Cita

434 82 24
                                    


—Quiero dar un brindis por la abuelita quien demostró ser digna de estar en “El Sistema” ¡Viva! -al final da un grito de apoyo Roy!

—¡Viva! -seis integrantes gritaron.-

—¡Viva España! -Cebralín espeta orgulloso.-

Chocamos nuestras copas que contenía champagne de la mejor calidad del pais, bebimos con pajillas ya que las máscaras nos lo inpidía.

Estabamos en el patio trasero de la gran casa de la mafia, al parecer están contentos porque le disparé al viejo, disfrutaron verlo en el suelo mientras sangraba, por mi parte me siento más aliviado ya que no me tendrán desconfianza por un siglo.

—Y dinos, Abuelita. ¿Tienes novio, chiquita? -pregunta Emilio muy interesado por mi respuesta.-

Pinche joto. Así te quería agarrar, puerco.

—No, no tengo novio, no tengo a ni un perro que me ladre. -tomo un sorbo.-

—Pero si quieres puedo ser tu perro número uno. -Emilio anda en modo hot.-

Todos los de la mafia hacen sonidos de “uuuuuuuy” actuaron como unos niños de primaria.

El hecho de que me perturba y que me sienta agustisimo estar aquí, es muy confuso y eso que este es mi primer día, quien sabe más adelante sienta miedo, yo que sé.

Cogí un bocadillo de la larga mesa que poseía muchos alimentos, el pequeño detalle para disfrutar la noche mejor, sería saber algo que me tiene un poco desconcertado desde que llegamos y creo que el cabrón de Roy se estaba dando cuenta.

En el momento que me separé del grupo y quise tener mi metro cuadrado, él se vino detrás mío para interrogarme.

—¿Tienes algo que decir, abuelita? -reúne sus manos en el centro de su estómago moviendolas para tener calor.-

Rodée los ojos y largo suspiro buscando la manera de librarme.— Estoy un poco cansada, haber tenido la presión que en cualquier momento me disparaban la cabeza me tenía un poco ¿preocupada?

—¿Preocupada por tu vida o por la de otro?

Cabrón.

—Por la mía y por la de ustedes, que menos mal no hubo heridos de gravedad en nuestro equipo. -fijo mi mirada en el enmascarado.-

—Ah. Me hubiera acojonado si fuera otra persona que no fuese la mafia. -se notó la intención que me quiso decir.-

Me acerco a él en busca de más confianza, sobé mis manos en los brazos del sujeto.

—Iré a descansar en mi departamento, estoy muy cansada, quierl estar sola. Ya sabes, cosas de mujeres.

Cuando dije la última palabra la resalté haciendo unas comillas con mi dedos, a lo que el jefe entendió.

—Despide a los chicos de mi parte.

—Si quieres te voy a dejar en helicóptero. Lo tenemos aparcado aquí.

—No, no te preocupes, sé llegar solita. Tomaré tu coche esta vez, ¿vale? -le acaricio sus hombros suavemente.-

—De acuerdo, que llegues bien, abue. -de su bolsillo saca las llaves y me las entrega.-

Alejo mis manos de su cuerpo y me despido con ésta antes de desaparecer de su vista.
Caminé aún más rápido para llegar al vehículo, cuando lo tuve a un lado, me monto y me largo de ese lugar como si huyera de ese territorio.

⠀ 
  
   
 
    
  
  
  
   

⠀                 
Alcé la mirada hacia donde estaba la cruz roja del edificio, sí, vine al hospital después de haber ido al departamento a cambiarme de atuendo; con unos lentos de sol y gorra negra ya me bastaba con ir de forma incógnita, si no me cambiaba iba a sospechar la policía si andaba con la misma ropa que en el atraco.

𝙗𝙖𝙗𝙮 𝙜𝙞𝙧𝙡 - IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora