あ 𝐀𝗣𝗛𝗢𝗡𝗜𝗔 ! ՞ ˖࣪
❛ I can't 𝘥𝘳𝘰𝘸𝘯 my demons, they know how to 𝘴𝘸𝘪𝘮 ❜
11 de febrero de 2014, 4:30 PM, Unidad 0-03, Fuerza Quds.
Se reporta la muerte del soldado identificado bajo el numeral 012587, Isak Thair, quien contribuyó a la vic...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐍𝐈𝐍𝐄 ( 𝐈 𝐏𝐀𝐑𝐓 ) rivers and roads.
❛ this feels... alone ❜
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Isak escuchaba el sonido de sus pasos incluso cuando se detuvo en frente de la enfermería, la puerta estaba entreabierta, y el familiar olor a cigarrillo venía desde el interior con un embriagante sentimiento de nostalgia mezclado con una inexplicable felicidad. Se quedó en medio del pasillo con el humo bailando sobre su nariz, entrando a sus pulmones en cada inhalación demasiado profunda, intentando saber cuál de las marcas era, intentando buscar el parecido con los Malboro que, en compañía del calor, se disolvían entre rastros de polvo y arena cada vez que Hide decidía sentarse con él.
Los Malboro tenían un olor peculiar luego de cuatro años. Por eso estaba ahí, fuera, esperando que su cerebro lograra reconocer cualquier parecido para que entrar no fuese a darle una decepción.
Era imposible que Hide estuviese allí, porque no habrían pasado más de tres horas desde las cinco de la mañana, a menos de que hubiese aprendido a tele transportarse —el recuerdo de aquel golpe como promesa en el aeropuerto le causó un escalofrío— entonces sólo estaría dejándose guiar por los sentimientos húmedos en la superficie de su corazón como las lágrimas que seguían en sus mejillas. Colocó mejor el hiyab alrededor de su cuello y se secó las lágrimas con un trozo de la tela a cuadros blancos y negros, decidiéndose a moverse.
“Esto es estúpido, ¿cuántos años tengo?” se pasó una mano por el rostro, inevitablemente, porque sabía que estaba siendo un idiota. Lo había sido con Satoru —se lo merecía un poco, de todas formas— y lo estaba siendo ahora, sosteniendo esperanzas sólo por el mero olor de cigarrillos que seguro vendían en cada rincón del mundo.
Aun así, mantuvo intactas sus ideas hasta que cruzó el umbral de la puerta y quiso golpearse a sí mismo por decepcionarse al no encontrar lo que quería; consideró razones para su actitud caprichosa luego de haber despertado otra vez, pero su mente le respondió con eco y silencio, negándose a dejarlo pensar en algo coherente por más de un par de segundos. Debía concentrarse en lo que estaba pasando ahora.
