"Sólo quería lo mejor para ti, pero fui yo el que te guío al infierno en el que sufres".
Para Mikaela, Yuichiro era lo más preciado que tenía y no podía soportar como los seres amados de su ángel lo envenenavan.
Parejas:
- Mikayuu
- Gurenshin
Épo...
Guren se llevó a Yu-chan, no lo vi por una semana hasta que apareció cargandolo. Pensé que todo sería normal, como era antes cuando despertó supe que todo cambio.
Los escapes y juegos en el patio se detuvieron, sus padres me dijeron que estaba débil y ya no podía hacer mucho esfuerzo físico por lo que se quedaba en cama. No quería creerlo, Yu-chan, el niño aventurero que conocí era muy energético y no podía estar quieto, es verdad que aún era activo pero lo sentía apagado.
En uno de mis afanes por querer jugar con Yu-chan lo lleve al patio, había llovido un poco ayer y había agua empozada en el jardín. Jugamos dos horas, sentía que el chico que conocí volvía pero cuando volteó a verlo se encontraba tirado con su rostro completamente rojo.
Subí las escaleras con rapidez buscado a Guren, tropezaba de vez en cuanto pero llegue. El se levantó por como llegué a su oficina.
- Guren, Yu-chan esta.- dije con lágrimas en los ojos, es salió corriendo. Primero entro a nuestro cuarto pero confundido no lo encontró.
- Yo quería jugar con Yu-chan en el jardín.- dije bajo, la culpa me devoraba vivo.
Guren no dijo nada, agarró una sábana y volvió a la carrera, en menos de cuarenta segundos volvió con Yu-chan en manos. Lo acostó en la cama, dirigió su mano a su frente y vi como las mejillas de Yu-chsn bajaban de color.
- Mikaela, debo hablar contigo.- dijo Guren concuciendome a su oficina, yo lo seguí en silencio, aún sentia la presión en mi pecho.
Me dijo que me sentará y yo lo hice, e se sentó frente mío en su escritorio, se quedó callado, tal vez pensado como me iba a regañar.
- Mikaela, tal vez aún no entiendas porque Shinya y yo estábamos preocupados por Yuu, intentaré explicarlo.- dijo parandose y se acercó a su biblioteca, vi que saco un papiro antiguo y se arrodilló a mi lado, abrió el papiro y se podía ver a un ángel como Yu-chan, con seis alas.
- ¿Esa ángel, es como Yu-chan?- dije viendo el dibujo, se parecía a el pero las alas de mi Yu-chan eran más grandes.
- Este ángel no son cualquier ángel, es un Serafín.- dijo completamente serio.- se que pensaras que no hay nada de malo, pero créeme es algo malo.
¿Malo? Yu-chan no era malo, ni él, ni sus hermosas alas, mire molesto a Guren, luego me paré de la silla para irme a cuidar a Yu-chan.
- Cuando tengas dieciséis te lo explicaré más a fondo.- dijo con decepción.- ahora solo promete que no le digas a nadie la identidad de Yuu.
- No le diré a nadie.- dije cerrando la cerrando la puerta para luego recargarme en ella.
Yu-chan no es malo, sus alas don hermosas.
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Narrador
Paso el tiempo y ambos continuaron sus estudios, Mikaela era un experto en todo lo que se propusiera y con sus catorce años empezó a entrenar la espada. Sorpresivamente Yuichiro mejoró o incluso superó a Mikaela en los estudios de matemáticas y lenguas, también practicaba la espada pero solo una o dos horas diarias.
La amistad entre los dos iva creciendo día a día, Mikaela conocía s otros chicos por estudios pero no le gustaba estar afuera ya que Yuichiro se quedaba solo, entre las damas del lugar se conocía la fama de la belleza del rubio, pero este solo tenía ojos para el chico de ojos esmeralda, porque si Mikaela se dio cuenta que le gustaba, pero también decidió quedarse callado.
Ambos en su tiempo libre se la pasaban hablando de su día, juegos de mesa o una pequeña pelea de espadas, pero ese era su tiempo, solo de ellos dos.
- Afuera es muy aburrido sin ti, Yu-chan.- dijo el ojos azules, tomando el brazo del otro.- La gente es muy molesta.- el rubio sólo a jugar con Yuichiro muy meloso para que otro también lo siguiera.
- Mika.- dijo serio el pelinegro a lo que otro se sentó frente de el.- quiero salir.
Mikaela se sorprendió porque en tres años en que su condición debilitó, nunca pidió algo que sus padres le prohibieron, esto era nuevo.
- Yu-chan, tu sabes que no puedes, tu condición.- Mika siento sus hombros ser tomados por fuerza.
- Lo sé, pero, llevo toda mi vida aquí encerrado, se que mis padres me dan todo lo que pueden pero...-. el pelinegro cerró los ojos.- en verdad quiero ver el mundo por mi mismo.
Mikaela se quedo pensando, Yuichiro estaba débil y no era correcto que saliera para el rubio la respuesta era muy fácil pero al mirar el rostro de pelinegro, las lágrimas gruesas caían de su rostro.
- Saldremos el sábado.- dijo esto al mismo momento que la sirvienta trajo los bocadillos que Yuichiro pidió.- saldremos juntos el sábado, pero solo una hora ¿Ok?
- ¡Si!¡Muchas Gracias, Mika!- dijo abrazando al rubio con fuerza.
Pobre Mikeala, cuanto rogarías le cambiar esta pequeño momento.
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Espero que les guste el cap Voy a intentar traer episodios más seguidos porq a mi no me falta historia me falta tiempo para escribirla xD