Soy el agente P

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- ¡No, no y no! - gritó mi madre mientras iba conduciendome a mi habitación. Aún después de hablar con mi padre, ella no quería que yo fuera. Abrió la puerta y me dijo que entrara.

- ¡Bien, me quedaré jugando Scrabble mientras los asesinan a todos! - saqué el juego de mesa de un estante y lo tiré en la cama.

- Yo también te quiero -dijo con una gran sonrisa- Tu padre, Jerom y yo saldremos mañana por la mañana. -la ignoré y salió del cuarto.

Me levanté de la cama y le di una patada al estante, que se cayó y resonó en toda la habitación. El frasco de dulces se rompió y los dulces rodaron por ahí. Me quedé observando uno que iba solo. Solo.

No me quedaré aquí. Iré sola. Si tengo que morir para que liberen a mi hermana, estoy dispuesta a hacerlo.

Son las 12:00 a.m. Me calmo y abro la puerta. Veo hacia ambos lados para ver si no hay alguien observando y salgo. Camino por el pasillo y veo que Jerom está por doblar la esquina. Doy un salto para atrás, me doy con la pared y ésta se abre como una puerta. Caigo sentada y todo está oscuro.

Al parecer era un pasadizo secreto. Toco la pared en busca de un interruptor. Lo presiono y las luces se van encendiendo una a una. Respiro hondo y voy hacia adelante.

Después de caminar cinco minutos, a la izquierda había una puerta. La abrí y había una sala de armas. Estaban colgadas en la pared cientos de pistolas, escopetas, granadas y todo tipo de armas.

Creo que mis padres se tomaron lo de "Tu hija es muy bonita, ¿ya tienes lista la escopeta?" literal.

Tomé una de las pistolas y la observé. Es increíble como tu vida puese cambiar en tan poco tiempo. Ahora soy como el Agente P.

Agarré la pistola y me puse en posición de ataque.

- Tururuturu Agente P -empecé a cantar. Apunté con la pistola al frente, a la derecha y cuando me di la vuelta, estaba apuntando a Derek en el pecho. Grité y lo dejé de apuntar. - ¿Qué haces aquí?

- ¿Qué haces tú aquí? -me preguntó con una ceja levantada.

- Recorriendo el lugar -le respondí indiferente. Me miró con los ojos entrecerrados y puse la pistola en su lugar.

Le pedí consejos de ataque y me los dió. Pasamos un rato en eso. No es que sea algo que todos los hermanos mayores le enseñen a su hermana menor pero esta no es una típica familia.

- ¿Sabes? Siempre he querido un hermano mayor. -apenas lo dije me arrepentí. Que tonto sonó eso.

- Tal vez en tu interior sabías que tenías uno. -empezó a caminar pero lo paré y le si un abrazo. Se sorprendió. Al principio se quedó rígido pero un segundo después me abrazó con fuerza.

Cada uno se fue por un lado diferente del pasillo. O al menos eso pensó él. Me escondí detrás de una columna y cuando vi que ya no estaba, entré de nuevo a la sala de armas y tomé algunas con sua respectivas muciciones y me fuí. Salí por el mismo pasadizo por el que entré y cuando llegué a mi habitación me desplomé en la cama. Guardé las armas en mi mochila y me dispuse a descansar un poco.

Ya que el día que estaba por venir, probablemente sería el último.

¿Qué les pareció?

Colapso ya llegó a los 2k. Muchas gracias por leer.


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