Atrápame acosador [LeeGaa/GaaLee]

◉CAP4: Creo que te extraño

No hay nada mas complicado en la vida de un ser humano que entender nuestros propios sentimientos, es tan frustrante no deducir el porque de ciertas reacciones del cuerpo ante algunas circunstancias o personas, sin embargo, seria muy aburrida la vida si pudiéramos entender todo a la primera ¿no lo creen?

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Hoy no era un buen día para el joven ninja de la hoja, todos sus amigos y hasta su querido sensei tenían misiones, una tras otra sin descanso alguno, la aldea sin Hokage y con poco personal entraba en crisis, por su puesto que desde donde el podía les daba ánimos a todos, pero ¿de que servía eso?, estaba tan frustrado ya no se acordaba de lo miserable que se sentía, estuvo tan ocupado hablando con su admirador, que por poco olvidaba que ahora era un simple estorbo.

Pasaron algunos días como en un parpadeo, en los cuales Rock Lee se había sentido apreciado de una manera completamente diferente, una que hacía que su ser brincara de emoción al recibir las cartas y hasta pequeños regalos por parte de aquel misterioso chico. A veces la mesita de noche amanecía llena de flores silvestres inundando el cuarto de un olor fresco y dulce, desapareciendo aquel aroma a farmacéutico que tanto le desagradaba, pues era un recordatorio constante de su fracaso como ninja.

Ha lo largo de ese tiempo y a partir de su "primer encuentro" intercambiaron varias veces cartas conociéndose un poco mas, hablando de sus gustos y sueños, aun que el que mas escribía era el moreno, mientras que su admirador se limitaba a recordarle cosas o contestarle cortésmente a sus preguntas, pero con ese pequeño toque que lo hacía sonreír como un bobo mientras las leía.

Sin embargo hace dos días que no recibía una carta o algo, lo que lo preocupo -¿acaso se habrá cansado de mi?, por su puesto... ahora que podía admirar si soy un inútil- se dijo así mismo dolido, en aquella blanca y solitaria habitación de hospital el moreno estaba sentado en la cama apoyando su espada en el respaldo de esta, mientras sus manos sostenían el cuenco con la flor de loto, aquel primer regalo de ese chico.

Lee veía un poco deprimido la flor, la cual poco a poco se estaba marchitando, la había cuidado mucho pero eso no iba a evitar que este momento llegara, no todas las cosas duran para siempre, y así como las a las flores se les cae sus pétalos, las personas pierden interés, tal vez esa misma podía ser su situación.

Sabía que su personalidad no era del agrado de muchas personas, hasta a sus amigos a veces se les hacía un poco molesta su actitud, tal vez eso mismo había alejado a su admirador, se golpeaba varias veces la frente lamentándose de cosas que ni el mismo sabía si había hecho mal.

Dejo el objeto sobre la pequeña mesa a un lado, se sentó al borde de la cama, sus ojos estaban un poco hinchados, había llorado por algo tan tonto como dejar de hablar con alguien, es que su mente le jugaba malas bromas haciéndole pensar de mas las cosas, porque tal vez esa persona solo tenía algo mas importante que hacer, tal vez igual estaba en una misión o quizás tenía a un familiar enfermo y lo estaba cuidando, por su puesto, el mundo de ese chico no podía solo girar al rededor de el, seguramente pronto volvería a espiarlo como si nada.

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