Capítulo 8

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Maraton 2 de 3

-¿ledarás una oportunidad?  –Preguntó Nick.

  -No lo harás, no eres tonto, Joaquín.  Sabes que nada bueno saldrá de eso.  –Habló un poco enojado Eduardo.


  Y-yo.  No lo se.  Ese día en el hospital, él parecía sincero y con esto creo que en verdad trata de arreglar las cosas y-



-¡Pero te lastimó e incluso te levantó la mano!  -Alzó la voz el pelinegro.

-Eduardo, ese fue hace mucho.  Mira Joaquín yo ... Te apoyaré en cualquier cosa y lo sabes pero, por otra parte, siento algo malo.  No me gustaría que te lastimaran otra vez, Joa.

-¡En serio lo apoyarás?  ¡No puedes hacerlo!

  - Juré juramos hacerlo, Eduardo.  Si Joaquín decide arriesgarse igualmente lo apoyaré en esto.  Por favor tu también hazlo, te prometo qué si él idiota de Emilio se atreve a hacer daño, tu y yo lo mataremos ¿Te parece, Amor? 


El moreno no respondió y simplemente gruñó sentándose en el sofá con los brazos cruzados, sin embargo, Joaquín lo conocía y sabía que, con la última palabra, Nickolas lo había convencido.  Pero aún quedaban sus propias dudas, nadie podía culparlo o algo por el estilo solo por eso. 


Es decir, ¿podrías culparlo solo por el hecho de desconfiar de quien le hizo daño?  ¿Podrías hacerlo?  Yo no podría y espero tu tampoco.  El punto es: todo el mundo tiene dudas y si, puede que él necesite otra vez a su alfa pero aún así tenía miedo.


  Temía que todo marchara bien para luego caer otra vez, esta vez no lo soportaría, esta vez si.

Si se daría por vencido y moriría.

Muchos, como Eduardo por ejemplo, le dirían que no le de una oportunidad y en verdad desearía hacer caso pero no puede.  Sabe las consecuencias posibles pero no pensaba con tanta claridad y sobre todo, no pensó que podría dejar sólo en el mundo a Emiliaco si esto no salía como esperaba. 


-Lo haré. 

-¿iQué !?  -Gritó Eduardo haciendo asustar a los otros dos.  -Me estoy enfadando, me iré y cuando vuelva estaré más tranquilo.


  -Eduardo Barquin-

-Voy.  A. Salir.  Nickolas.  –Luego de decir eso salió dando un portazo. 


-Siento causar problemas entre ustedes, Nick.  -Agachó la cabeza. 


-.Joa, problemas siempre hemos tenido pero los superamos.  Hay veces pasa esto pero aunque, algunas veces no nos guste, somos pareja.  Incluso si tal vez ambos sabemos que no somos predestinados, nos amamos y eso vale demasiado.  No importa cuánto peleemos siempre regresamos al otro y eso no cambiará.  No es tu culpa esto, pero hay veces que necesita ir a calmarse y la primera vez aprendí a dejarlo ir, no fue de buena manera pero es la única en la que no continuaremos peleando.

  -¿No hay hijos predestinados?  -El rubio rió como nunca por su pregunta.

  -¿Para eso di mi emotivo discurso?  ¿Solo para eso?  - Hablo entre risas y sintió un golpe en el hombro.

  -No te rías, responde.

-Pues no, no lo somos.


-¿Pero si un día encuentra a su alma gemela?



-Pues.  -Suspiró.  - Él prometió no dejarme incluso si llegará a encontrar a su pareja pero si debe hacerlo... 

Deberé aceptarlo y dejarlo ir, después de todo, no será la primera persona a quien deba dejar ir pero al menos esta vez deberé dejarlo ir por eso y no porque murió.  -Sin darse cuenta comenzó a llorar y Joaquín limpió rápidamente sus ojos sintiéndose culpable, sabia acerca de cuánto había sufrido Nickolas, después de todo la familia de ambos muertos en el mismo accidente, ambos las perdidas ese mismo día y ambos deseaban no haber  corrido al baño antes de que los llamarán para abordar el avión, ambos se culpaban por haber trabado la puerta al entrar y se encontraron encerrados.  También se pusieron mal por el hecho de que lo único que pudo hacer fue ver al avión caerse y estrellarse, lo único que agradecieron es haberles dicho que los amaban antes de correr al baño.


  -Oh, Nickolas.  No debí preguntar, lo siento.

  -N-no te preocupes.  Sabes que soy sentimental –Sonrió de lado.  - Mejor llama a Emilio para hablar. 


-No sé si.  Y si- ¿Nickolas?  ¿Qué haces?


  --Marcos, Joaquín desea hablar contigo y me vale mierda si no quieres hacerlo, te lo paso.  –Puso el teléfono en alta voz, porque si, quería escuchar. 

-¿ Joa? 

-Se murió.  Ay.  –Se quejó por el dolor en su brazo.  -Estas bien.  Hola, Emilio.

-¿Sucede algo?

  -Quería.  Hablar.  Sobre.  Tu.  Carta.


  -Habla bien, idiota.  –Leregaño Nickolas susurrando.


   -Yo hablo como quiera. 


-Bueno.  Ahí decía toda la verdad, no mentí en ninguna parte y realmente, Joa, me encantaría poder tener una oportunidad, una última.  Sé que debería recuperarte poco a poco pero estoy dispuesto a hacerlo.  Haría cualquier cosa por ti y por nuestro hijo, quiero tener una familia y si es contigo sería mucho mejor.



-Yo .. Llamaba por eso, estoy.  Estoy dispuesto a darte otra oportunidad pero quiero pedirte algo importante.

  -Claro, claro.  Pide lo que quieras, te daré cualquier cosa.  -Pudo sentirlo sonreír.

  --No vuelvas a dejarme, por favor.  Esta vez no lo soportaría, no podría seguir adelante.  –Eso tomó por sorpresa al rubio y al rizado pero ambos entendían el porque.

-No, no volveré a hacerlo.  Esta vez, te lo juro, deberán matarme para poder separarme de ti.

  -Esta bien, te creeré.  Pero por favor, cumple tu juramento. 

-Lo haré, no te preocupes.  ¿Qué tal si salimos hoy por la noche para celebrar esto?  Obviamente iríamos tu, Emiliaco y yo.  -Esa emoción en su voz, la había perdido hace mucho. 

-Yo .. Claro, pasa por vosotros a las 8. Sabes donde vivimos. 

-Si, tuve que revisar el historial médico de Emi para saberlo.  Lo siento. 

-Eh, no esta bien.  Bueno, te esperamos.  Adiós, Emilio.

  -Ad-

-iEmilio, encontré a mi alma gemela!  -Se oyó otra voz y Joaquín hubiera sentido celos de eso pero no lo hizo.  Luego pediría explicaciones, no ahora.  -Es muy guapo, tiene ojos color negro, tiene el cabello negro, una largas pestañas y es, es perfecto. 


-Mau, me alegra pero estoy al teléfono.



  -¿Hablas con Joaquín?  Hola, Joaquín.  Mucho gusto, soy Mauricio Mariscal.  Soy medio hermano de Emilio.  Si este idiota te hace algo, dime y lo asesinaré.

  -¡Mauricio!

  -Vale, vale.  Me voy pero por lo menos te diré su nombre ¿Si? –Emilio solo resopló.

-Bien ¿Cuál es su nombre?

  -Es Edu, Eduardo Barquin.


El castaño abrió muchísimo sus ojos y se giró para ver a su amigo, se le rompió el corazón al verlo.

--Yo, debo irme.  Nos vemos en la noche, Emilio.  Adiós a los dos.


  Colgó y rápidamente se lanzó sobre Nickolas para abrazarlo, sin embargo, el rubio no respondio a ese abrazo.  Pero no lo soltó, él hubiera deseado no volver al Nickolas de hace años pero eso estaba haciendo ahora.


Estaba viendo a ese Nickolas sin vida en los ojos.



Capitulo dedicado a  glorymart078





Karla 💓💋

Estoy Enamorado De Ti- EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora