Capítulo.5

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EDWARD

Me removí en la cama con pereza,  no había dormido casi nada pero me levanté y me senté en un rincón de la cama mirando para todos lados logrando aclarar mi visión. Caminé hasta el baño y evitando mirar el espejo entré en la ducha.

Después de haberme vestido y duchado, bajé las escaleras y me senté en una de las sillas que estaban en la cocina. Mi madre estaba allí calentando leche, al percatarse de mi presencia apagó el fuego. Aún tenía moretones, más morados que antes.

Corrió a mí y me abrazó, rodeó sus brazos en mi cuello y dejó su cabeza en mi hombro y comenzó a llorar.

Mi corazón se apretujo.

Edward...—decía sollozando. Aún no le había respondido el abrazo.

La rodeé con mis brazos y ella comenzó a llorar más fuerte, ya sentía mi hombro mojado. Ella estaba mal y buscaba desconsuelo algo que yo nunca le daba.

"Lo único que te mereces es morir"-dijo la vocesita en mí.

Me separé de ella y le limpié las lágrimas, me levanté de la silla y salí de la casa.

¿No vas a desayunar?—la escuché decir antes de que me saliera por la puerta. Ella aún no se acostumbraba que mi única comida en el día eran alguna que otra fruta o algunas veces en las que moría de hambre, cenaba con la familia.

No le respondí y salí para llegar al instituto.

***

Las clases habían terminado, hoy no había visto a Jules. Ahora casi siempre hablábamos y eso me alegraba más de lo que demostrara. Ella me había gustado hace un año y con tan solo hablarla me alegraba el día. Ella era hermosa aún no entendía porque ella quería ser mi amiga. Yo no era muy amigable y nadie quería amistad o cualquier tipo de conversación conmigo. ¿Por qué ella sí?

Caminé hasta la casa hecho un lío de mis pensamientos, hace unos días lo único que pensaba era en el suicidio y mis padres. Ahora otra personamás había entrado en mi vida aunque fuéramos solo amigos ella me hacía feliz.

Al llegar a casa volví a escuchar gritos de mi madre siendo maltratada por un imbécil. No quería presenciar esta escena y tampoco escuchar los gritos desde mi habitación así que me fui al parque.

Una vez allí me dediqué a dibujar, sonreí al recordar la cara sorprendida de Jules al ver mi dibujo. Sabía que no dibujaba bien pero me lo decía para hacerme feliz algo que sí lo logró.

¿Edward?—levanté la vista ante la mención de mi nombre y me encontré con la chica que reinaba mis pensamientos estos días.

¿Que haces aquí a esta hora?—preguntó. 

"Mi padre está pegando a mi madre y no quiero verlo haciendo tal acto"-pensé.

Puedo preguntarte lo mismo.—contraataqué.

Ah yo.—se quedó meditando unos  minutos.—Yo siempre me aburro en casa así que prefiero venir aquí, casi siempre estoy aquí.—completó con una sonrisa. Sentándose a mi lado en el banco.Mi corazón latió más fuerte con su cercanía.

Yo también estaba aburrido.—mentí. Obvio que no le iba a decir la verdad.

¿Quieres un helado?—ofreció. La verdad tenía mucha hambre y amaba el helado pero tenía mucho azúcar. Y mientras más azúcar más calorías.

No, Gracias.—sonreí.

Vamos, sólo es un helado y además hoy ni almorzaste.—la miré con los ojos bien abiertos. Hoy no nos habíamos visto y si ella sabía eso es porque...

¿Me espías acaso?—le pregunté divertido a lo que ella se sonrojó.

No, claro que no. Sólo pasaba por allí y lo vi.—respondió rápidamente. —Ahora quieres helado ¿O no?

Bueno, si tanto insistes.—acepté

Nos compramos helado, yo pagué el mío y ella el suyo. A los dos nos gustaba el helado de Frutilla. Mi estómago se puso más que contento al recibir comida después de tantas horas.

Will.—me llamó por primera vez de la manera que ella había querido.

¿Sí?

¿Quieres venir a mi casa mañana?—preguntó. ¿Qué? mis ojos se abrieron grandemente.

¿Que haría en su casa?

¿Qué?

Podemos ver películas y jugar algunos juegos que yo tengo. Aún somos niños ¿No?—aclaró.

Pero...

Somos amigos y los amigos pasan el tiempo juntos. Y además así no te aburres en la casa.

Bien.

¿Después de clases?

Después de clases.—confirmé con una sonrisa.

Con amor, Jules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora