Quédate, Rin.

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Sesshomaru había pasado la aldea de los humanos donde había dejado a Rin hace algunas horas, sabiendo que ella ya no se encontraba ahí. El olor a sangre había alertado todos sus sentidos, y el pánico creciente en su interior no le dejaba pensar con claridad. Vio a lo lejos dos siluetas que pudo reconocer al instante por su olor, y cuando se acercó, supo de inmediato que Rin también estuvo allí.

Comprobó que el exterminador seguía con vida por el sonido de sus latidos, y él único corte profundo que parecía tener estaba en el puente de su nariz, una herida superficial que no representaba riesgo alguno, así que él no perdió más tiempo, y alzó vuelo siguiendo el leve rastro de aroma de su esposa.

No pasó mucho tiempo más cuando pudo encontrarla, y la escena que presenció de Rin en el árbol de las edades, hizo que sintiera miedo, un miedo profundo al traer a su mente recuerdos no gratos de su medio hermano sellado por muchos años en el mismo lugar. Tuvo que ahuyentar aquellos pensamientos negativos y obligarse a respirar con normalidad.

-Zero. -anunció su presencia, envolviendo los dedos en el mango de su espada.

-Sesshomaru, llegas justo a tiempo para despedirte. -Ella abrió los brazos a modo de saludo, irreverente y con tono mordaz. Gesto que enfureció al Lord del Oeste, quien no espero un solo segundo más para desenfundar su espada y arremeter contra ella -. Oh no, -Zero apenas lo esquivo, manteniéndose a una distancia prudente -, si me atacas, la lastimarás también. -explicó, con fingida angustia, y dedicándole otra de sus falsas sonrisas, desapareció entre espeso humo negro.

-Mi señor... -La suave voz de Rin se dejó oír, captando de inmediato la atención de Sesshomaru -... sabía que vendría, estoy tan feliz de poder verlo, aunque pueda ser la última vez. -Una sonrisa llena de afecto y calidez se formó en sus labios, una de esas sonrisas que solo a él pertenecían.

-No digas tonterías. -La expresión fría y distante del Yokai empezó a decaer.

-Sesshomaru, ¿lo recuerda? Aquella vez cuando yo, siendo una niña, le pregunté si usted me recordaría para siempre si yo llegase a morir. Me respondió exactamente lo mismo que ahora y yo supe en ese momento que haría hasta lo imposible para evitar que eso sucediera, fue su manera de decirme que siempre me protegería ¿no es así? -De repente ella fue consciente de la humedad en sus ojos, sin saber con exactitud el porqué lloraba, sin embargo, su sonrisa seguía intacta.

Los sentimientos atrapados en los iris dorados eran tan profundos que él sintió que lo destrozaban por dentro, recuerdos amargos de aquel día en que ella murió por segunda vez inundaron su mente, haciéndole sentir tanta furia hacia el mismo que tuvo que apretar los puños hasta que sus afiladas garras hicieran sangrar sus palmas. -Rin... -Se acercó al árbol, necesitando verla con mayor claridad, ansiando poder tocarla y sentirla.

-Siempre lo hiciste, -continuó ella, sintiendo la misma necesidad de tenerlo cerca -, jamás faltaste a tus promesas, te debo tanto que mi corta vida no me alcanzaría para agradecerte. Fuiste el único que pudo verme a pesar de la oscuridad en la que me encontraba envuelta, a sus ojos deje de sentirme invisible, me devolviste las palabras y la sonrisa, me diste un hogar y una familia, a tu lado pude descubrir el significado del verdadero amor, de ese amor que trasciende el espacio y el tiempo, de ese amor que no necesita ser proclamado con palabras, de ese amor silencioso que se demuestra con solo miradas. Sacrificaste tanto por mi, abandonaste tus sueños y anhelos de poder, y sin embargo, jamás te mostraste inseguro por tus decisiones, es por eso que yo... Nunca dude de tu amor, aunque jamás me hayas dicho que me amas, -Levantó uno de sus brazos con esfuerzo, y extendió la palma sobre la barrera de energía que los separaba -, y eso es porque... Nuestros corazones están unidos...

-Por el poder de la confianza. -completó él, cubriendo la pequeña y delicada mano de su esposa con la propia.

-Ahora es el turno de Rin de sacrificarse por las personas que ama, y quiero que usted respete mi decisión. Solo... Piense en mí de vez en cuando; yo lo sentiré... -Sus ojos fueron cerrándose, mientras la energía de la barrera terminaba de envolverla -... yo siempre te sentiré...

Un destello azul iluminó el bosque, como señal de que el sello había sido completado. Y el Gran Perro Demonio, conocido años atrás por su odio y desprecio a los humanos, cayó de rodillas frente al cuerpo de una humana, derramando una sola lágrima que cargaba con toda la tristeza e ira que sentía, rencor contra el mismo por haber fallado a su palabra.

-Perdóname, Rin. -dijo, con la cabeza gacha, sintiéndose patético, derrotado y solo -. Tú fuiste, eres y serás, lo más valioso para mi; la única mujer a la que siempre amaré. -Apretó los dientes, convirtiendo un sollozo, en gruñido -. Y por eso te pido perdón, por ser este el precio que tendrás que pagar.

El fino sonido de un aleteo le hizo apartar la vista del árbol; una mariposa revoloteaba a su alrededor, y él logró percibir la esencia del alma de su amor en ella.

"Quédate cerca de mí, Rin. No podré seguir sin ti...

Quédate, por favor..."

Rogó en silencio, prometiendose que no descansaría hasta encontrar la forma de salvarla.

Él lo haría, ellos volverían a estar juntos.

Ellos serían una familia otra vez.

Rin, Towa y Setsuna, su familia.

Su familia...

No las perdería, y si tenía que matar a todo aquel que interfiriera...

Él lo haría.

─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

N/A: Se supone que este fic quedaría aquí, ya que como comenté antes, solo es una adaptación del cap 15 de HNY, pero estos días he estado pensando en extenderlo, NO ASEGURO NADA, pero cabe la posibilidad.
Gracias por haber leído hasta aquí, y por todos los bonitos comentarios que me dejaron en el grupo de Fb, lo aprecio mucho 💕✨

Act: Debo aclarar que este fic lo escribí horas después de que se estrenara el cap. 15 de la primera temporada, por lo que, obviamente, es muy distinto a como sucedieron las cosas en el canon.

"Amor atrapado en el tiempo" | SesshRinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora