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-¿Antes no te amaba? -.

-No sé, dímelo tú -.

-Hero, esto es confuso yo... yo ayer tenía apenas 16 años, tienes que creerme. Se que es una locura, pero más para mi -.

-Ya mi amor no hables, seguro es el estrés del embarazo o algo -.

-¿Y eso explica porqué no recuerdo nada desde la noche en la que me acosté partiendo en el año 2015? -.

-No, no lo sé, amor... pero no quiero pensar que estás loca, no quiero -.

-¿Y si lo estoy? Tengo tantas preguntas-dije poniéndome en pie-. No sé si el sueño es esto o tal vez mi vida anterior. No sé qué hago aquí, no sé cuando me case, ni cómo fue, no sé cómo nos conocimos y nos hicimos novios, ni siquiera sé cuándo hicimos el... amor -dije sonrojada.- ni siquiera se hacerlo y tener hijos, lo sé únicamente por documéntales de clase, jamás he dado a luz y menos he estado embarazada, y ahora se supone que lo estoy, sin saber ni siquiera cómo está en mi vientre... Quiero ver a mis padres, ahora -supliqué al ver que él no decía palabra, pero de pronto su cara palideció, y sentado en el suelo, se apoyó en la puerta sin mirarme.- ¿Qué ocurre? -dije asustada, no me gustaba esa reacción.

-Cariño, tus... tus padres... tus padres -.

-¡¿Mis padres, qué?! -grité con desesperación, notando como lágrimas se acumulaban de nuevo en mis ojos.

-Tus padres murieron... -.

De pronto el mundo se me vino abajo, comencé a recordar todas aquellas veces que dije que eran unos pesados, que ojalá no existieran y me arrepentí con toda mi alma, en ese momento no pude seguir conteniendo mis lágrimas.

-¿Có... cómo? -dije temblando.

-En un incendio... tu madre cocinaba y se olvidó de apagar el fuego o eso es lo que los bomberos creyeron. Tú no estabas en casa y cuando volviste solo quedan cenizas... -yo no respondí y fui dejándome caer a su lado, apoyada en la puerta al igual que él.- ese día anulé una presentación... fue cuando nos conocimos... con solo verte supe que no tenía que separarme de ti, que eras la indicada -entre tanto llanto, lo que que me hizo sacar una pequeña y mínima sonrisa, fue cuando él pequeño Harry apareció vestido con uniforme y maleta, Hero me beso la mejilla y me ayudo a levantar.- no tardaré en volver, luego arreglamos todo... estate tranquila ¿ok? -yo solo asentí.- ¿Me lo prometes? -.

-Te lo prometo -.

-Ahora -dijo agarrando en brazos al pequeño y acercándolo a mí, el niño me sacó una sonrisa con su beso en la mejilla y sin tener motivo, ya que era mi hijo, me hizo ruborizar.- un beso para el campeón y otro para la mejor -dijo dejando al pequeño en el suelo y besándome de nuevo –esta vez de pies– diferente a la anterior, esta vez le permití rodear mi cintura con confianza y que acaricie mi mejilla y barbilla-. Nos vemos luego, amor... y espero que vestida o podría haber un delito aquí -.

El niño abrió los ojos curioso y yo me quede de piedra, ¿A qué se refería con aquello?

Hero salió de la casa con Harry, y yo me quedé en la puerta, hasta que vi como el auto se alejaba y luego la cerré, esto era una locura ¿Por qué pedí ese maldito deseo? ¿Por qué se me cumplió? Ni siquiera tenía a mis padres para refugiarme... estaba sola en esto y si no seguía la dirección que todos tomaban, me llevaría a un manicomio o algún lugar peor, después de llorar hasta desahogarme y creer que ya no tenía más lágrimas, subí de nuevo las escaleras principales desganada, tenía que afrontar aquello, quisiera o no.

Entre a la misma habitación de la que hace unos momentos había salido y la observé con cautela... era realmente de mi gusto, miré los armarios que habían, dos, me acerque a ellos y mire cada uno hasta que vi la ropa de mujer, la que ahora sería mía.

Me asombro ver que seguía siendo tan moderna, pero no me tome mucho tiempo eligiendo ya que temía que Hero volviera y aún estuviera así, abrí la otra puerta que tenía la habitación y como esperaba era el baño, cuando entre me duche con agua fría y me vestí con tanta rapidez que ni yo misma me reconocía, agarré el peine que vi y me recogí el pelo con un moño que vi sobre las toallas.

Cuando abrí la puerta lista para recibir a mi "marido" algo fallo, mis piernas se debilitaron y el estómago parecía revolverse golpeando hacia abajo y de nuevo hacia arriba, no sé en qué momento caí pero cuando logré cobrar el control, estaba sentada en el suelo hundiendo mi mano en mi barriga, mientras apretaba los dientes aguantando aquel dolor infernal, de pronto me levanté lo más rápido que pude con el poco equilibrio, con el que me encontraba y metí de nuevo en el baño para vomitar, mi cara era pálida, me quedé allí de rodillas unos segundos intentando recobrar el sentido, aquello era normal, si mal no recordaba... estaba embarazada, ¿no? De pronto la piel se me erizo ¿y si aquel sueño no se acababa?, ¿y si Hero me obligaba a ejercer como mujer?, ¿y si llegaba al momento del parto? ¿Como lo haría? ¿¡CÓMO!?

Cuidado con lo que deseas || Hero Fiennes TiffinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora