Capítulo 3

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Hashibira Inosuke era un libro abierto, es de esas personas que no tienen reparo en decir que quieren algo, cuando lo quieren, donde lo quieren y cómo lo quieren. El autoproclamado rey de la montaña era orgulloso e impulsivo, con una gran confianza en sí mismo y en sus habilidades y careciendo completamente del sentimiento de vergüenza, algo que en su estado más puro, no tenía que ser necesariamente malo, pero que en muchas veces lo había llevado a abrir su boca de plata y meterlo a él y sus compañeros en situaciones bochornosas.

Inosuke tenía una mentalidad simple, pero tenía claro cuando quería algo de lo que estaba seguro, era que Hashibira Inosuke quiere a Kamado Tanjiro. Por supuesto, la forma en que se conocieron no fue de la forma más amistosa, puesto que el chico de cabello azabache había intentado asesinar a la hermana del peli burdeos, cosa que Zenitsu le impidió protegiendo la caja con su propio cuerpo, lo que ocasionó que él Hashibira le terminará rompiendo dos costillas —de lo cual, cabe resaltar, seguía sin disculparse—, por lo que cuando el mayor de los hermanos Kamado tuvo que saltar a defender a Zenitsu y a su hermana —cosa que solo hizo que el gran flechazo que de por si tenía el rubio por el peli burdeos aumentará con creces—, comenzando una batalla a mano limpia entre ambos cazadores de demonios.

En un principio, al joven Hashibira la pelea no le parecía diferente a otras, la emoción que el rey de la montaña siempre sentía al luchar obviamente estaba presente, pero nada más, era una pelea más en la que estaba a nada de salir victorioso, algo que no era de extrañar puesto que sus habilidades eran grandiosas y su cuerpo realmente flexible. Por lo que, lo primero que le llamó la atención de Tanjiro fue que se preocupara por él gracias a la casi inhumana postura que había adoptado, a pesar de que era su oponente, cosa que por la adrenalina del momento, Inosuke no le dio la mayor importancia.

El momento que realmente le espanto, fue cuando Tanjiro le dio un cabezazo, el joven Hashibira sintió como todo su mundo daba vuelta, estuvo a punto de caerse, pero su orgullo se lo impidió y gracias a la adrenalina logró mantenerse en pie, su máscara cayó, pero a Inosuke no le importo, sentía el punzante dolor en su frente, su vista se volvió algo borrosa y cuando por fin pudo enfocar bien... la vista de su oponente hizo que su corazón diera un vuelco, haciendo que comenzara a latir apresuradamente como nunca antes lo había hecho y sintiendo una agradable sensación en su pecho.

"¡Eso estuvo genial! ¡pero no me vencerá! ¡si lo repite seguro puedo aguantarlo!" fueron sus primeros pensamientos ante esa nueva emoción. Pero los comentarios sobre su femenino rostro de cierto rubio gritón lo desconcentraron comenzando una pequeña discusión a gritos con el mayor de los Kamados. Hasta que el peli burdeos dijo —casi sin darse cuenta, pero con completa sinceridad— que su rostro era hermoso, cosa que hizo que Inosuke se estremeciera por completo y la agradable sensación en su pecho fuera en aumento.

Inosuke al principio no supo qué era lo que estaba sintiendo, solo supo que era agradable y que lo había sentido al momento de pelear con Tanjiro, así que intento provocarlo para pelear de nuevo, aunque lastimosamente, una vez la adrenalina se desvaneció, no soporto más la contusión causada por el cabezazo y se terminó desmayando. Cuando despertó al rato, el joven Hashibira ya no solo estaba molesto por haber perdido, estaba confundido, confundido por todas y cada una de las acciones del peli burdeos.

Mientras se hospedaban en la casa de la "vieja bruja", el Hashibira hacía de todo intentando provocar al peli burdeos, cosa que nunca lograba, cosa que lo hacía refunfuñar frustrado. Si le robaba de su comida, Tanjiro le ofrecía su porción entera, si lo despertaba abruptamente —aún si era de noche— y lo empujaba fuera del futon, Tanjiro le decía que no pasaba nada y gustosamente lo dejaba dormir en su futón para él dormir en el futon restante, si le interrumpia en pleno baño y se metia a la misma tina que el peli burdeo, el joven Kamado se ofrecía voluntariamente a lavar su cabello y hacerle un masaje, y esas veces, Inosuke por poco y se quedaba dormido en pleno baño.

Mimando al hermano mayor | Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora