epilogue

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Dos semanas después...

Bing Crosby cantaba suavemente en el fondo mientras mi abuela nos deseaba buenas noches. Christopher y yo compartimos una sonrisa y nos acomodamos en el sofá juntos. Estábamos solos después de pasar el día con mi abuela y sus amigas. Las señoras mayores amaron a Christopher. Lo que no las hacía muy diferentes de las jóvenes. Él coqueteaba con ellas escandalosamente y se deleitaba con eso, ellas le daban nalgadas a cada oportunidad que tenían. Obviamente solo querían sentir su agradable parte trasera por sí mismas.

Christopher deslizó una mano bajo la manta y frotó mis pies.

-Ah, eso se siente bien. -Me eché hacia atrás sobre los cojines del sofá.

-Te lo mereces, por todo el horneado y la comida que hiciste. Creo que alimentaste a veinte personas.

-Alimentamos a veinte personas. Tú ayudaste -le recordé.

-Fue muy divertido. ¿Y no iba a pasar la navidad contigo? -Me miró como si la idea fuera una locura.

Sonreí somnoliento mientras me acurrucaba contra el cojín del cómodo sofá. Sus dedos obraban su magia en mis pies. Las yemas de sus dedos se deslizaron bajo los sueltos pantalones de mi pijama, deslizándolos sobre mis rodillas y viajando hasta mis muslos, creando una deliciosa fricción en mi piel y obrando otro tipo de magia en mí.

Suspiré el nombre de Christopher cuando tocó el borde de mi ropa interior. Sus dedos me encontraron. Di un grito ahogado, arqueando la espalda.-¿Qué estás haciendo?

-Haciendo el amor con mi novio en navidad.

-Oh. Pero ¿ahora? ¿Aquí? -Miré de nuevo hacia la sala, por donde mi abuela había desaparecido en su habitación.

Deslizó su mano libre fuera de mi ropa y me invadió, besándome mientras sacaba mis pantalones de pijama. -Después del día que tuvo hoy, no se despertará hasta mañana por la mañana.

Gemí mientras me guiaba para ponerme a horcajadas sobre él. En un movimiento rápido, se liberó de su propia ropa y entró en mí. Eché la cabeza hacia atrás por la plena sensación de él dentro de mí. Me sacudí contra él, abrazándolo con fuerza. Mis dedos se cerraron sobre sus hombros mientras nos movíamos juntos.

Arrastró su boca hasta mi garganta, dejando un camino ardiente sobre mi piel.

Lo apreté para tenerlo más cerca, montándolo más rápidamente. -Te amo, Christopher -susurré roncamente mientras me rompía, fragmentándome en pedazos.

Apretó sus manos sobre mis caderas. Me siguió, su cuerpo tensándose contra el mío. Ahogo su grito en el hueco de mi cuello, pero sentí la fuerza de su ondulación a través de mí. Nos sostuvimos, encerrados durante un largo rato, disfrutándonos mutuamente.

Levantó la cabeza y me miró, una lenta sonrisa curvando sus labios. -También te amo.

Pasé mi mano por su frente y por la parte posterior de su cráneo, acariciando su pelo, nunca me cansada de sentir el roce de su cabello contra la palma de mi mano.

Una sonrisa maliciosa jugaba en su boca. -Espera aquí. -Arreglando su ropa, corrió por el pasillo. Me puse mis pantalones de pijama de nuevo y me senté en el sofá esperando a que regresara. Cuando lo hizo, tenía una pequeña caja envuelta en papel de navidad.

La señalé con el ceño fruncido. -¿Qué es eso? No es justo. Ya intercambiamos regalos.

-Tengo uno más para ti. Quería dártelo a solas.

-No debiste hacerlo. No te di nada más.

Me miró solemnemente. -Sí. Lo hiciste. Lo haces. Me das algo todos los días.

Mi garganta se estrechó por la emoción.

-Ahora, vamos. -Lo puso en mis manos-. Ábrelo, ¿sí?

Me quedé mirando la caja y luego a él. Se sentó con ansiedad, con su mano tocando su rodilla. Sonriendo, le di un beso, más allá de sorprendido por tenerlo en mi vida. Y horrorizado por casi haberme alejado.

Arranqué el envoltorio. Era solo una caja de color marrón claro, del tipo que se encuentra en cualquier tienda de suministros de oficina. Dándole la vuelta, abrí la tapa y miré dentro. Mi mano se cerró en torno a los papeles. Sacándolos, los examiné sin comprender por un momento. Y entonces las palabras se registraron.

Dejé caer los papeles y lo miré boquiabierto. -¿Vamos Estados Unidos y espeficicamente a Disney World para año nuevo?

Asintió y yo grité. Como todos los niños de esos anuncios, enloquecí. Lanzando mis brazos alrededor de su cuello, lo abracé en un apretón de muerte. Retrocediendo, dejé una lluvia de besos por toda su cara. -¿Cómo... por qué...?

-Recuerdo que me hablaste de los Hwang-Seo yendo todo el tiempo ferias y festivales y que nunca habías ido. Pero esto es más que esas cosas, es todo lo que te mereces. Sentia que era algo que realmente querías hacer y que quiero vivir contigo. Tal vez pueda ganar ese oso morado que tanto querias

-Y ahora lo haré. Contigo -Sacudí la cabeza, la emoción obstruyendo mi garganta-. Eres el mejor novio del mundo. Tu eres mi oso morado no quiero otro.

Sí, me amaba. Total y completamente. Aun conociendo mi pasado y todas mis obsesiones. Eso era muy importante, pero él me tenía. Me entendía.

Tomó mi mejilla, esa sonrisa sexy sosteniéndome. -Esto viene de un chico que solo quería juegos previos de mí y nada más.

Giré la cara para besar su palma. -Pero ahora quiero todo de ti. Todo.

Me llevó a su regazo y envolvió sus brazos a mi alrededor. -Bien. Porque eso es lo que tienes.

♡︎♡︎♡︎

edit: ¿se enamoraron de este chan? :]]

⎯⎯「 ㍿ 」  あ ꠩ foreplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora