Perrrrro

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—Gustabo, yo...

—Calla, coño. Deja que por fin tenga un momento de paz.

Sus dedos se habían relajado y ya estaban contorneando la curva de mi mejilla. Mi mano estaba encima de la suya ejerciendo un poco de presión.

—¿Ah, si? ¿Te doy paz? -acomoda un mechón de mi cabello atrás de mi oreja con dulzura.-

—No te ilusiones, es al pensar en tu verga, viejo. -dije con ironía.-

Me jala el pelo abruptamente ante mi respuesta.

—Ahh~ papi, siguee... -gemí exageradamente poniendo un rostro que para mí sería de lujuria.-

Su reacción fue lo que esperaba, un Conway sonrojado alejando la mano con la que se enredó con mis cabellos.
Me reí de forma baja, guardaré esa imagen de por vida.

—Superintendente, ¿se encuentra bien? La enfermera quiere pasar a chequearlo. -llamaron a la puerta, era uno de los maderos que estaban afuera.-

Ambos nos miramos con grandes ojos y como pude tomé mi bolso y lentes de sol que se me habían caído en la camilla, observé mi al rededor y vi un closet bastante grande, sin dudarlo; porque estaba corto de tiempo corro a éste y me escuendo en su interior.
Justo que cerré, abrieron la puerta de la habitación con fuerza.

—¿SE ENCUENTRA BIEN, SUPER?

Ya en ese lapso estaba el viejo tendido con su misma cara de culo.

—¿No ves que estoy de maravilla, capullo?

—Es que se escuchó un gemido y pensé que era de dolor, jefe.

Por la abertura que tenía las dos puertas del estante noté la mirada asesina que me lanzó el super.

—Solo me moví y me dolió un poco la herida.

—Hola, superintendente. ¿Cómo se encuentra? Está un poco rojo de cara, ¿no?

Se presenció una voz femenina, de lo poco que podía ver era una tipa de pelo negro con un traje de enfermera, cuando se adentró a la habitación se cerró la puerta de inmediato.

—Pues sentado, ¿no ves?

—Usted tiene un humor tan gracioso, superintendente. -la chica habla como en las películas de princesas, todos son felices y cagan arcoiris.— ¿Por qué no tomó su medicamento, señor? Eso le alivia los dolores. -vuelve a colocar una bandeja de metal sobre la mesita de noche que al parecer tenía unas pildora.-

—Dije que no me las voy a tomar. He tenido dolores peores en la vida.

El mar es infinito.

—Usted debe ser muy popular entre la mujeres, ¿no?

¿Cómo?

—¿A qué coño se refiere? -me echó una ojeada rápida.-

—Bueno, su actitud de tipo malo, que le gusta el dolor, etc. Y muchas chicas del hospital hablan de usted.

—Zorra. -lo dije rápidamente. No lo pude evitar, me salió del alma.-

En las 4 paredes solo se apreció el silencio y la mirada de Conway sobre el closet.

—¿Hay alguien más en la habitación, Superintendente? -cuestiona la chica paseándose como si fuera a encontrar el responsable.-

—¿Qué? Nooo, claro que no. Debe ser la ventana que está un poco abierta y se escucha las conversaciones de afuera.

La enfermera se paró al frente del closet, achina sus ojos como si supiera que estoy aquí.

—Ehh... ¡Enfermera! ¿Me puede abrir un poco más la ventana? Tengo calor. -Conway tratando de salvarme o salvarnos más que nada.-

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2022 ⏰

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𝙗𝙖𝙗𝙮 𝙜𝙞𝙧𝙡 - IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora