Prólogo

652 52 10
                                    

Nostalgia

___________________

Narrador Omnisciente

___________________

Junio, 2029

Aquel pelirrojo se encontraba caminando por aquel parque que recorría con frecuencia en su juventud, aun no lograba creer que habían pasado tantos años.

Apreciaba cada recuerdo de todo lo que había vivido junto a sus compañeros y amigos por las tardes luego de acabar las clases.

Incluso, guardaba con cariño, el recuerdo de como hace aproximadamente 13 años atrás había herido los sentimientos de quien, hasta este frío día de lluvia, se convirtió en un compañero.

Un amigo.

Un cómplice.

Un confidente.

Su más grande inspiración.

Un amor que atesoraría en lo más profundo de su ser como su más valioso recuerdo,  un romance que no olvidaría hasta que el fin de su vida se presentara.

Se quedó explorando sus recuerdos con aquel gélido ambiente.

El lugar estaba completamente silencioso, casi ninguna persona estaba en ese lugar, tal vez era porque se encontraba lloviznando.

Nathaniel disfrutaba de ese tipo de tranquilidad, era lo que más extrañaba de Londres, a eso y a cierto azabache que dejó ahí.

Suspiró de forma pesada al recordar todo lo que había pasado, tanto en París como en Londres. 

Una punzada en el pecho, esa era la mejor forma de describir lo que sentía en ese momento tras pensar en sus errores pasados.

Continuó caminando hasta divisar a lo lejos la fuente del lugar, se acercaba lentamente para sentarse ahí y pensar un poco. Cada vez estaba más y más cerca, pero se detuvo a unos metros de llegar, ¿por qué? Alguien más se encontraba sentado en aquella fuente.

Tan solo podía ver con claridad la espalda de aquella persona, pero eso fue suficiente para que un recuerdo se apoderara de su mente.

Un joven azabache que vestía una chaqueta negra sobre una sudadera del mismo color, pantalones de mezclilla y una hermosa gargantilla de color negro que decoraba su cuello. Con su mano izquierda sostenía un paraguas y en la otra sostenía su teléfono, al parecer estaba hablando con alguien.

Nathaniel no necesitaba acercarse más para saber quien era, pues, reconocía aquel conjunto de ropa a la perfección.

Era quien había estado rondando en su mente en los últimos días, o mejor dicho cada minuto desde hace algunos años.

Marc se veía igual que ese día.

Aquel bello azabache se encontraba vestido de la misma forma en que, bajo la luna y las estrellas, con el río Támesis a un lado y a Londres de testigo ambos se confesaron sus más profundos y sinceros sentimientos.

El día de su primer "Te amo".

El muro que nos separa - Nathaniel x MarcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora