Capítulo 02: La carta

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Alemania, 15 de Julio de 2006.

Hoy llegamos de vacaciones a Alemania, es verano y papá decidió que podríamos pasarlo aquí y así el podría culminar con algunos negocios y aunque sé que el venir aquí no fue precisamente porque mi padre quería pasar tiempo de caridad conmigo, me gusta, es lindo.
Nos hospedamos en una cabaña muy linda, un poco alejada de la ciudad, pero linda, aunque lo más interesante aquí- a mi parecer- es el lindo niño que vive al lado y aunque es un poco... Diferente por no decir extraño me causa mucha curiosidad.

Siempre lleva lentes de sol o la cabeza gacha por lo cual no he podido ver sus ojos y no sé porque los esconde tanto. Cuando volteo para ir en dirección hacía papá y mi hermano tropiezo con una persona haciéndome tambalear en el proceso.

-Lo lamento mu...- ¡Oh por todas las hadas de cuentos mágicos! Es el niño misterioso y como siempre con lentes de sol. Me pone nerviosa haciéndome tartamudear un poco, mi respiración se acelera, pero intento mantenerme serena justo como mamá dice que lo haga; respiro profundamente y cuando estoy a punto de hablar para pedir unas verdaderas disculpas el habla haciendo nulo cualquier intento de mi parte por hablar.

-Ten más cuidado, niñita- Me mira de pies a cabeza y frunce el ceño yéndose dejándome un poco conmocionada y con el triple de curiosidad sobre la que tenía en un principio.

***

Estoy en mi habitación caminando de un lado a otro mientras la ansiedad me come viva, he estado pensando en quién rayos puede haber sido el que me dejó esa carta durante toda la tarde. Primero pensé que había sido algún tipo de broma de Drew, pero cuando le pregunté sí el había dejado una carta y una rosa en mi casillero se burló de mí diciéndome si nuestra amistad había subido de nivel como para que ahora tuviera que dejarme cartas y rosas.

Aún recuerdo cómo le mentí cuando me dijo porque lo preguntaba...


»-Y... ¿Por qué la pregunta? ¿Tienes algún enamorado secreto?- Dice sin despegar sus ojos de la carretera.

-No exactamente- Digo pensando en lo rara que estaba esa carta.

-¿No exactamente?- Repite mis palabras mientras sube sus cejas en una expresión de pregunta- ¿Qué decía la carta? ¿Estaba muy mal? Podríamos decirle al Director Arthur- Su tono cambia de divertido a preocupado.

-He... No, no- Miento descaradamente, por alguna razón no quiero que nadie sepa sobre esto- Es sólo... Una carta ridícula, pudo haber sido algunos de los idiotas del equipo de fútbol- Le restó importancia sintiendo como se voltea verme con una ceja alzada sin creerme nada de lo que le digo.

-Bueno... Si tú lo dices.«

Claro que tampoco terminó de creerme cuando llegamos a mí casa y básicamente salté de su auto y la única excusa que se me ocurrió fue que estaba desesperada por leer un libro nuevo y ni siquiera dejé que me respondiera cuando ya estaba subiendo de dos en dos las escaleras directo a mi habitación. Ni siquiera me fijé en sí mi madre estaba o no, aunque gracias a Dios le había tocado guardia en el hospital porque sino me hubiese hecho demasiadas preguntas que no estaba preparada para responder.

Rasco la comezón fastidiosa en mi brazo y
e

s así como estoy en mi cuarto a punto de que me dé una crisis nerviosa, literalmente. Mi respiración aumentó demasiado en los últimos minutos y mis manos tiemblan por el estrés y los nervios.

Cartas De Un Psicópata Enamorado. (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora