Capítulo dieciocho

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Hace diez años y seis meses.

-A-Yi, ya tenemos que irnos. El vuelo saldrá en media hora y sabes que tenemos que estar mínimo veinte minutos antes de que salga, embarcando.

-Solo cinco minutos más, Hai-kuan. Zhan dijo que vendría, no me fallaría.

Hai-kuan ya estaba inquieto. No podían perder este vuelo. Su nueva vida y sus esperanzas se irían con el. Tanto así que chequeaba su reloj de muñeca cada segundo. Cuando ya había decidido que era momento de irse a la fuerza, aunque su hermano se opusiera, observó una silueta poco más alta que Yibo corriendo hacia ellos. Zhan había llegado.

-¡Yibo! Gracias al cielo que aún están aquí. No sabía que iba a hacer si ya no los encontraba -el chico se detuvo justo en frente de Yibo. Este sonreía como su le hubieran dado el mejor regalo de su vida-. Ya... Ya deben irse, ¿no es así?

-Así es, A-Zhan. Yibo, estaré en la sala de espera de embarcación. Te doy cinco minutos -aunque Hai-kuan odiaba hacer sentir triste a su hermano pequeño, debía seguir con sus responsabilidades. Un gusto verte, A-Zhan. Espero nos encontremos otra vez en el futuro.

Zhan se acercó a Hai-kuan, para abrazarlo. La pequeña sensación de aflicción que ya sentía de ver a Zhan se había incrementado. Desde que lo vio por primera vez cuando solo tenía una semana de vida, supo que se había ganado otro pequeño hermano. Le regresó el abrazo con cariño. En qué momento volvería a ver a su pequeño hermano.

-Cuídate, ¿sí? -al deshacer el abrazo, colocó su manos en los hombros contrarios. Le ofreció la más sincera y triste sonrisa que pudo tener y sin más, se fue.

El ambiente se puso nostálgico. Ambos amigos iban a separarse por quién sabe cuánto.

-¿Me llamarás? -Zhan a Yibo.

-En todo momento -respondió dando una abrazo a Zhan.

-¿Me escribirás? -sentía las lágrimas salir de sus ojos al devolver el abrazo hacia su mejor amigo.

-Cada segundo -al alejarse, Zhan lo miró con una ceja alzada y media sonrisa-. Bueno, tal vez no cada segundo, pero te escribiré. Seguido.

Ambos se sonrieron. «Última llamada a los pasajeros del vuelo 0572 con dirección a la ciudad de Nueva York. Favor de abordar. El vuelo saldrá en veinte minutos». Aquel aviso aumentó la tristeza en los dos chicos que compartían un sentimiento escondido más allá de la amistad. Entonces, luego de deshacer el abrazo y darse una última sonrisa, Yibo dió tres pasos hacia atrás y se fue corriendo...

-

Zhan estaba sonriendo en recuerdos. No sabía el por qué había hecho memoria de algo que sucedió hace muchos años ya, pero sentía que eran valiosos.

-¿Por qué sonries, amor? -la vuelta a la realidad. Jiyang estaba en su casa, siendo específicos en su habitación. Recostado en su cama junto a él y descansando sobre su pecho. Horas después de que Jiyang se haya quedado dormido el día anterior que lo había vistado, llegó Bowen. Este último le expresó a Zhan su gratitud por cuidar a Jiyang y le dijo que ya podía irse.

Zhan abrió los ojos y ubicó su mirada levemente abajo, donde se encontraba su novio. La sensación fastidiosa en su pecho había vuelto, pero sabía que no era por Jiyang. -Solo... Recordaba cosas del pasado. Irrelevantes ahora, sin embargo.

Jiyang soltó una pequeña risa. Zhan no le hablaba mucho de él, pero no quería ser un novio pegajoso que no se sentía satisfecho con que su pareja le dijera cada cosa que le pasaba. Pensó, entonces, que solo el tiempo diría cuándo Zhan tendría la confianza suficiente para contarle todo. Lentamente, se acercó al rostro de Zhan y pegó sus labios con los de él. Zhan sentía que no podía soprenderse, pues Jiyang era su novio. Lo olvidaba, qué hipócrita. La voz en su cabeza volvía siempre, haciéndolo sentir miserable. Zhan no tuvo más remedio que seguir al beso, sintiendo absolutmente nada. La sorpresa fue cuando sintió que se subió encima suyo, con sus piernas a cada lado. Aumentaba la intensidad del beso, lamiendo los labios contrarios. Y la carne es débil. Zhan se acomodó es sus antebrazos para acto seguido sentarse y apoyarse en el respaldar de su cama. Tomó la cintura de Jiyang suavemente y, siguió el beso. En su interior, Jiyang se sentía feliz. Siempre estaba feliz con Zhan. Este último rompió el beso y pasó al cuello de su novio, chupando y lamiendo. Jiyang soltaba pequeños gemidos agudos mientras acariciaba la espalda de Zhan, había subido su camiseta un poco.

Tentando al pecado [Yizhan +18] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora