Alemania, 09 de Agosto de 2009.Estoy caminando hacia el lago y estoy esperando encontrarlo al frente de la mesa diseccionando cadáveres, pero no está ahí. Veo la hora en mi reloj de Rapunzel y frunzo el ceño ya que son las 12 en punto y el nunca llega tarde.
Noto la puerta del cobertizo abierta y me asusto un poco. Mi príncipe es muy meticuloso con absolutamente todo, nunca dejaría la puerta del cobertizo abierta sólo porque sí y mucho menos sino está.
Paso una toalla húmeda por uno de los cuchillos que están debajo de un montón de hojas de forma rápida antes de tomarlo. Él me ha estado enseñando a defenderme, dice que el siempre estará para mí, pero que el conocimiento nunca está demás. Me acerco con paso sigiloso y me apoyo en una de las paredes con el corazón a mil. Se utilizar este cuchillo y también se donde clavarlo, pero no es lo mismo si él no está aquí.
Entro mirando hacia todas partes con cuchillo en mano, veo una sombra al fondo del cobertizo y sigo avanzando con lentitud.
Cuando estoy lo suficientemente cerca noto quién es y suspiro soltando el cuchillo alertándolo. Sube la cabeza a la defensiva, pero se calma cuando me ve.Veo la forma en la que está sentado, sus ojos y la forma en que me ve. Sonrío sabiendo quien es. Saco una pequeña manta de mi bolso y la coloco a su lado antes de sentarme y no puedo contener mi sonrisa.
Estoy segura de que me parezco al gato de Alicia.
–Mi caballero de brillante armadura.–Digo con una sonrisa– Mucho tiempo sin hablar contigo– Beso su mejilla y luego toco la punta de su nariz con mi dedo y veo una ligera sonrisa, pero no llega a sus ojos.
–Hola, princesa– Me saluda, pero evita que me acerque más a él y frunzo el ceño ante ello.
–¿Por qué pasaste tanto tiempo sin hablar conmigo?– Es lo primero que digo, estoy un poco molesta. Han pasado al menos dos meses desde que tuvimos una conversación real.
–He estado un poco… Ocupado.– La mirada triste vuelve con más fuerza y yo me acerco más sin importarme su primer intento de alejarme.
–¿Qué sucede? Lo otros no han querido hablarme de ti.
–Obviamente no quieren hablarte de mí, estoy enfermo. Uno te ve como si fueras un objeto y el otro tiene pensamientos perversos sobre ti y aún así ahora soy el que les da vergüenza.– Rueda los ojos con fastidio.
Frunzo el ceño en confusión, pero no me alejo.–He...¿Dijiste que estabas enfermo?– Ignoro todo lo demás por el bien de los dos.
La mirada triste no se va y no me gusta así que contra todo pronóstico lo abrazo fuerte y lo siento tensarse antes de envolver sus brazos a mi alrededor.
–Sí, princesita– Sonrío ante el apodo– Estoy enfermo.
Subo mi rostro para mirarlo a los ojos ya que aún cuando estamos sentados sigue siendo más alto que yo. Me regresa la mirada y me preocupa el que esté tan afligido.
–Enfermo– Repito– Y... ¿Es muy grave?
–Eso no importa– Corta el tema y no lo fuerzo ya qué lo he intentado antes y no salió bien– Tenemos tiempo sin hablar.
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Cartas De Un Psicópata Enamorado. (PAUSADO)
Random¿Qué haces cuándo empiezas a recibir cartas todos los días, a la misma hora y en el mismo lugar de una persona completamente desconocida? ¿Qué haces cuando esas notas te profesan un amor que aún cuando es en palabras las sientes como si te las dije...