🍃2🍃

3.7K 350 44
                                    

Cuando su cuarto mes de embarazo estaba por terminar, sus exámenes empezaban de manera lenta y exhaustiva.

Cursando por fin su cuarto bimestre, el frío otoñal se podía sentir desde cualquier esquina, los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina, inevitablemente se mantenía nervioso debido a ello.

Su barriga se empezaba a lucir lentamente con algunas ropas ajustadas, le resultaba vergonzoso pasearse así por los pasillos de la universidad, sin embargo nadie le había mirado extrañado en algún momento, al contrario, todos le felicitaban, pidiéndole para tocar su barriga, sin poder recibir mucho de parte del bebé, habían ido ya a varios controles, las ecografías habían llegado luego de unos días, solía mirarlas cuando se paseaba por la pequeñas cocina  del departamento.

El alfa se había vuelto algo sobreprotector luego de enterarse que sería padre, le resultaba gracioso el hecho de que cada mañana el peli azul le impregnara su olor antes de salir, dejando un pequeño beso en sus labios y uno sobre su barriga.

Comía más de lo usual, y se sentía más cansado de lo usual, a menudo tenía brotes sensibles en donde lloraba sin ninguna razón.

Habían visitado a ambas familias, tanto la del omega como la del alfa, habían recibido muchas felicitaciones y abrazos de parte de todos, no podía explicar lo feliz que le hacía el hecho de ser tan bien recibido por parte de su familia y la de su pareja.

Con el tiempo le había empezado a hablar a escondidas a su pequeña barriga, contándole triviales cosas, de su día, de su familia, de su alfa, de sus estudios, del amor que algún día le brindaría, era feliz, no podía ocultarlo.

Jamás se había visto a si mismo con un hijo, nunca había estado en sus planes, había sido un descuido, era cierto, sin embargo no estaba arrepentido, y se había percatado de que su pareja tampoco lucía arrepentida.

Con rapidez salió de la cama percibiendo el frío del suelo, a pasos rápidos se dirigió al baño al sentir las repentinas ganas de orinar, la realidad era que el doctor les había avisado que la micción se iría incrementando más y más cada mes, le aterrorizaba un poco ese punto, sin embargo le agradaba la idea de que las náuseas terminarían ese mes según el doctor.

Pasó entonces por el espejo de cuerpo completo colocado en una pared a un lado de la gran ventana, levantó ligeramente el pijama suelto que tenía puesto, viendo entonces la abultada barriga, cada mes se podía notar más, aún no era la gran cosa, el doctor le había dicho que el bebé pesaba aproximadamente doscientos cincuenta gramos para ese entonces, le aterrorizaba el hecho de que irían creciendo más y más.

Descalzo se posó encima de la balanza, desmintiendo sus sospechas, tal como se le había avisado, cada mes su peso se iría incrementando más y más, por lo que debía llevar una dieta equilibrada.

Con rapidez se vistió, saliendo del departamento a paso apurado para llegar a su primera clase.

El dolor en sus piernas y en su pelvis había empezado a molestar, más que nada en el final del día, había veces en el que era insoportable, solía arroparse bien y dormir abrazado al alfa, repitiendo que el dolor era horrible.

Sus ojeras se habían empezado a notar debido a la necesidad de micción en medio de la madrugada, hacía lo posible para no despertar a su pareja, sin embargo era en vano, siempre era delatado por su olor o por su lazo, le preocupaba el hecho de que el alfa no estuviera durmiendo bien cuando él llevaba un arduo estudio dentro de su carrera.

Entró al gran salón, recibiendo varios saludos cálidos, con una sonrisa tranquila devolvía el gesto, posando inconscientemente su otra mano sobre su barriga.

𝒂 𝒃𝒂𝒃𝒚-[𝐧𝐨𝐦𝐢𝐧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora