Capítulo 1

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Nezuko dejo de escuchar el ruido de la batalla dentro de su caja, siguiendo su instinto, salió de la caja y se levantó buscando con la mirada a su querido hermano mayor, pese a que este le había dicho que no era necesario que saliera. Frunció el ceño en un pequeño puchero al no verlo, ni a él, ni al demonio con el que había estado luchando.

El lugar estaba un poco destrozado, pero no irreparable, después de todo, tan solo era una casa en las cercanías del bosque a una hora a pie hasta el pueblo más cercano, en donde vivían humildemente una pareja de ancianos junto a su hija y su marido, quienes parecían haber contraído matrimonio recientemente. Era una lástima.

Una familia viviendo en un ambiente así de aislado era el ambiente perfecto para ser las víctimas de un demonio, quien, para cuando Tanjiro y ella llegaron al lugar, ya había devorado a la anciana, y asesinado al anciano, a quien estaba a punto de devorar hasta que Tanjiro llegó y le plantó pelea. El joven matrimonio se había mantenido en una esquina sin mirar la horrible y bizarra escena, apretando los ojos, abrazándose con fuerza y temblando ante la inminente muerte que les esperaba.

Para ellos la llegada de Tanjiro fue un brillante rayo de esperanza. Quien les ordenó que escaparan hacia el pueblo y no volvieran hasta el amanecer, era tan solo un demonio, y no era ninguna Luna Demoníaca, así que él podría arreglárselas sin siquiera tener que involucrar a Nezuko.

O al menos eso creyó.

Nezuko salió de la destrozada casa al no ver rastro de su hermano mayor, ni del demonio, camino un poco y sintió el olor a sangre, sangre humana, la sangre de Tanjiro, sus ojos se abrieron y su saliva comenzó a escurrir por su boca, a pesar de ser la sangre de su propio hermano, se le hacía tan tentador... Agito su cabeza rápidamente, no, no debía, no debía dejarse llevar por la tentación, ella protegería a todos los humanos, no podía ni debía atacar a ninguno, mucho menos a Tanjiro, su propio hermano.

Continuó caminando mientras buscaba con la mirada a su hermano, en unas dos horas se haría de día, y Nezuko lo presentía, así que debían irse rápido. Pero se detuvo en seco y temblo, al visualizar a unos cuantos metros de ella, el inconfundible haori a cuadros negros y verdes de su hermano, más no había rastro de él, sus ojos se llenaron de lagrimas, y las venas en su frente y cuello comenzaron a marcarse sintiendo un gran enojo, apreto con fuerza sus puños en los cuales tambien se marcaban venas, y corrio a gran velocidad hacia el haori.

Solo cuando estuvo cerca noto lo que antes no había distinguido, un bulto en el haori, no podía ser el demonio, ya que este seguramente había huido apenas se le presentó la oportunidad, pues no era rival para Tanjiro. Nezuko descubrió al bulto y sus ojos se volvieron a abrir. Esta vez sí derramó las lágrimas que había estado reteniendo por el coraje.

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En la Finca Mariposa, Aoi se encontraba algo cansada e irritada, ¿la razón de esto? Zenitsu, quien se había clavado una pequeña astillita y había armado un gran escándalo, obligando a Aoi a inmovilizarlo y quitársela con esfuerzo, causando que Zenitsu lanzara un grito tan alto como para quedarse afónico, cosa que no sucedió milagrosamente y para la decepción de Aoi, a quien casi se le rompen los tímpanos. Contando hasta cien logró aguantarse las ganas de propinarle su merecido golpe al llorón de Zenitsu. Lo peor vino cuando del dedo del rubio comenzaron a salir unas diminutas gotitas de sangre, lo que dejó pálido a Zenitsu, y a la pobre Aoi, quien ya se imaginaba lo que se venía.

—¡¡GYAAAAAAA!! ¡¡ME VOY A MORIR!! ¡¡DEFINITIVAMENTE VOY A MORIR!! ¡¡ME VOY A MORIR DESANGRADO!! ¡¡ESTO SEGURO SE INFECTARA!! ¡¿NO?! —comenzó a chillar Zenitsu, totalmente preso del pánico, con las lágrimas y mocos saliendo a montones. Su cara se volvió blanca al igual que su cuerpo, y Zenitsu se desmayó, quedando con esa expresión de pánico y con la boca bien abierta. Aoi podría haber jurado ver cómo el espíritu de Zenitsu se escapaba de su cuerpo por su boca.

Mimando al hermano mayor | Kimetsu no YaibaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora