3. Inquietud.

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El oso de peluche estaba frente a Oikawa, como de costumbre. El castaño estaba desayunando, o eso era el plan principal.

Estaba pensando sobre la noche pasada.

Había escuchado al oso hablar.

Debido a eso, lo interrogó para saber si escuchó bien pero el oso no le contestó.

Terminó de desayunar y subió a alistarse para el trabajo. Una vez listo, salió de su casa, subió a su auto, condujo hasta su trabajo.

Durante el trayecto, Iwaizumi lo llamó al celular.

— Hola Iwa-chan — lo saludó.

— Oye Oikawa — dijo con un tono extraño, — ¿tú y (Nombre) se pelearon?

— Si, ¿por qué? — contestó arqueando una ceja

— ¿Haz hablando con ella? — preguntó Iwaizumi.

— No, pero ¿por qué? — cuestionó Tooru un poco más preocupado.

— Es que no me contesta las llamadas y los mensajes — respondió.

— A mí tampoco — habló el castaño, — lo más seguro es que está enojada.

— Si, pero ¿yo que tengo que ver en su pelea de mierda?

— ¡Oye!

— Me preocupa — dijo con tono intranquilo, — prométeme que, si te llama o algo, me lo dirás

— Claro que sí. No te preocupes Iwa-chan

Después de eso colgó la llamada. Bajó de su auto y entró a su trabajo.

Al regresar a casa, trató nuevamente contactar a su novia, pero de nuevo no recibió respuesta. La llamó, nuevamente nadie le contestó.

Empezaba a preocuparse.

Sin más ideas en la cabeza, entró en su casa. Estaba todo apagado, parecía una de esas casas de las películas de terror más por el diseño de la casa y el color de las paredes. Estaba arrepintiéndose de haberla comprado.

Caminó hacia su habitación, tenía la intención de mirar una película o algo en lo que averiguaba sobre (Nombre). Sin embargo, mientras subía las escaleras escuchó arañazos debajo de estas.

Se hacían más fuertes.

"¿Se metió un animal?"

Bajo las escaleras para saber el origen de los arañazos, pero se detuvo al escuchar pasos en la planta de arriba. De reojo, vio que una pequeña figura corrió por el pasillo.

— ¿Osito? — exclamó, sin querer una respuesta. Subió a la planta de arriba, caminó hacia su habitación y abrió la puerta.

Sobre la cama estaba el oso de peluche.

— Bienvenido — dijo el oso. Oikawa palideció. Trato de comprender lo que pasaba. Entonces lo que escucho esa noche, no fue un sueño.

Oikawa caminó a su baño, en silencio. Cerro la puerta detrás de él. Fue hacia el lavabo y se tiró agua en el rostro para refrescar su mente. Se miró en el espejo unos segundos antes de salir del baño.

Cuando salió, el peluche ya no estaba en la cama.

El corazón de Oikawa latía a mil por hora. Se acercó a la cama, se sentó sobre esta y recargo sus manos por encima. Sintió algo debajo de la colcha.

Arqueo la ceja, quito lentamente la colcha. La cosa que sentía estaba debajo de las sábanas así que quitó estas también.

Se asustó cuando vio un cuchillo de su cocina, junto con una foto de él y (Nombre).

La cara de su novia estaba intacta, pero la de él estaba rayada. Probablemente por el filo del cuchillo.

Escuchó que algo se cayó por el pasillo, giró hacia este y vio que había algo en el suelo. Se levantó de la cama, corrió hacia cual sea la cosa que yacía en el suelo.

Le faltó el aire cuando vio que era otra foto de él y (Nombre) con las mismas características que la anterior foto que encontró. Solo que esta vez, su cara estaba rasgada con otra cosa.

Miro hacia el pasillo y vio que la puerta de la habitación de invitados se cerró. Trago saliva antes de caminar hacia ahí.

Con paso lento, llego hasta la puerta. Pegó su oreja a la madera de la puerta. Tocó dos veces con su mano. Le contestaron con tres fuertes golpes en la puerta. Eso asustó a Oikawa y lo hizo retroceder un poco.

Por debajo de la puerta, deslizaron otra cosa. El castaño levantó eso y era otra fotografía. De nuevo, de él y (Nombre).

Solo que en donde debería estar él, había un hoyo y olía a quemado.

Luego se escuchó una risa del otro lado de la puerta.

ᴏꜱɪᴛᴏ ᴅᴇ ᴘᴇʟᴜᴄʜᴇ; ᴛᴏʀᴜ ᴏɪᴋᴀᴡᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora