¿Quién es quién?

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Mi objetivo: "La Habitación Mayor".

En el mapa, más indicaciones me conducen a otro de los muchos pasadizos de la Mansión. Para llegar a él, hay que pasar primero por el primer salón.

Compruebo que no haya nadie rondando y con la pistola en la mano y un poco de valor salgo en mi búsqueda.

El pasillo es estrecho. Las paredes y el techo de metal desprenden un olor a óxido.

Me detengo delante de una puerta. Hay dos puertas más. Me acerco a la rendija de vidrio de una de ellas y observo: hay un hombre detrás de un escritorio leyendo una revista. Me agacho y gateo hasta la siguiente. En ésta no hay nadie. En la última hay otro hombre, éste está escribiendo lo que parece ser coordenadas. Para mi suerte, los dos hombres están de espaldas.

Corro hacia la puerta, salgo al otro lado y la tranco con un mueble de madera grande. Al subir las escaleras, se entiende frente a mí un gran salón. Lo paso corriendo y justo cuando iba a salir alguien me ve.

-  ¡Ey! - gritó

Saqué la pistola y corrí pero ya era muy tarde. El sujeto fue más rápido que yo y me pateó la pierna. Sentí como si me hubiera caído un yunque y caí. Con un estrépito, el arma dió vueltas y paró bajo una mesita. Él hombre y yo nos miramos y los dos corrimos tras ella.

Tomé un jarrón de vidrio y se lo lancé. Estuvo un metro de lejos de darle -Como tampoco lanzo bien el balón en baloncesto, béisbol, voleibol y en todos los deportes en los que se necesitan un balón y puntería. Qué bueno que no practico arquería. - Terminaré con esto.

Llegué hasta donde estaba el hombre. Alcé la mesita y le di un golpe en el brazo, por lo que soltó un grito de dolor. Le di un, dos, tres y cuántos fueron necesarios para que perdiera el conocimiento.

Oí voces. Deben ser otros guardias.

Con un trozo de la mesa, bloqueé la puerta y me dirigí al pasadizo. Subiendo las escaleras hay una puerta. La abro y parece una especie de cuarto de limpieza. Hay un póster grande en el techo. Cuando me trepo en una silla y arranco el póster ahí está: el pasadizo a la habitación de Stronglewit.

Primero tiro la mochila y luego me subo. Por las ventanillas se ven diferentes habitaciones, todas vacías.

Gateo, gateo y gateo hasta encontrar la habitación. Es que con el mapa, esto debería ser como un juego. Más o menos.

Por la ventanilla veo que hay dos guardias afuera de la habitación. Gateo. Más adelante está el interior de la habitación. Stronglewit está ahí, dormido. Es de piel trigueña, algo subido de peso y horrible.

Recargo la pistola y suelto la ventanilla. Llegó la hora esperada. Salto y caigo en la cama. Stronglewit se despierta y me mira anonadado. Con la pistola entre mis manos le apunto:

- No grite o le disparo - le digo en un fuerte susurro. Respirando agitadamente, el viejo asiente con la cabeza- ahora si no le importa lo mataré. Solo de verlo me repugna.

Aunque trataba de mostrarse calmado se le nota la desesperación.

Le pongo el arma en la cabeza - Explique lo que le hizo a Giselle.

El viejo no dice nada así que le doy un golpe con el arma en la cabeza. - LE DIJE QUE EXPLIQUE.

- ¡Bien! Intercambiamos a la niña ese viernes en la escuela. Le dimos instrucciones y que si no las cumplía mataríamos a su familia. Le dimos algo que la mataría en unos días. Tu hermana está en el piso de arriba.

- ¿Y mi abuelo?

- Deudas por pagar. -Presioné el arma contra su cien y cerré los ojos lista para disparar- Mi trabajo aquí está hecho. Sólo soy un doble -dijo susurrando y llorando.

- ¡Mentira! -y presione más el arma.

- Soy sólo un señuelo.

No sé si me está tratando de confundir para que no lo haga o si es cierto.

El viejo apretó un botón mientras me di la vuelta. Le disparé en el estómago. Rápidamente, saco de la mochila una granada. Mientras "Stronglewit" gritaba, los dos guardias entran por la puerta.

- ¡Las manos en alto! - dicho esto alzo las manos y les lanzo la granada. Corro por la puerta de la izquierda, escaleras arriba. Y llego a la habitación dónde está Giselle. Abro la puerta y la cierro con seguro por dentro.

Y ahí está. Mi hermanita. Giselle.

No puedo creerlo. Después de pensar que había muerto, ahí está.

Con lágrimas de felicidad me acerco a la cama y la despierto. Ella poco a poco abre sus ojos y me ve.

- Hola Giselle - le sonrío.

- ¡Dakota! - Giselle se me lanza y me abraza. Yo la abrazo tan fuerte como nunca lo había hecho. - ¿Dónde estabas? Pensaba que no los iba a ver más - dicho esto empezó a llorar.

- No llores Giselle, mamá y papá llegarán pronto. Sólo tenemos que esperarlos un poco, ¿si? Te extrañe mucho -le hice cosquillas y ella empezó a reír a carcajadas. Esa risa que tanto extrañaba. - ¿te hizo daño el señor malo?

- No, Bart me daba papas fritas y muñecas para jugar -respondió señalando unas Barbies que había a un lado de la cama.

- ¿Bart? ¿Él que ayudaba al señor malo?

Giselle me miró algo confundida. -No, él es el señor malo. Él que me llevó en au carro negro en la escuela. Le dijo a la maestra que era mi tío.

- Bien, ya no pienses en eso. Orita estaremos en la casa. - Giselle asintió con la cabeza y se sentó. Fui a ver a la ventana y ya está saliendo el sol. Papá y mamá, Frand Tsua, Jerom y Derek van subiendo por la puerta principal todos armados. Sonrío. Ya todos estaremos juntos. - Giselle, quedate aqui. Ya vuelvo.

Asintió y salí. Sumergida en la felicidad que siento mientras cierro la puerta alguien me tapó la boca. Empecé a forcejear pero me tenía agarrada muy fuerte. -Shh - me susurra. Es Bart - No hagas nada o le hago daño a la niña.

Mi felicidad de repente se convierte en miedo. El hombre decía la verdad. El verdadero Stronglewit es Bart.

- Crees que me ganaste, pero te encontraré niña, y te mataré lentamente.- Me pasó el cuchillo por la cara y me lo enterró a un costado del estómago. Caí al suelo. - Hasta pronto Dakota...

Todo me empezó a dar vueltas. Lo último que vi de Bart fue que se escapó por la ventana. Toqué el corte y me vi la mano llena de sangre. Náuseas.

Oí las voces de mi familia. Frand Tsua fue el primero en llegar.

- ¡DAKOTA! -gritó mientras venía hacia mí- todo estará bien, te lo prometo.

Se me cerraban los ojos, estaba totalmente mareada.

Los demás llegaron y corrieron a ver que me habían hecho. - Giselle está ahí dentro -les dije con esfuerzo y tratando de no vomitar mientras señalaba la habitación.

Mi familia fue a buscarla mientras Frand Tsua se quedó conmigo. Cuando todos estuvimos juntos, Frand Tsua me cargó escaleras abajo.

Vi en los ojos de mis padres felicidad, como la que yo sentí hace unos minutos y siento ahora porque Giselle está con nosotros. Y todos están bien. Pero a la vez veo preocupación, por mí. No es justo que ahora que Giselle regresa estén preocupados por mí.

El dolor aumenta y siento que no puedo resistir más.

Frand Tsua me mira a los ojos y me dice -Resiste, te amo Dakota.

- Te amo.

Me ama, y yo lo amo. Giselle esta bien. Ahora todo está completo.

Siento todo alrededor mio desvaneciendose y el oscuro vacío me envuelve.

ColapsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora