Jungkook la miró en silenció y luego habló.
—Es una lástima que tus pensamientos no puedan cambiar el orden mundial actual. La mayoría de las personas no se detienen a pensar en que algún día van a morir y viven todo el tiempo acumulando una riqueza que no puede salvarlos de la muerte.
Él pasó junto a Amelia y bajó las escaleras hacia la alberca.
Aunque Amelia ya no miró su semblante si sintió un cambio en su aura, algo que dijo pareció molestarlo. Aunque esa molestia era inexplicable.
Amelia lo siguió luego de volver a mirar por la ventana. La vista era hermosa y de todas formas no tenía un mejor lugar al que ir.
Cuando llegaron al último escalón las luces de todo el cuarto se encendieron presentándoles así un enorme último piso.
Si la vista desde arriba gritaba "lujo", entonces visto desde abajo no hay una forma más adecuada que llamarlo "asquerosamente lujoso". Ella misma se avergonzaba de parecer una niña que no ha visto el mundo cuando escenas así ya habían sido vistas por ella en otros lugares, pero cuando una persona decide poner piedras tan preciosas como rubíes y esmeraldas como decoración en una alberca no puede ser su culpa si se siente totalmente en shock.
Por su parte Jungkook no estaba mucho mejor, aunque ya había visto ese lugar dos veces antes que Amelia recordaba que tenía un personaje que mantener. Solo podía suspirar y tragarse los comentarios.—Entonces... Jungkook. ¿Puedes decirme qué clase de negocio es este? Escuché algo sobre Angel Kiss pero la realidad superó cualquier cosa que pudiera haberme imaginado.
Amelia respiró hondo e intentó calmarse. Se sentó sobre un camastro a lado de la alberca y miró a Jungkook quién estaba mirando algo en la pared.
Cuando miró hacía ahí notó que en la pared había un mural en forma de relieve de un rostro parecido a una máscara pues carecía de grandes rasgos faciales, sobre de este habían unos cuernos largos y a los costados un par de alas enormes. Los trazos eran sutiles, si no se hubiese prestado atención probablemente pasarían desapercibidos.No hacía falta decir que todo en ese piso hacía obvia referencia a el arte de la Antigua Grecia.
Amelia lo miró con detalle, quería grabar esa imagen en lo profundo de su memoria pues el arte no siempre le llamó la atención, pero justo en ese momento sintió la necesidad de conocimiento sobre aquel mural.
¿Por qué aquella figura le daba una sensación extraña? Algo como una mezcla de bondad, maldad, y neutralidad. Habían demasiadas referencias que se le podían ocurrir.
Amelia miró a Jungkook, esperando la respuesta a la pregunta que casi olvidaba que había hecho.
—Preciosa, ¿Qué sentido tiene que te lo diga?
Jungkook dejó su vaso de whisky sobre la mesa y se acercó a ella. Su rostro quedó a centímetros del suyo y fue acercándose sin que ella reaccionara.
Todo pasó tan rápido y lento a la vez que antes de darse cuenta Jungkook había pegado los labios de ambos y chupado su labio inferior.
Cuando se separó pudo oler el whisky y su olor corporal, parecía ser romero o sándalo.Jungkook no se alejó de inmediato, solo se alejó lo suficiente para estar cara a cara y con una sonrisa le dijo una palabra antes de darse la vuelta e irse.
—Averígualo.
Amelia se tapó la boca con la palma de su mano y sus mejillas comenzaron a teñirse de color rojo.
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Encerrados: Jungkook [SOS #1]
Fanfic«Somos cómplices de un amor fugaz». De repente y sin aviso Amelia se encontró en una casa a lado de un desconocido. La única explicación a esa situación la encontró en las interminables experiencias que tuvo con su hermana Emilia, misma que único pr...