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¿Porqué nosotros?

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La escandalosa risa del menor le empezaba a irritar pero de igual manera seguía ignorándola mientras comía uno de los bocadillos que tenía guardado su compañero de cuarto en una de las neveritas para meter agua, se sentía agradecido y seguía sintiendo algo de culpa debido a lo que le había hecho al chico nuevo en los jardines. Y se sintió aún peor  al entrar en su nuevo cuarto y ver sobre su cama una pequeña nota en un post-it rosado en el que el mayor le comunicaba que en su neverita compartida para refrigerios le había dejado dos bocadillos. Ponía que se lo comiera de una manera peculiar, regañándole: "no pienso perdonarte lo que me hiciste en el laberinto si, MINIMO, no te comes uno de los bocadillos. Se que tienes hambre, Kang Taehyun."

Tampoco quería comer solo así que se escapó de las habitaciones para malgastar su tiempo libre con su mejor amigo, quien seguí riéndose una y otra vez recordándole lo de esta tarde.

-Oye, Ning. Sé que siempre te digo que nunca dejes de sonreír y que me encanta tu risa escandalosa.-Un chico alto de cabello cobrizo que les acompañaba en aquella merienda le hablaba al menor.-Pero creo que tu amigo se está molestando.-Taehyun observó a Yeonjun con agradecimiento, no se esperaba menos del ángel de esa cárcel que llamaban internado.-Pero debo admitir que fue divertido.-Por muy buena gente que fuera el mayor, se estaba aguantando la risa. El castaño rodó los ojos mientras tragaba su último bocado.

-No se ni para que te cuento nada, Kai. Siempre se lo largas a todo el mundo.-Reprochó Tae mientras hacia de la envoltura de su comida una pelota.

-Lo siento, no quería reírme yo solo, Junie tenía que saberlo.

Ambos amigos echaron a reír de nuevo haciéndole rodar los ojos por enésima vez a Tae.

-¿Que le ven tan divertido? No es para tanto, solo los confundí no se parecen en nada. Pensaba que eran pareja.-El castaño se levantó sin esperar respuesta mientras miraba la hora de su reloj.-Mejor entremos ya a los dormitorios, va a empezar la guardia de los pasillos.

El mayor se despidió de ambos menores antes de irse a la sección de los dormitorios de último año, no sería bueno que uno de los guardias de seguridad le pillara en los salones de descanso de otro curso y le bajen puntos de conducta. Aunque si se arriesgaba a estar con ellos, saltándose las guardias de ambos edificios, demostraba que no le importaba mucho que le bajaran puntos que perjudiquen su expediente. Sería una pena siendo el estudiante con mejor fama.

-Me gustaría saber desde cuando tu y ese chico sois tan amigos.

El más alto se quedó en silencio mientras le brindaba compañía al mayor mientras se dirigían al dormitorio del extranjero. La respuesta tardó en llegar, Hueningkai estaba buscando las palabras exactas para contestar a cierta pregunta. La verdad su amigo  nunca le había preguntado nada de su acercamiento con Yeonjun, amigo que había hecho ya desde casi nueve meses, pero se merecía una explicación después de incluirlo en su escaso circulo de amistad. En cuanto llegaron a la puerta del dormitorio de Hueningkai ambos se detuvieron.

-No lo se.

-¿Tu eres tonto? Has tardado cinco minutos en responderme y me dices "no lo se"?-La risa del menor le hizo suspirar cansado, no se encontraba anímicamente bien ese día como para soportarle sus bromas.-Baja la voz que nos van a descubrir.-Eran las seis de la tarde, la luz que entraba por las ventanas era muy cálida, iluminaban bien los anchos pasillos cubiertos con alfombra roja. Pero a pesar de que era tarde, se lees tenía prohibido deambular por los pasillos después de las cinco de la tarde.

Prosopagnosia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora