⊱ Anciel⊰

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Crisantemo

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Narrador Omnisciente

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Su corazón no lo dejaba en paz.

No sabía que hacer, el conflicto en su mente era enorme.

Pero aún así, ya lo había decidido.

Dio media vuelta y comenzó a correr de regreso, casi resbala con un charco de agua y aún así continuó corriendo lo más rápido que podía. Las lágrimas en sus ojos no le dejaban ver claramente y el frío viento recorría todo su cuerpo empapado por la lluvia.

No tardó demasiado en llegar al lugar en donde le había gritado a Nathaniel. Estaba cansado de tanto correr y a penas podía llamar su nombre mientras intentaba recuperar el aire.

Levantó su mirada y comenzó a buscar al pelirrojo, parpadeo múltiples veces y con sus manos intentó limpiar el agua en su rostro que impedía que viera con claridad.

Su corazón dejaba sentir latidos fuertes, pero lentos. Marc escuchaba el sonido, no quería entender lo que su corazón ya sabía, Nathaniel ya no estaba ahí.

Algo desesperado intentó contener las lágrimas que amenazaban con volver a salir. 

Se dijo a si mismo que encontraría a su amado al llegar a su habitación en la universidad y cuando estuvo a punto de comenzar a caminar se percató de algo que lo dejó aun más asustado.

En el suelo observó una bolsa, se acercó lentamente al sentir una pequeña punzada. Dentro se encontraba la comida que Nathaniel dijo que iba comprar.

Él no pudo haber dejado comida tirada así como así.

El dolor una vez más se hizo lugar en el pecho de Marc. Lo que había pasado hace casi treinta minutos regresaron a su mente.

Cayó que cuenta una vez más del dolor de la cachetada que había recibido e inconscientemente puso su mano en ese lugar. Volvió a sentir el ardor y ante el contacto de su fría mano sintió más angustia.

Las lágrimas regresaron en cuestión de segundos, las palabras de la mujer tambien lo hicieron junto a la triste mirada de los ojos azules que tanto amaba.

Fue consiente del frío que recorría su cuerpo, también sintió como el aire gélido de esa noche ingresaba a sus pulmones mientras secaba su garganta y hacía más doloroso ese nudo que no dejaba que palabra alguna saliera de su boca.

Intentó caminar, pero a penas pudo dar un par de pasos hasta que sintió sus piernas flaquear no teniendo más opción que apoyarse en un poste de luz cercano a él.

Los pensamientos eran confusos, no podía interpretarlos adecuadamente porque estaba segado con el desgarrador dolor de su tristeza y de su culpa.

(...)

No sabía como había llegado, no lo recordaba, tampoco le importaba.

Estaba sentado en el piso envuelto en una toalla intentando recuperar el calor. Escuchó el sonido de la puerta y la esperanza dejó su rastro en su sentir, mas se apagó al ver a su amiga pelirroja entrar.

El muro que nos separa - Nathaniel x MarcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora