Capitulo 10

12 1 0
                                    

Fui al cuarto de Josh. Brad no estaba, pero vi una nota que decía "Josh, tío, hoy dormiré en el cuarto de Josephine". ¿Quién será Josephine? Bueno da igual. Lo bueno es que así no será un poco raro dormir en ese cuarto, ya que me parece hasta raro dormir con Josh. Decidí ponerme mi pijama. Josh entró.

—Anda, ¿ya te has puesto el pijama?— exclamó.

—Si— dije.

—Bueno, voy a ponerme cómodo.— comentó. Empezó a quietarse la camiseta.

—Esperar, ¿aquí?— añadí.

—Claro, ¿dónde si no?— contestó riendo.

—Pero, ¿delante mía?—

—Si, que más da—

Se quitó las converse que llevaba, los calcetines y los pantalones quedándose en calzoncillos. Yo me metí en su cama para no hacer la situación incómoda. Él se tumbo a mi lado y encendió la tele. Puso una cadena donde había una película antigua.

Él me miro, lo pillé mirándome y miró rápidamente hacia el frente y sonrió. Seguimos viendo la película. Me miró de nuevo y yo le miré, pero esta vez no se apartó. Nos quedamos unos segundos mirándonos. Apagó la televisión. Se acercó a mi, me aparto el pelo de la cara, me acarició la mejilla y me besó. Yo le seguí el beso. Me besaba apasionadamente. Me cogió de la cintura y me sentó encima de sus muslos, mientras seguía besándome. Yo le tocaba el pelo y él me agarraba las mejillas con suavidad. Sentía esas mariposas en el estómago. Me sentía tan bien cuando estaba con él. Fue un largo y apasionado beso.

Me volví a tumbar en el lado donde yo estaba en la cama. Él volvió a poner la televisión. Puso un documental de unos osos. Yo lo miré raro pero el estaba entretenido.

—¿Te puedo contar algo?— dijo mirando la televisión.

—Claro— dije.

—Las marcas que tengo en el brazo...— añadió, giró la cabeza para mirarme y me enseñó su brazo. Tenía rajas como si se hubiese cortado con un cuchillo.

—¿Que pasa con ellas?— comenté preocupada, no sabía lo que pasaba.

—Esto no se lo he contado a nadie, pero a nadie. Por favor, ¿puedo confiar en ti?— dijo con los ojos cristalizados, una lágrima caía de uno de ellos. Me preocupé y le agarré las manos.

—Claro, claro que sí. Confía en mi— contesté.

—Me las hago yo— añadió. Yo abrí los ojos como platos. No podía creer que se autolesionase. Empezaron a caer más lágrimas de sus mejillas. Me dio mucha pena que se hiciese daño, lo debería de pasar mal.

—¿Por qué?— pregunté todavía agarrándole de las manos.

—Hay veces que me siento como la mierda, me siento inútil y como si no valiese nada. Hay voces en mi cabeza que me lo repiten todo el rato. Antes utilizaba el alcohol para quitarme las voces esas, pero cuando se repetían más y más, recurrí a esto— comentó quitándose las lágrimas con la mano.— Las últimas veces han sido cuando te dije lo de que eras una tía más, y también cuando te dije que fuéramos solo amigos. La cague, me sentí mal y pues lo hice, de nuevo.

—Joder, Josh— dije.— Me tienes aquí ¿vale?, no hagas estas cosas.

—No es tan fácil, Abby.—

—Lo sé—

Lo abracé, nos quedamos abrazados hasta dormirnos.

A la mañana siguiente.

Desperté y él seguía dormido. Me había traído mi ropa para hoy entonces decidí ducharme. Al salir de ducharme me vestí en el baño. Se me había olvidado mi neceser en el cuarto dónde estaba Josh durmiendo, así que salí del baño a cogerlo. Lo cogí y me metí de nuevo en el baño. Empecé a maquillarme. Me estaba haciendo el eyeliner, y Josh abrió la puerta del baño.

—Buenos días— dijo con voz ronca de recién levantado.

—Buenos días— le contesté.

—¿Ya te has cambiado y todo?— preguntó.

—Si, no tenía nada que hacer y pues...— contesté.

—Bueno, me voy a duchar.— añadió entrando al pequeño baño, como era pequeño, para entrar a la ducha me agarró de la cintura para caber por el hueco que había para pasar.— Perdón, es que o si no no quepo.

—No, da igual— respondí.

Se metió en la ducha, y lanzó por la parte de arriba su calzoncillo. Yo seguí maquillándome. Me pinté los labios de un rosa oscuro, me puse rimel, un poco de polvos y colorete. Josh terminó de ducharse y salió desnudo de la ducha, yo aparté la mirada. Él se río.

—Pásame la toalla, porfa— pidió.

Yo se la pasé. Seguí a lo mío. Guarde mi maquillaje en mi neceser. Me puse colonia. Y salí del baño para dejar que Josh termine de secarse tranquilo. Me puse mis Nikes negras de siempre. Josh salió del baño con la toalla enrollada en la cadera. Abrió el armario y comenzó a vestirse sin ninguna vergüenza. Acabó de vestirse.

—¿Vamos a ver a Luke?— me dijo. Yo asentí.

Fuimos a su habitación, yo llamé a la puerta pero Josh abrió la puerta directamente. Estaba Luke fumando un ¿porro? al lado de la ventana.

—Hombre, ¿que pasa chicos?— saludó Luke.

—Hola tío— saludó Josh.

—Holaa— saludé yo.

—¿Ya no te llevas con Kate y compañía, Abbs?—preguntó.

—Ya no me hablo— dije.

—Tenemos una amiga, que se llama Allison, es muy buena persona, podría decirle que venga— comentó Luke.

—Perfecto— respondí.

Luke le escribió y seguimos hablando. Luke me comentó que su compañero se había cambiado de habitación porque no soportaba que él fumase, me propuso que me cambiase de cuarto y que me fuese con él. Yo acepté y me fui a mi cuarto de mi cabaña a empacar mis cosas.

—¿Que haces?— me dijo Sophie borde.

—Déjala, Sophie— le dijo Kate.—¿Por qué te vas, Abby?

—Me voy con un amigo— respondí.

—Pero a nosotras nos conociste antes— añadió Sophie.

—Ya, pero cuando vas a una tienda de ropa no te compras lo primero que ves, compras lo que más te gusta. Pues igual— expliqué.

Cogí mi ropa y mis cosas y me instalé en la habitación de Luke. Fue a hablar con los encargados y me dejaron cambiarme de cabaña.

El campamento de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora