Tozudez

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—Conway, por favor colabore.

El recién llamado alejaba las manos de su amigo hostigado.

—¡Dejadme en paz, coñooo!

Estaba el niño asustado peleando con el alcoholizado, mientras se intercambiaban palabras me enteré que estos dos individuos estaban bebiendo juntos en el Tequila, pero el viejo lo dejó solo en cuanto el otro se fue al baño.
Me deshago del cruce de mis brazos y me acerco a ellos con la intención de ayudar, quedando a un lado del necio.

—Superintendente, Volkov solo quiere llevarlo a su casa.

Coloco mi mano sobre su hombro y apreto mi agarre para que deje de tambalear su cuerpo sentado sobre la orilla de la cama, presencié la mirada curiosa del comisario sobre mi acción.

—¿Usted tiene algún tipo de relación con el Superintendente?

—Cercanos más que nada.

—Yo me quiero quedar con Gustabííín. -se le trababa la lengua y su expresiones eran más relajadas.-

—¿Cómo? ¿A qué se refiere con Gustabín? -me echaba una ojeada confundido.-

—Siempre hace lo mismo. -reí sutilmente.— Mi nombre es Agus y se confunde con un agente que tenía, ¿Cierto, Jack? -mi mano pasaba por su espalda sobando con fuerza por su bocota.-

El recién llamado alzó su rostro y me observó con los ojos entrecerrados, esbozó una gran sonrisa y llevó sus manos hasta mi rostro; me acaricia las mejillas torpemente.

—Guusss, no permitas que me lleveeeen. Quiero quedarme aquííí. -suplicó mostrándome un tierno puchero.-

Reí nervioso dándole “despacio” las palmadas en la corona de su cabeza.

—Está delirando de nuevo, porfavor vaya a su casa. -le sonrío para poderlo convencer.-

—No, dije que me quedo aquí, capullos. -lentamente sus brazos rodea mis piernas y me aprieta apoyando su cabeza en mi estómago.-

— ¡Superintendente! Compórtese, y hágame caso de una puta vez.

El enfermo estaba desesperado tratando de que Conway deje de abrazarme, y sin embargo éste no se veía contento con las intenciones del Ruso, si no más bien se veía como un niño pequeño inflando sus mejillas molesto porque le querían quitar su juguete, lo miré enternecido durante que le entrelazaba mis dedos con su sedoso y arreglado cabello de modo sutil, su reacción fue calmar sus fisonomías cerrando por completo sus ojos; lo grabaré en mi mente para burlarme en su cara. Me arrepentiré lo que voy a hacer.

— Comisario, será mejor que lo deje aquí, si le seguimos llevando la contraria nos va aporrar. Le aseguro que aquí descansará, por la mañana se irá sano y salvo.

¿Qué mierda estoy diciendo?

— ¿Cómo sé que es de confianza? Se ve muy joven como para cuidar al Superintendente. -me desafió dejando de una vez el cuerpo pesado del abuelo.-

— No te preocupes, ya le he comido la pinga muchas veces. -masajeo su cuero cabelludo delicamente con la yema de mis dedos.-

Mi cuerpo reacciona solo sin mi permiso.

El peligris lo pensó un momento, no estaba seguro lo que iba a decir, bueno, lo comprendo porque está dejando el hombre más poderoso de Los Santos con una desconocida. Lapso después creo que vio lo adormecido y agustisimo que se hallaba Conway entre mis brazos, porque noté que relajó los músculos de su mandíbula, se acomodó bien la americana negra y expulsa el aire de sus pulmones hacia afuera.

𝙗𝙖𝙗𝙮 𝙜𝙞𝙧𝙡 - IntendenteplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora