Respiración pesada por la caminata que empeoraba; culpa de la temperatura que decae en las noches. En la calle vacía a paso rápido, tan rápido como se empañaban sus anteojos debido a las lágrimas causantes de una pelea.
Las manos temblando por la precion que recibió en sus muñecas ahora con un color rojo que le ardía, el amarillo de la punta de sus dedos se volvía azul por el frío. Inmóvil debajo de la luz de un único farol hubicado fuera de un hogar, contenía la respiración y las ganas de soltar un fuerte grito para desahogar todas sus penas y lamentos, pero se contuvo.
Recuperando el aliento, dió media vuelta y volvió de camino a su "hogar" ya pasado un buen rato desde su partida. Tuvo la opción de irse y no volver nunca más pero se trataba de mantener de pie por Usa, él quedaría destrozado si tomaba la opción incorrecta. Siendo altas horas de la noche creía que iban a estar las luces apagadas al llegar, pero ahí estaba, caminando de un lado a otro con la sangre hirviendo a no más poder en el medio de la sala y su amado sentado en el sillón sin decir ni una palabra.
- Y que por fin decides llegar. Siéntate honey, debes estar cansado - disimulando su ira con dulces palabras, Rusia dió unos pasos invitando al alemán a entrar agarrándolo de los hombros.
Aturdido se dejó llevar, tal ves para no pasarla peor. Al sentarse, Estados Unidos lo abrazo rodeando su cuerpo tratando de protegerlo, quería verlo a los ojos que ocultaba cabizbajo pero con su respiración se daba cuenta que estaba llorando.
Siendo una de las pocas veces que vio a Alemania llorar en su vida, le agarro coraje para levantar la voz hacia el ruso - Te atreves a tratarnos así como si fueras el más santo de este lugar. Quien te crees?!! -
- Ahora yo soy el malo de la historia no? Пошел ты на хуй!! - sin decir nada más, se dirigió al cuarto que compartían cerrando la puerta con llave dando a entender que ellos dos dormirían en el sofá ese día.
Acomodando su postura se quitó los lentes para limpiarlos sin cuidado con su ropa, no le preocupaba dañar más el cristal. Tomando un respiro y mirando la pared sin un punto fijo, ahora se apreciaban sus ojos hinchados de tanto llorar. Las piernas se le estremecían y sus manos no las dejaba de frotar entre si para recuperar el calor que perdió afuera.
Usa solo se quedó inerte al contemplar su estado físico, ya tenía suficiente con sus problemas alimenticios y ahora parecía morir de hipotermia. Fugaz se levantó para ir a buscar un par de mantas y de paso preparar un té para los dos. Con tantas cosas en mente termino quemando un delantal que estaba cerca del fuego dónde calentaba el agua y se maldijo a si mismo en voz alta y en inglés.
Pasado un rato y luego de evitar que la cocina se prenda en llamas, se mantuvieron hablando ya con todo preparado para ir a dormir. Les pareció injusto, en todo momento, que Rusia los trate de manera inferior a ellos ya que habían quedado hace años que todo iba a ser justo y nadie iba a mandar sobre los otros. Estados Unidos, optimista como siempre, decía que mañana todo iba a mejorar, pero su pareja decía lo contrario, estaba todo para mal, tan solo era cuestión de tiempo para que les vuelvan a hacer daño. Para que el ambiente no siempre este tenso cada tanto se daban besos o caricias así aliviaban las heridas.
Las luces apagadas, todo acomodado para el día siguiente, ya se habían acostado. Usa le daba pequeños besos en un mismo lugar a Alemania, quien estaba enzima suyo casi dormido, la combinación de caminar y llorar por una hora, y el té, lo dejo cansado. Desorientado decía algunas cosas que poco se escuchaban. Usa tras eso solo reía bajo y contestaba algunas de las preguntas que decía el europeo sin sentido.
Cada ves era más tarde, miraba el techo esperando el momento en que se quede dormido. Contaba las manchas de la madera, jugaba con el cabello de su novio o con las vendas que tenía en sus muñecas, algunas veces agarraba sus lentes y se los ponía aunque no veía nada solo cerraba los ojos para no lastimar su vista. Ya apunto de conciliar el sueño, escucho murmuros desde la habitación, Rusia hablaba con alguien por teléfono y lamentablemente escucho cosas que le hubiera gustado no saber y eso lo llevo a estar toda la noche despierto.
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Hola Juliana, cómo estás? Querés unas empanaditas de carne?
Que esperaban? Que iba a cumplir eso de publicar cada semana? jajaja cuánto tiempo, aún no mori pero les diré si eso llega a pasar.