Cena

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—Solo quiero decirle que cobro bastante. -sonrío buscándole alguna en su cara, pero no.-

—¿Qué coño? Deja de decir gilipolleces y escúchame.

—Lo escucho.

Empieza a dar vueltas por la habitación con largos pasos, me aproximé al espejo y me sigo viendo con admiración, toda una diosa, iba a desabrochar el sujetador, pero me exalté por su voz apresurada.

—¿QUÉ MIERDA HACES? -se giró mientras sobaba su frente.-

—Jooder, te estás demorando mucho y ya esta lencería se me quedará pegada en el cuerpo.

—Espera a que salga de aquí, hijo de puta.

—También podías haber esperado a que me vistiera. -cogí la americana y la puse sombre mis hombros, me incomoda que me viera vestido así.— Puedes girarte, Horacio no dice nada cuando me ve desnudo.

Se da la vuelta, tenía el ceño fruncido.— Porque Horacio es tu hermano, y yo soy tu jefe. -se cruza de brazos.-

—¿Me puede decir de una vez por todas lo que pasa?

—Tomando en cuenta que ahora eres mujer, podemos tomarlo como una oportunidad de trabajo más...

—¿Me quieres prostituir? -lo digo ofendido.-

—No, anormal. Puedes infiltrarte con más facilidad a las mafias, pued—

—Espera, espera, ¿Hiciste que me avergonzara afuera solo para esta mierda?

—Cuando quiero hablar con alguien lo hago de inmediato, no espero a nadie. Ahora siguiendo lo que estaba hablando, puedes seguir trabajando para la cnp, tienes que sacar información como lo solías hacer antes, pero ahora dando tu mejor esfuerzo en... seducirlos. - la última palabra lo dijo en voz baja.-

—A ver, a ver, a ver, ¿Usted quiere que yo tome la confianza de los mafiosos chupandoles la polla? -Torcí mis labios confundido.-

—Negativo, dije que los seducieras. Tampoco hay que dejar de lado tu caso, con más intención tienes que infiltrarte, todo comenzó desde que te secuestraron, no lo tenemos confirmado al 100%, solo falta que tu recuerdes, Gustabo. -su teléfono comenzaba a vibrar una o dos veces, lo ignoró.-

—Lo tengo que pensar. -me remuevo el aro de mi nariz un tanto angustiado por todo lo que está pasando.-

—Si es por el dinero, te pagaré más de 400k.

Uuuh, creo que ahí sí me gustó.— No es el dinero, tendré que ver si estoy dispuesta a hacer la misión. Hablamos más tarde. -me dirigí como mujer, Wow.-

Se fue en silencio, cerré la puerta y con rapidez me quito la ropa interior, me visto con lo que vine a la tienda y cojo lo que eligió la señora para mí, salí desocupando esa habitación y volver donde se hallaba toda la ropa, no encontré a Horacios, soy bastante baja así que me tengo que conformar con ver alguna cresta de color roja dando vueltas, hasta que la veo a lo lejos. Pronuncié "aparta" como 10 veces para poder pasar entremedio de la multitud, me acerqué a él y le golpeo en la cabeza, éste se da vuelta quejándose y mira lo que tenía en mis manos.

—¿Y bien? ¿Te quedaron bien? -los coje por mí.-

—Sí, sí, llevaré uno dos. -mucho gasto.

—¿Como que dos? Te vas a llevar los 20 conjuntos, hoy día seré tu Sugar Daddy.

Me suelto a reír a carcajadas sarcásticamente.

—¿Mi Sugar Daddy? Si tú no tienes ni un duro, Horacio. Más tengo yo, que se sigue sumando más y más.

𝙗𝙖𝙗𝙮 𝙜𝙞𝙧𝙡 - IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora