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<El cabeza de menta arruino mi florería>

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Luego de salir al mediodía del instituto me dirigía tarareando una canción inventada hacia la florería de mi tía para cumplir mi turno diario de lunes a lunes ella para ayudarla y para no dejarla sola por horas. Para mi suerte la botánica no es algo que me parezca del todo laborioso ni cansador, sin embargo no la encontraba del todo interesante ni asombrosa como mi tía Sun lo hacia.
Ella era botánica graduada con honores luego de haberse recibido como bióloga, era claro que su sueño era dedicarse de por vida a la biología y sus plantas. Su florería era algo de lo que estaba totalmente orgullosa y que por mas que hace años trabaja en ciertas empresas como botánica y bióloga, ella siempre había querido tener su propia florería con un vivero, dedicarse a cuidar a seres tan frágiles como las plantas.
Eran, según ella, los hijos que no tuvo. Al igual que como me consideraba a mi.

Al llegar vi a la tía moviendo los lirios de lugar y haciendo que el orden del degrade de sus colores sea distinto. Tenia su manía de estar constantemente cambiando de lugar las plantas, cambiando sus ordenes de colores, por su tamaño, por su edad, por su estructura, por todas las características que se imaginaba. Era una obsesionada.

-Oh, hola mi pimpollo, ¿Cómo te fue en el instituto?- la voz suave de tía Sun llego luego de verme pasar por la puerta de vidrio haciendo que el llamador de ángeles haga ruido anunciando mi llegada.-Si puedes pasarme las tijeras de podar que están en mesa de los gladiolos te lo agradecería, amor.- me acerque a la mesa dicha que estaba a la izquierda de la entrada y agarre la gran tijera para extendérsela, mientras me acercaba mas a ella y le dejaba un pequeño beso en su mejilla izquierda y ella a mi en la derecha.
No era muy común que en Corea tengamos esas costumbres de ser así de expresivos físicamente pero con mi tía siempre teníamos esa costumbre desde que tengo uso de razón, de ser así de cariñosas y expresivas una con la otra por mas que ambas tengamos una personalidad parecida de ser poco dadas afectuosamente con el resto de personas. Cada vez que alguien nos veía hacer esos actos de cariño nos miraban raro, como si fuéramos bichos raros. No era nuestra culpa que no hayan tenido cariño familiar en su infancia para estar así de amargados, ¿no?.

-Me fue bien creo, ya sabes, la misma historia todos los martes y jueves.- Tía Sun sabia a lo que me refería. Ella estaba enterada de los problemas que tenia en relación a las clases del profesor Choi y siempre expresaba su desagrado ante ese viejo, ya había ido a hacer mas de una queja al instituto para que sacaran a ese profesor pero era en vano su insistencia ya que preferían hacer oídos sordos a pagarle la indemnización y jubilación al viejo asqueroso. Había dicho para sacarme de ese instituto y llevarme a otro pero yo le había refutado diciéndole que no hacia falta eso, ya tenia suficiente teniendo que pagar mensualmente las cuotas estudiantiles como para que luego tenga que cambiarme y pagar una matrícula, uniforme, etc. Aparte de que ya estaba acostumbrada a mi rutina en el instituto de Daegu.- Siempre con sus comentarios de viejo con las bolas arrugadas, pero hoy tuve suficiente y le cerré la boca a él y a su séquito de mocosos idiotas.- le dije mientras iba a buscar el abono natural que hacíamos en el fondo.

-No puedo creer que aun sigan teniendo a ese intento de hombre como profesor, te juro que cuando termines tus estudios allí voy a ir personalmente a cortarle sus capullos escrotales con mis tijeras.- dijo mientras cerraba con furia sus tijeras en la ligustrina que estaba trabajando. Solté una risa imaginándomela con sus amadas Mannesmann en mano y acorralando al profesor Choi mientras apuntaba a su entrepierna y este intentaba cubrirselas inútilmente.

Mint ▪︎MYGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora