𝒂 𝒃𝒂𝒃𝒚-[𝐧𝐨𝐦𝐢𝐧]

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Soltó un quejido agudo al quererse levantar de la gran cama, su barriga ya increíblemente abultada le había empezado a impedir cosas tan básicas como levantarse de la cama, mantenerse parado o incluso caminar.

Inevitablemente dejó salir lágrimas de frustración al sentirse inútil, quejidos involuntarios salían desde su garganta, llamando así al alfa unas habitaciones lejos de él.

Su octavo mes ya era evidente para todos, la dificultad para moverse o para dormir ya era terrible, el cansancio causaba que durante el día estuviera muy estresado o muy sensible, eso había estado causando conflictos con su alfa esos últimos días.

Intentó nuevamente levantarse de la cama, logrando elevarse ligeramente para luego caer inútilmente hacia el suelo, un queja ahogada se escapó de él, rápidamente llevó sus manos a su barriga con preocupación.–Oh, siento eso, Jisung.–habló entre hipidos, levantando la vista al escuchar un portazo no muy lejos de él.

El alfa colocado en el umbral de su habitación se veía agitado, preocupado por su estado, le llamó mediante hipidos, llamando así su atención rápidamente.–Jaemin, por el amor de dios, debes ser más cuidadoso.–la voz del alfa salió dura en contra de su voluntad.

El pelirrosa se achicó ante el contacto ajeno, dejando salir aún más lágrimas de tristeza ahora, fue dejado sobre la cama nuevamente, sus manos tanteaban su panza, en busca de alguna respuesta de parte del bebé allí dentro.

–No es mi elección que estas cosas pasen.–espetó con amargura, recibiendo una mirada incrédula de parte del otro, instintivamente quiso maldecir en diferentes idiomas, sin embargo lo único que pudo hacer fue hipar más fuerte ante la frustración.

Siendo no más que las ocho de la mañana, una posible pelea los miraba con una sonrisa condescendiente, esperando el momento para atacar y arruinarles el día.

–Realmente pareces desconocer el estado en el que estas, debes ser más cuidadoso.–siseó el peli azul, frunciendo el entre cejo y apretando con fuerza la mandíbula, probablemente buscando no ser demasiado brusco.

Sin embargo el omega no deseaba escuchar más, el olor a tristeza y enojo que había allí dentro era detestable, sin más que decir tironeó de la manga del otro para así poder levantarse, su mundo giró varias veces hasta que pudo encontrar estabilidad, con enojo agarró un gran sweater y algunos libros que necesitaría para las clases del día, dio un portazo antes de salir, en el proceso pudo escuchar como el alfa le llamaba varias veces, aún así no miró hacia atrás cuando empezó a irse hacia la universidad.

En el camino aguantó como pudo las lágrimas, buscando no llamar la atención, por medio del lazo el alfa le llamaba con frustración, sin embargo decidió bloquear permanentemente el mismo, quedando en un blanco emocional que le incomodó bastante.

Al entrar al gran salón, el omega moreno y el beta de cabellos grises le miraron intrigados, sin embargo decidieron no indagar al percibir las pocas ganas de vivir del pelirrosa.

Las clases se habían vuelto increíblemente exhaustivas para él, con ansiedad golpeaba el suelo ligeramente, escuchando poco de lo que hablaba el beta que guiaba la clase, repasaba en su cabeza todo lo que había estado estudiando para los exámenes finales, éstos estaban a la vuelta de la esquina, cursaba su último mes de universidad, la ansiedad y el estrés que había estado manejando no tenía precedentes, en más de una ocasión habían tenido que correr hacia el hospital debido a bajas que había tenido su embarazo dado el estrés que le generaba la universidad, gracias al cielo todo había estado estable para ese entonces, un mes más y podría por fin gozar de una vida normal, sin una panza que le dificultara absolutamente todo.