completamente. No podía hacer eso... ¿O si? —No te atreverías.

—Oh sí, sí que lo haría.

—¿Y a quien crees que va a creer si lo haces? Tengo la ventaja por se su hijo. Podría decir que me violaste y mi padre me creería.

—Pruebas, bebé. Si lo hago claramente puede verse que no te estabas negando a todo lo que te estaba haciendo.

—Eso no es lo que...

—Zhan, después de esa hermosa y ardiente situación en el otro cuarto, no tenías ni las manos ni los pies amarrados. Pudiste quitarte la venda y dejarme inconsiente para luego irte y acusarme con quien se te de la puta gana.

—Pero yo...

—No hiciste eso, okey, pero cuando tuvimos sexo ya no tenías los ojos vendados, pudiste golpearme o forcejear para zafarte de mí, no lo hiciste y te quedaste disfrutando de mi pene dentro tuyo.

—Tenía miedo de que me hicieras algo.

—Tengo cámaras de seguridad en toda la casa, hasta en mi habitación y en cada esquina. Cámaras de alta resolución en video y audio, que estuvieron grabando todo el tiempo. Claramente se ve y escucha que no te amenacé o te dije algo para que te quedaras. Qué risa das, Zhan. Una ventaja que tú tienes es que desde siempre eres más fuerte que yo, ¿qué te pasó? —Zhan no tenía palabras—. Si me delatas, toda la universidad verá lo que te hice, maestros, limpiadores, hasta tu padre y al ver que ni siquiera luchaste para que te dejara. ¿Qué crees que pensará?

Tentando al pecado [Yizhan +18] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora