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Al día siguiente al llegar a la agencia fuiste directo hacia tu área de trabajo, en la pantalla del monitor se encontraba un post it que decía que por seguridad las contraseñas fueron modificadas y que tu nueva clave de acceso era "Pitufiimbecil1"

No pudiste evitar soltar una risita, ese evidentemente había sido Dynamite.

- ¿Qué es tan gracioso?- Preguntó alguien a tu espalda.

- Señor Mizuki.- Dijiste ocultando el papel discretamente.- Nada, en absoluto.

- Ponte a trabajar, no tengo tiempo para vigilar a una niña.

Te pusiste a teclear en la computadora la nueva contraseña y tuviste que contener una carcajada al darte cuenta de que efectivamente, funcionaba.

Ya le habías tomado el ritmo a eso de archivar los casos y no se te estaban acumulando, en eso sonó un teléfono que apenas habías notado que estaba en tu escritorio.

- Diga.- Respondiste dudosa.

- La forma correcta de responder es "Buen día, departamento de registro de archivos." Pasante inepta.- Era Mizuki.

- Señor Mizuki.- Dijiste con falsa alegría.- ¿Qué se le ofrece?

- Tráeme un café a mi oficina, en el quinto piso. Y que ni se te ocurra usar el ascensor, ese es de uso exclusivo para los héroes.

"Yo me gradué del curso de héroes y tengo mi licencia, bastardo."

- ¿Llevar cafés es parte de mi trabajo?

- Con dos cucharadas de crema y una de azúcar, date prisa.- Y colgó.

Aún no llegaba ningún caso nuevo así que si te dabas prisa no entorpecería tu trabajo.

Preparaste su estúpido café y te dirigirse a las escaleras que se encontraban junto al ascensor, odiabas tener que usar las escaleras pero no te ibas a arriesgar a perder tu trabajo por una tontería.

Mientras más te acercabas al quinto piso podías escuchar algunos gritos, al llegar encontraste un alboroto, había una mujer rubia de ojos escarlata peleando con una secretaria.

- Exijo que me reciba. ¿Cómo puede tratarme así ese malcriado engreído?

- OI BRUJA! - Exclamó el mismo Dynamite saliendo de su oficina.- ¿Quién diablos te crees para irrumpir así en mi agencia, largo.

- KATSUKI BAKUGOU NO ME HAGAS OBLIGARTE A RECIBIRME!

Estaban discutiendo fuertemente mientras todos miraban.

Finalmente lo convenció de salir y desaparecieron juntos por el asensor, tú sin querer ser entrometida te dispusiste a preguntar por la oficina de Mizuki, resultó ser un cuartito minúsculo sin siquiera una ventanita o algo.

- Ya era hora novata.- Dijo dando un sorbo al café. Luego lo escupió con asco.- Ag, ésto está frío. Llévatelo, no lo quiero.

Con la sangre hirviendo te llevaste su maldito café escaleras abajo, ibas caminando de vuelta a tu departamento cuando de la nada apareció Dynamite acarreando a esa mujer hasta la salida, pasó por tu lado sin siquiera mirarte y accidentalmente te empujó y el café se derramó encima tuyo y un poco en sus botas.

El miró el líquido derramado en su atuendo y te miró.

- Fíjate, maldita pasante.

- Oye.- Exclamó esa mujer soltándose de su agarre y dándole un coscorrón.- Tú le derramaste el café encima, imbécil.

Luego se acercó a tí, Mizuki mentía, ese estúpido café ardía como el infierno. Inmediatamente te quitaste la camisa, agradeciendo llevar una blusa de tirantes debajo.

Maldita PasanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora