Capítulo 9

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Debían ser como las ocho de la mañana la siguiente vez que sus párpados se abrieron. No sentía haber dormido mucho tiempo, pero estaba tan acostumbrado a madrugar que ya su cuerpo no le permitiría seguir en cama, lo sabía.

Intentó moverse, darse la vuelta para poder ver la hora en el reloj sobre su mesita de noche, pero un par de brazos y piernas se lo impidió. Parpadeó un poco, tratando de enfocar su vista, y luego bajó la mirada ligeramente para encontrarse un mote de cabellos rubios por encima de su hombro.

Naruto tenía el rostro enterrado en su antebrazo y roncaba sonoramente. Le tenía inmovilizado, rodeándolo con sus brazos y con sus piernas, colgándose de él como si fuera un koala. Se aferraba a él como si de ello dependiera su vida.

Intentó volver a moverse, intentando liberar sus extremidades y lo único que consiguió fue que este lo apretara más fuerte.

Suspiró.

Debía cambiar de estrategia.

Se giró como pudo entre sus brazos, el rostro de Naruto quedando a la altura de su pecho, donde lo sintió restregarse ligeramente al sentir el cambio de posición. Bien, ahora que se encontraban de frente, subió los brazos y lo empujó con un poco de fuerza para intentar despegarlo de él. El rubio se quejó en sueños y trató de mantener su agarre, pero siguió ejerciendo presión hasta tumbarlo boca arriba contra la cama, logrando que sus brazos se aflojaran y liberándolo también del agarre de sus piernas.

Dejó escapar otro suspiro, sentándose en la cama y observando que su compañero no daba señales de despertar pronto.

Le acarició los desordenados cabellos con el dorso de la mano y se volteó para ver la hora.

7:45am

Podría dejarlo dormir un poco más. Al fin y al cabo, había sido una noche muy estresante para Naruto y probablemente le hiciera falta el descanso.

Dándole un último vistazo a su compañero de cama se puso en pie, estirando sus músculos un poco antes de emprender rumbo hacia la cocina, donde se encontró con su hermano preparándoles el desayuno.

—Ah, Sasuke. —le sonrió. —Buenos días.

En vez de responder el saludo, el Uchiha menor frunció el ceño.

—Van a ser las ocho. —le notificó. — ¿No se te hace tarde? —Itachi entraba a trabajar a las 8:30am, y eso requería que saliera de cada al menos una hora antes de su hora de entrada. En un día común y corriente, Itachi estaría pendiente de que Sasuke saliera para la escuela a las siete para, unos diez minutos después, salir él y así no preocuparse de que le saliera algún contratiempo que lo hiciera atrasarse en el camino y, por consecuencia, llegar tarde.

Pero ya eran casi las ocho e Itachi apenas estaba terminando de cocinar la primera comida del día.

—Avisé que llegaría hoy a las diez por un contratiempo. —le explicó. — ¿Naruto-kun aún no despierta?

—No. —contestó el otro. —La verdad es que no creo que una avalancha sea capaz de despertarlo. Anoche estaba agotado.

Itachi sintió, murmurando un ligero "hum..." como respuesta.

Sasuke caminó hasta la nevera para servirse un vaso de agua helada, observando a su hermano por el rabillo del ojo, preguntándose si le ocurriría algo, puesto que estaba más callado de lo normal.

No es que Itachi fuera un gran conversador, pero normalmente trataba de aprovechar cada momento que tenía para conversar con su hermanito, puesto que no lo veía en todo el día debido al trabajo, y en la noche llevaba las clases en línea de la universidad, lo que se resumía en poco tiempo de calidad para invertir juntos.

Almas ancestrales: Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora