Capítulo 7

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Como aún era relativamente temprano, no se encontraron mucha gente en los pasillos, pero quienes los veían se detenían a murmurar entre ellos o se quedaban observándolos. No les extrañó esa actitud, puesto que ya suponían que serían el espectáculo de la escuela durante los próximos días.

Sasuke caminaba delante suyo ignorando olímpicamente a todo el que lo rodeaba, pero Naruto nunca había sido tan bueno ocultando sus emociones y observaba a los que murmuraban con cierto nerviosismo, pero también con curiosidad. Se sentía terriblemente intrigado por cómo iría a desarrollarse la situación, pero al mismo tiempo le preocupaba lo que pudiera desencadenarse. Tenía una especie de presentimiento, pero no estaba del todo seguro si era un buen o mal presentimiento aún.

No se había percatado que había detenido sus pasos y había volteado hacia atrás, sus ojos azules escaneando el lugar como si buscaran algo, hasta que sintió una mano sobre su hombro y la mirada oscura de su novio chocó con la suya, con una pregunta silenciosa reflejándose en ella.

Regresó su mirada a los pasillos, dejando de percibir esa extraña sensación que le había hecho detenerse y volviendo su mirada a Sasuke.

—No es nada. —curvó los labios en una pequeña sonrisa.

—Vamos. —por el tono de su voz, supo que el Uchiha no se había quedado satisfecho con esa respuesta, pero que al mismo tiempo no planeaba insistir. Al menos no de momento.

Continuaron caminando y Naruto tuvo que seguirle el paso a su compañero para no perderse, puesto que aún no conocía muy bien el edificio.

Al llegar a su salón correspondiente, el profesor Iruka los recibió.

— ¡Naruto, Sasuke!

— ¡Iruka-sensei! —el rubio sonrió ampliamente al ver a su querido maestro, mientras que Sasuke solo le dirigió un asentimiento con la cabeza como saludo.

—Ayer me quedé preocupado por ustedes. ¿Lograron arreglar las cosas? ¿No han tenido problemas por las noticias?

—Estamos bien. —le aseguró Naruto, con voz animada. —Y no hemos tenido problemas hasta ahora. —Umino suspiró visiblemente aliviado al saber que sus estudiantes se encontraban aparentemente en buenas condiciones y parecían haber hecho las paces.

—Me alegro, en especial de escuchar que lograron arreglarse. —hizo una pausa. —Por cierto, ¿cómo lograron entrar? La entrada principal está abarrotada de reporteros.

Entonces la prensa sí estaba en las puertas del colegio. Menos mal que al pelinegro se le había ocurrido entrar por detrás, aunque no sabían por cuánto les funcionaría esa técnica hasta que a alguien se le ocurriera buscar acceso al instituto por otro lado.

—Entramos por detrás. —respondió el rubio.

—Comprendo...

Sasuke observó al ojiazul conversar animadamente con su maestro unos segundos más y luego comenzó a caminar en dirección a su asiento, siendo observado cautelosamente por los demás presentes en el salón.

Aún faltaban unos quince minutos para que la clase diera inicio, así que dejó sus cosas al lado de su pupitre y tomó asiento, apoyando los codos en el escritorio y la barbilla en el dorso de sus manos. Sus ojos divagaron a su alrededor, inspeccionando lo que iba ocurriendo y quiénes iban llegando. Vio aparecer por la puerta a Haruno, quien lo buscó con ojos anhelantes al tan solo asomarse dentro del salón, aferrando las manos a la agarradera de su bolso.

No le sostuvo la mirada, pero sabía que de todos modos eso no la detendría. Especialmente porque se sentaba justo en la silla delante de él, maldita fuera su suerte. La vio pasar al lado del Namikaze sin dirigirle una sola mirada, pero sí notó cómo Naruto la observó pasar con el rabillo del ojo, interrumpiendo su charla con el profesor.

Almas ancestrales: Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora